1 - Al igual que Voltaire no podía escribir sin su gato al lado, yo no puedo jugar al ajedrez sin mi alfil rey.
1 - Amor es lo que tenemos mi gato y yo: no nos pedimos nada, ni el quiere cambiarme, ni yo a el. Eso es el amor, estar contento con la existencia del otro, simplemente. No esperar nada de el.
1 - Somos tan adictos al materialismo como a la realidad material trascendente, que no vemos a Dios delante de nosotros, en el mendigo, el niño hambriento, la mujer de corazón quebrantado; en nuestro amigo en el gato en la pulga.
1 - ¿Que mejor regalo hay que el amor de un gato?
1 - Si tienes un gato y una pierna, tienes a un gato feliz. Si tienes un gato y dos piernas, tienes una fiesta.
1 - Las mentiras son muy difíciles de matar, pero una mentira que atribuye a un hombre lo que en realidad era el trabajo de una mujer tiene mas vidas que un gato.
1 - De todas las criaturas de Dios, solo hay uno que no puede hacerse esclavo de la correa. Ese es el gato. Si el hombre pudiera cruzarse con el gato, mejoraría el hombre, pero se deterioraría el gato.
1 - Soy Alucine, campeón mundial de ajedrez. Tengo un gato llamado Ajedrez. No necesito pasaporte. Nota: Al pedirle la documentación en la frontera polaca en uno de sus viajes.
1 - El mundo visto desde el egoísmo es una cárcel, es como una ratonera, llena de cargas y siempre expuesta a las zarpas del gato.
1 - Sabía usted que un gato tiene 32 músculos en cada oreja.
1 - Una persona puede no tener parientes en ninguna parte, pero la existencia puede hacer que se quede con un gato y así hacerlo mundano. Así es como juega.
1 - La vida es vida, ya sea en un gato, un perro o un hombre. No hay diferencia entre un gato o un hombre. La idea de diferencia es una concepción humana para beneficio propio del hombre.
1 - Cuando escuche lo del gato de Schrödinger, cogí mi pistola.
1 - Amo los animales. Todos los animales. No lastimaría a un gato ni a un perro, ni a una gallina ni a una vaca. Y no le pediría a nadie que los lastimara por mí. Por eso soy vegetariano. - Peter Dinklage
1 - Dios hizo el gato para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre.