POR: OSHO
Ten cuidado con el control, no intentes nunca controlarte.
La palabra disciplina procede de una raíz que significa aprender, procede de la misma raíz que la palabra discípulo, es decir, aquel que está dispuesto a aprender. Disciplina es esa capacidad de abrirte que te ayuda a aprender.
Son dos palabras muy diferentes, son extremos opuestos. La disciplina es una comprensión natural. El control tiene muchos deberías y no deberías, la disciplina, ninguno de ellos. El control pertenece al ego, persigue un ideal, mantiene en tu mente sobre cómo deberías ser, es manipularte a ti mismo.
La disciplina es espontánea, natural, el control es una especie de represión, es antinatural, no tiene ningún ideal ni dogma para seguir, te va llenando lentamente hacia una totalidad. Una mente disciplinada nunca es una mente que piense en términos de control, no lo necesita, es completamente libre. Una mente indisciplinada necesita control, porque siente que sin control existe peligro. No puede confiar en si misma.
El hombre de comprensión es aquel que se comprende a si mismo y a los demás, siempre siente compasión, aunque el otro sea su enemigo, pues entiende el punto de vista del otro y entiende porqué el otro se siente como se siente, comprende porqué el otro está enfadado, pues se conoce a si mismo y conociéndose a si mismo, conoce a los demás; comprende y se guía por esa comprensión.
Ten cuidado con el control, no intentes nunca controlarte. ¿Quién es el que realmente ejercerá el control? Si lo comprendes, no hay necesidad alguna de controlar. Comprendes y de esta manera todo lo que haces es absolutamente correcto. Si tienes hambre, no empiezas a comer piedras. Comprendes que las piedras no son para comer ¡y se acabó!
La vida es simple cuando comprendes. No existen regulaciones ni reglas a su alrededor, no es necesario, porque tu comprensión misma es la regla de todas las reglas. Si te preguntas ¿Qué será lo correcto? Respóndete: aquello que haga basándome en mi comprensión.
Comprensión significa vivir momento a momento respondiendo a la vida de manera sensible. El hombre de control no tiene visión de la vida, no es sensible a la vida. Cuando el camino se abre justo delante de él, se pone a consultar un mapa, entonces tiene necesidad de controlarse, la vida no es algo estático, no es algo sin vida, no, la vida es algo dinámico. Por esto la regla que era buena ayer, no será buena hoy, ni podrá ser buena mañana, pero un hombre que vive desde el control tienen una ideología fija, sigue su mapa, mientras los caminos continúan cambiando todos los días y la vida sigue recorriendo nuevas dimensiones. Lo compra todo con su idea a la que siempre sigue, entonces siempre se encuentra haciendo lo equivocado.
Sé un hombre de disciplina, pero nunca seas un hombre de control, deshazte de toda regla y regulación y vive la vida estando más atento, más despierto, más conciente.
Comprender ha de ser tu única ley.
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