Dios espiritual vs. Dios religioso

Un ser que NO reza a santos de piedra puede concluir rápidamente que Dios NO es religioso, afina diciendo con certeza que Dios Todo es espiritual.

JEBUNA

Dios no es religioso

Una reflexión sobre la espiritualidad y la religión

Introducción

La búsqueda de lo divino ha llevado a la humanidad a crear diversas religiones, muchas de las cuales han sido moldeadas por la cultura y el contexto histórico. Sin embargo, es fundamental preguntarnos: ¿es Dios realmente religioso? A través de esta reflexión, exploraremos la idea de que Dios es espiritual y trasciende las limitaciones impuestas por las religiones organizadas.

La naturaleza de Dios

Un ser que no reza a santos de piedra puede llegar rápidamente a la conclusión de que Dios NO es religioso. El concepto de un Dios religioso, creado a imagen y semejanza de las diversas culturas humanas, limita su verdadero significado. El Dios espiritual simplemente «es», presente en el aquí y el ahora. Esta presencia divina no requiere intermediarios ni rituales elaborados; se invoca en el silencio humilde, donde cada individuo puede experimentar la espiritualidad en su interior.

La inquisición y los extremismos religiosos

A lo largo de la historia, todas las religiones han tenido sus momentos oscuros. En la actualidad, observamos a extremistas de diversas creencias que cometen actos violentos que recuerdan las atrocidades del pasado, como la Inquisición católica. Este período histórico, erróneamente llamado «Santa Inquisición», estuvo marcado por la persecución de herejes y el castigo extremo por creencias diferentes.

La división que crean las religiones es un terreno fértil para el conflicto. Un individuo convencido de que su religión es el único camino hacia Dios rara vez encontrará un término medio con aquellos que piensan diferente. Esto genera una barrera insalvable para el diálogo y la paz entre distintas culturas y credos.

Orígenes del catolicismo

Es importante recordar que los artífices del catolicismo, como Pablo de Tarso y el emperador Constantino, no buscaban solo establecer una fe genuina, sino también mantener el control sobre un imperio en crisis. Su creación fue una amalgama de cultos paganos y doctrinas adaptadas que transformaron a Dios en un ente conformado a su imagen.

Este proceso llevó al olvido del verdadero mensaje del Nazareno: el amor incondicional. Celebrar su crucifixión, en lugar de su resurrección, simboliza una visión distorsionada que prioriza la muerte sobre la vida.

La vida como celebración

La vida es sagrada y merece ser celebrada. La espiritualidad nos invita a reconocer esa esencia divina que se manifiesta en cada uno de nosotros. Mientras sigamos intentando organizar a Dios dentro de estructuras religiosas restrictivas, permaneceremos perdidos en divisiones innecesarias.

Conclusión

Para avanzar hacia una verdadera unidad como humanidad, es esencial reconocer a Dios como el espíritu de vida y amor que nos une a todos. Las muertes provocadas por conflictos religiosos son un recordatorio doloroso de lo que está en juego. Debemos despertar a la realidad de que «Dios no necesita ser organizado»; su espiritualidad es perfecta y universal.

Al encontrarlo en él aquí y ahora, disfrutaremos de su luz que irradia vida y amor. Recordemos siempre: «La espiritualidad es una; las religiones son miles». Salgamos del cascarón que nos limita y abracemos la conexión divina que todos compartimos.


En este contexto, invito al lector a reflexionar sobre su relación con lo divino y considerar cómo puede trascender las divisiones religiosas para encontrar un camino común hacia la paz y el entendimiento mutuo.