La iluminación espiritual

Frases Alabanza

Citas Alabanza


De mi boca ya no salen palabras impuras. Día y noche canto Sus alabanzas.

La alabanza tanto es buena cuanto es bueno el que la dice, y tanto es mala cuando es malo y vicioso el que alaba.

Viviendo una vida de paz y virtud, se indiferente tanto a la alabanza como a la censura de los hombres.

Así como una roca solida es inquebrantable por el viento, los sabios son inquebrantables por la alabanza o la culpa.

Aniquilado sea quien aflija a mi Bien amado. Allí donde se cantan Sus alabanzas, allí vivo yo.

La aprobación, el éxito, la alabanza, la valoración, son las drogas con las que nos ha hecho drogadictos la sociedad, y al no tenerlas siempre, el sufrimiento es terrible.

El sentido radical y paradójico de Jesús de quien podía y quien no podía entrar en el Reino se ilustra aun mas claramente con su famosa alabanza a los niños.

Alabanza y culpa, ganancia y perdida, placer y dolor; van y vienen como el viento. Para ser feliz, descansa como un árbol gigante en medio de todo eso.

La religión no consiste en hacer ruido, sin embargo, cuando el alma se llena con el Espíritu del Señor, dulce, sincera alabanza a Dios le glorifica.

Así como una roca solida es inamovible por el viento, los sabios son inquebrantables por la alabanza o la culpa.

Mucho me engaño o raras son en nuestros días las personas muy celebradas cuyas alabanzas no hayan comenzado en su propia boca.

Las palabras de alabanza y celebridad solo sirven para engañarnos.

Levanto la voz de alerta contra alabando o halagador sus ministros. He visto el mal, el mal terrible, de alabar a los ministros. Nunca, nunca hablaba ni una palabra de la alabanza de los ministros en sus caras. Exaltar a Dios.

En el mejor de los casos, es necesario el elogio o la alabanza de las relaciones mas sencillas y amistosas, al igual que la grasa es necesaria para mantener las ruedas girando.

Un ser despierto permanece neutral ante ambos, la alabanza y el reproche.

Un ser despierto permanece neutral ante la alabanza y el reproche.

La alabanza y la culpa, el ganar y el perder, el placer y el dolor vienen y se van como el viento. Para ser feliz, descansa como un gran árbol en medio de todo esto.

El cuerpo es verdadero vestido del espíritu, el cual posee una voz viviente, para que de esta manera el cuerpo con el alma, use su voz para cantar las alabanzas de Dios.

La propia alabanza, discípulo, es a manera de una torre elevada, a la cual ha subido un loco presuntuoso, que permanece allí en orgullosa soledad e inadvertido de todos, excepto de el mismo.