El miedo para acercarnos a la verdad

El miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad, pero es la mejor alerta que te puede volver consciente de que la verdad está rondando en tu vida.

PEMA CHODRON

EL MIEDO A LA VERDAD

Vivirás miedoso, morirás miedoso, y nunca podrás experimentar algo de libertad.

Debido al miedo, voy al templo, o a la iglesia, y rezo. Debido al miedo, me acuerdo de Dios. Pero entonces sé que esto no es oración, esto no es amor, es solo miedo. Soy miedo, así que cualquier cosa que haga, eso está ahí. Aceptaré esta verdad.

Un milagro ocurre cuando aceptas la verdad. Tan solo la aceptación te cambia. Cuando sabes que hay miedo en tu ser y que no puedes hacer nada al respecto, ¿qué puedes hacer? Todo lo que puedes hacer es pretender, y las pretensiones pueden ir hasta el propio extremo, hasta el otro extremo para enfrentar el miedo.

Puedes crear lo opuesto, pero esto no va a cambiar nada. Puedes pretender que no tienes miedo; eso no cambia nada de nuevo. La única transformación que puede ocurrir es que simplemente te vuelvas consciente de que soy miedo. Todo mi ser está temblando, y sea lo que sea que haga es debido al miedo. Te has vuelto verdadero contigo mismo.

Veamos que nos enseña Pema Chödrön sobre el miedo a la verdad...

INTIMAR CON EL MIEDO

El miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad.

Embarcarse en el camino espiritual es como meterse en un bote muy pequeño y aventurarse en el océano en busca de tierras desconocidas. Cuando practicamos de todo corazón nos sentimos inspirados, pero antes o después acabamos encontrándonos con el miedo. Pensamos que al llegar al horizonte estaremos en el fin del mundo y nos caeremos al vacío. Como todo explorador, nos sentimos atraídos a descubrir lo que nos está esperando ahí fuera, sin saber aún si tendremos el valor necesario para hacerle frente.

El apego a las creencias es el miedo que nos limita la vida

Aferrarnos a nuestras creencias limita nuestra experiencia de la vida. Esto no significa que las creencias, ideas o maneras de pensar constituyan un problema, un temor; el problema radica en mantener una actitud obcecada, o en querer que las cosas sucedan de una determinada forma, o en aferrarnos a nuestras creencias y modos de pensar.

La verdad en la que crees y te aferras, es miedo y te hace incapaz de escuchar algo nuevo.

EL MIEDO

El miedo es una experiencia universal; lo sienten hasta los insectos más pequeños.

Cuando vamos chapoteando entre los charcos que quedan tras la bajada de la marea y acercamos el dedo a los cuerpos suaves y abiertos de las anémonas, podemos ver cómo se cierran. Lo mismo les ocurre espontáneamente a todos los demás animales. Sentir miedo cuando nos enfrentamos a lo desconocido no es algo terrible; más bien es una parte integral del hecho de estar vivos y que todos compartimos. Reaccionamos ante la posibilidad de encontrarnos con la soledad, con la muerte, ante la posibilidad de no tener nada a lo que agarrarnos. El miedo es una reacción natural al acercarse a la verdad.

No huyas a la verdad ¡Quédate!

¡Quédate! Si estás experimentando inquietud.
¡Quédate! Si tienes miedo y el odio está fuera de control.
¡Quédate! Si te duelen las rodillas y te duele la espalda.
¡Quédate! Si no puedes quedarte ni un minuto más.
¡Quédate! Si hay tiempo para almorzar.

Comenzar un viaje espiritual es como entrar en un barco muy pequeño y salir al mundo en busca de tierras inexploradas. Con la práctica viene la inspiración, pero tarde o temprano también encontraremos miedo. Así que considérese afortunado la próxima vez que encuentre miedo, porque ahí es donde entra el valor.

CORAZÓN VALEROSO

Abrir el corazón sin miedo.

El budismo habla sobre el corazón despierto o corazón valeroso. Que tiene la cualidad de la suavidad, la precisión y la apertura, de ser capaz de dejar de aferrarse a las cosas y de abrirse. El propósito específico de la meditación es el de despertar o cultivar estas fortalezas, despertar o cultivar tu valeroso corazón. Es como regar una semilla que puede florecer.

EL MIEDO A LA MUERTE

Conciencia de la impermanencia.

Si te obsesionas con ello la impermanencia puede volverte loco, porque tienes miedo de bajar de la acera y hasta de salir de tu casa. Te das cuenta de lo peligrosa que es la vida. Es bueno darse cuenta de ello, te hace sentir la realidad de la impermanencia. Es bueno que te des cuenta de que vas a morir, de que la muerte está asechándote en cualquier momento.

Veamos las verdades que nos da miedo reconocer...

LA VERDAD

Si vemos la magia del momento presente; despertamos poco a poco a la verdad.

Aunque las experiencias más supremas nos muestren la verdad y nos enseñen lo que estamos intentando aprender, en esencia no son importantes. Si no podemos integrarlas en los altibajos de nuestra vida, si nos apegamos a ellas, se convertirán en un obstáculo.

SENTIR INCOMODIDAD

La incomodidad es parte de la vida

Hay una verdad que dice simplemente que sentirse incómodo forma parte del ser humano. Incluso no tenemos porqué seguir llamándolo sufrimiento, ni incomodidad. Es simplemente llegar a conocer la ferocidad del fuego, la furia del viento, la turbulencia del agua, la agitación de la tierra, así como el calor del fuego, la frialdad y fluidez del agua, la suavidad de las brisas y la bondad, solidez y seguridad de la tierra. Nada en su esencia es de una forma o de otra.

LA VERDAD Y LA RESISTENCIA

El ego se opone al fluir

Hay una verdad que dice que esta resistencia es el mecanismo operacional fundamental de lo que llamamos ego, que resistirse a la vida provoca sufrimiento. Por regla general se dice que la causa del sufrimiento es aferrarnos a nuestra estrecha visión. Otro modo de decir lo mismo es que resistirse a la completa unidad con la vida, resistirse al hecho de que cambiamos y fluimos como el tiempo, que tenemos la misma energía que todas las cosas vivas, resistirse a todo eso es lo que llamamos ego.

LA VERDAD Y EL CESE

Soltar el aferramiento uno mismo

Hay una verdad que dice que el cese del sufrimiento es dejar de aferrarnos a nosotros mismos. Por cese queremos dar a entender el cese del infierno como oposición al tiempo, el cese de la resistencia, del resentimiento y de la sensación de estar totalmente prisionero y atrapado, de querer mantener ese gran YO a toda costa.

LA VERDAD Y EL CAMINO

Utilizar todo para el camino

Hay una verdad que dice que todo lo que hagamos ─nuestra disciplina, esfuerzo, meditación, medio de vida y todo lo que realicemos desde el día que nacemos hasta el de nuestra muerte─ podemos utilizarlo para que nos ayude a comprender la unidad y la totalidad con todas las cosas. Es decir, podemos utilizar nuestra vida para despertar al hecho de que no estamos separados: la energía que hace que vivamos, que nos sintamos plenos, despiertos y vivos es simplemente la energía que todo lo crea, y nosotros somos parte de ella.

Veamos los Maestros que nos acercan a la verdad...

LOS MAESTROS

Si se aprende a abrir el corazón, aparece el Maestro.

Si se aprende a abrir el corazón, todos, incluso las personas que nos vuelven locos, pueden ser nuestros maestros.

Si se aprende a abrir el corazón, se bajan las etiquetas, se deja de juzgar, y fundamentalmente, no se intenta cambiar a los demás y se los libera a ser quienes están siendo.

Si se aprende a abrir el corazón, se elige lo que el otro tiene para dar y no se da prioridad a lo que no gusta, no satisface o se preferiría que fuera distinto.

Si se aprende a abrir el corazón, se pide lo que se necesita, se trabaja las relaciones desde el 50 por ciento y se deja que los demás elijan la forma de aparecer.

Si se aprende a abrir el corazón, se busca comprender antes de acordar, se deja de adelantar conclusiones, se valida lo que el otro ofrece para dar y se construyen relaciones congruentes, el camino del aprendizaje aparece claro.

Si se aprende a abrir el corazón, se permite reconocer al otro como maestro y darle autoridad, espacio y tiempo para que enseñe, lo haga dándose cuenta o solo sirva como modelo.

Si se aprende a abrir el corazón, se reconoce que no hay mejor modo de recorrer el aprendizaje que en compañía.

Lo que sigue es por si quieres despertar sin miedo a la verdad...

DESPERTAR SIN MIEDO A LA VERDAD

Algunas reflexiones de Pema Chödrön que te harán despertar.

ENFRENTAR EL EGO

Tener aunque solo sea unos segundos de duda respecto a la solidez y la verdad absoluta de nuestras opiniones, incluso el simple hecho de tomar conciencia de que tenemos opiniones, nos introduce a la posibilidad de la ausencia de ego. No tenemos que hacer desaparecer nuestras opiniones y no tenemos que criticarnos por tenerlas. Simplemente hemos de ser conscientes de lo que nos decimos a nosotros mismos y ver cuánto de ello no es más que nuestra percepción personal de la realidad, que puede ser compartida o no por los demás.

Tanto si hablamos de la lamentable situación mundial como de nuestra dolorosa situación personal, el dolor es un resultado del apego al ego, de querer que las cosas sean como queremos, de desear la victoria del yo. El ego es como una habitación que es tuya, una habitación con vistas, con la temperatura, los olores y la música que te gustan. Quieres las cosas a tu manera. Te gustaría tener un poco de paz; te gustaría tener un poco de felicidad: ya sabes, ¡dejadme tranquilo un rato!. Pero cuanto más piensas de esta manera, cuanto más quieres que la vida se adapte a tus gustos, más temes a los demás, y lo que está fuera de tu habitación se hace más grande. En lugar de estar más relajado, empiezas a bajar las persianas y a cerrar la puerta. Cuando sales, la experiencia te parece cada vez más inquietante y desagradable.

ENFRENTAR EL DOLOR

Solo en la medida que hemos llegado a conocer nuestro dolor personal, solo en la medida en la que nos hemos relacionado con el dolor, somos lo suficientemente intrépidos, lo suficientemente valientes y lo suficientemente guerreros para estar dispuestos a sentir el dolor de los demás. En esa misma medida estaremos dispuestos a asumir el dolor de los demás, porque habremos descubierto que su dolor y el nuestro no son diferentes.

Si realmente supiéramos la infelicidad que causa en este planeta nuestra evitación del dolor y nuestra búsqueda del placer, si entendiéramos que este hecho nos hace desgraciados y corta nuestra conexión con nuestro corazón y nuestra inteligencia básicos, practicaríamos la meditación como si se nos estuviera quemando el pelo.

Si estás furioso, y creyendo que tienes razón expresas tu furia y culpas a todos los demás, en realidad eres tú quien sufre. Las demás personas y el entorno también sufren, pero tú sufres más, porque la furia y el sufrimiento te está comiendo por dentro, haciendo que te odies a ti mismo más y más. Expresamos estas emociones porque, paradójicamente, pensamos que eso nos producirá cierto alivio.

Relajarnos en el momento presente, relajarnos en la ausencia de esperanza, relajarnos en la muerte, no resistirnos al hecho de que las cosas se acaban, de que las cosas pasan, de que no tienen sustancia duradera, de que todo está cambiando constantemente: éste es el mensaje básico paraqué el dolor cese.

Nada desaparece sin darnos lo que necesitamos saber.

Pema Chödrön