1 - Quien tristemente se ata al cuerpo y no quiere ver la realidad, haciendo permanente la permanencia, aplaza aquello que no desea pero que sabe que inevitablemente algún día llegara.
1 - La fe no es ciega. Cree en Ala, pero ata a tu camello.
1 - En todo corazón humano existe un vacío que solo Dios como amigo intimo y querido puede llenar. Así pues, haz que la prioridad de tu vida sea encontrar a Dios.
1 - No existe el alma inmortal que comienza con el nacimiento en el cuerpo físico, sino cuerpos astrales que fueron creados hace miles o millones de años.
1 - Diré que soy un discípulo tibetano de cierto grado; esto puede significar muy poco para ustedes, porque todos son discípulos de alguna manera o otra.
1 - Amad sin expectativas. De esta manera ya no necesitáis buscar el paraíso.
1 - Todos en algún momento de exacerbación hemos cometido algún exabrupto verbal del cual luego nos arrepentimos. El pensar permite reflexionar al hablar.
1 - Es tu comportamiento el que te ata a ti mismo. Descarta todo lo que piensas sobre ti y actúa como si fueras absolutamente perfecto, sea cual sea la idea que puedas tener de la perfección. Lo único que necesitas es coraje.
1 - Cuando alguien te hace daño, deberías decir lo mismo. Bueno, tu no me hiciste daño, tu ego lo hizo, así que no estoy enfadado contigo.
1 - Así como un buscador de perlas se ata una piedra a la cintura para sumergirse y tomar la perla del fondo del mar, cualquiera que bucee en las profundidades de su propio ser con desapego puede obtener la perla del Yo.
1 - ¿Por que es tan cruel el amor? Que no me deja olvidar, que me prohíbe pensar. Que me ata y desata, y luego de a poco me mata.
1 - El momento en el que me he dado cuenta de Dios sentado en el templo de cada cuerpo humano, el momento en el que estoy en reverencia ante cada ser humano y veo a Dios en el, en ese momento soy libre de ataduras, todo lo que me ata desaparece, y soy libre.
1 - La pobreza, el desprendimiento de todo lo que nos ata y nos aleja de Dios, sea o no material, nos deja vacíos, para que Dios puede entrar plenamente en nuestro corazón.