La iluminación espiritual

El espíritu feliz

POR: JEBUNA

Imagen; El espíritu feliz; Jebuna

La magia

Cuantas veces ha pasado que sufrimos por cosas que en realidad son nada más y nada menos que un universo alrededor haciendo justamente lo que debe hacer, en pocas palabras, el Karma y el Darma, operando exactamente con lo que nos merecemos, que porque hace calor, que porque llueve, que porque hay hambre, que porque hay guerras, que porque hay religiones, que porque hay carnívoros, que porque hay comunismo, que porque hay democracia, que porque hay contaminación, que porque se murió, que porque se enfermó, etc.

Pero no crean hermanos míos, que esto que les quiero decir es una fea invitación a ser indiferentes con los flagelos que azotan nuestro querido y frágil hogar para encontrar una felicidad utópica, no, ni más faltaba, siendo un defensor acérrimo del actuar en el aquí y el ahora, sería el colmo y una contradicción extrema a mis principios espirituales. Lo que pretendo, es tratar de trasmitir que una sensibilidad consciente genera un estado emocional armonioso y difícil de perturbar, que para nuestro haber, da felicidad a nuestro espíritu, desafortunadamente, para los que no entienden del tema lo llaman, FRIALDAD O INDIFERENCIA.

Cuando se sufre, es porque hay oscuridad con los conceptos de la ley de la Causa y el Efecto, a eso, súmele una buena dosis de rechazo con un alto apego a lo mundano y magia, magia, ahí tiene a su paciente sufriendo a moco tendido. Por el contrario, cuando hay luz con los conceptos de la ley de Causa y Efecto, sumándole una buena dosis de aceptación con una alta polarización a lo espiritual y magia, magia, ahí tiene a su paciente feliz como una lombriz.

Ahora, anote bien grande por ahí en un papelito, se viene un gran ejército de seres con sensibilidad consciente preparados para erradicar con razones pacíficas a todos aquellos que se pasan la vida de rodillas rezando sin hacer mucha cosa, los que lloran a moco tendido, aquellos, que no se toman la molestia de entender lo que está pasando realmente para ver que pueden hacer, además, se la pasan consolándose los unos a los otros en una rueda sinfín de causas y efectos que ni ellos son capaces de detener ni entender, bien lo decía el sublime Maestro Jesús de Nazaret: «Dejad que los muertos entierren a los muertos».

Nosotros, los que tenemos como misión instruir en cierto modo, sabemos lo grave del asunto, sabemos que un espíritu perturbado, es un espíritu indefenso, es frágil, es un espíritu con un cuerpo infeliz muy a pesar de su disfrazar de felicidad, estos espíritus, son blanco perfecto de sectas y religiones, ellos, son esa sensibilidad inconsciente que no entiende lo que está pasando dándose golpes de pecho diciendo: Dios mío, ¿Por qué pasan estas cosas? Dios mío, pero… ¿Por qué? ¿Por qué? Resultado: La tristeza.

Un Maestro decía:
A pesar de vivir cada instante, si no se vive a consciencia de nada vale vivirlo.

Y contaba la historia del paraguas...

Cierto día, un labriego que se disponía a viajar a tierras lejanas, antes de su partida, fue alertado por los aldeanos previniéndolo de las fuertes lluvias que azotan la región y que lo mejor sería que llevara un paraguas y unas buenas ropas para su cobijo, pero el paisano, de oído sordo y de mucho rezo, hizo caso omiso de la advertencia y se marchó.

Luego de caminar varios días, efectivamente fue preso de lluvias, de noches heladas que terminaron por derrumbarlo hasta caer agonizante, el hombre triste y afligido se preguntaba una y otra vez: ¿Por qué? Dios mío, ¿Por qué?, que he hecho para merecer esto.

Moraleja: Una sensibilidad consciente te hace pisar fuerte sobre la tierra, te hace actuar con felicidad y amor, te mantiene alerta, te hace consciente que dejaste el paraguas preparándote para un próximo viaje, una sensibilidad consciente te pone actuar correctamente… Te hace Feliz.

Tú puedes mejorar la infelicidad de los demás, si tu espíritu es feliz


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