La iluminación espiritual

Frases Daya Mata

Citas Daya Mata


Haz que la prioridad de tu vida sea encontrar a Dios.

Lo que en realidad soy es ese maravilloso estado de conciencia que percibo en mi interior.

Nuestra relación con Dios se vuelve muy dulce y sencilla cuando procuramos recordar lo cerca que el esta de nosotros en todo momento.

Una de nuestras grandes flaquezas consiste en tenerle miedo a Dios.

Para mi, conversar con Dios, hablándole como a un amigo intimo y querido, constituye una forma de oración mas natural, personal y eficaz.

El amor del padre esta frecuentemente condicionado por la razón y por el merito del hijo.

Dios es el origen de nuestro ser, el origen de toda vida. Y hemos sido creados a su imagen. Al encontrarle, percibiremos esta verdad.

A veces el mayor motivo de gratitud esta oculto en las dificultades con las que nos enfrentamos, porque estas nos ayudan a volvernos seres humanos mas fuertes, comprensivos y compasivos.

Cuando algo bueno o hermoso engalane tu existencia, considera que viene de Dios.

Asocia con Dios todo lo que suceda en tu vida.

Cultivar una relación amorosa con Dios.

El hombre fue dotado de una mente y de un cuerpo con cinco sentidos, a través de los cuales percibe este mundo finito y se identifica con el.

Siempre que alguien te preste su ayuda, reconoce en dicho gesto la mano de Dios que te otorga esa gracia.

Contaras con una fortaleza interior que te permitirá decir: Muy bien, afrontare este obstáculo y lo superare.

Si abrigamos muchos prejuicios, en esa misma forma cosecharemos prejuicios.

Mi corazón se estremece de gratitud al reflexionar sobre todo lo que la existencia ha traído al mundo.

Se me parte el corazón cuando veo a personas cuyas mentes están atribuladas por multitud de problemas —frustraciones, desdichas, decepciones—.

Si tratamos de obtener manifestaciones milagrosas o resultados extraordinarios en nuestra búsqueda de Dios, es muy probable que pasemos por alto las diversas maneras en que continuamente el se acerca a nosotros.

En el interior de cada uno de nosotros existe un templo de quietud que no permite la intromisión del alboroto mundano.

Basta un solo pensamiento expresado repetidamente desde las profundidades del alma para atraer la grandiosa respuesta divina.

Dios nos ha dado a cada uno de nosotros un apacible templo interior, donde ninguna otra persona puede entrar.

A los ojos de Dios, nadie es superior ni inferior; todos somos sus hijos.

Cuando invocamos a Dios desde la profunda quietud del corazón con el anhelo puro y sincero de conocerle, de sentir todo su amor, obtenemos infaliblemente su respuesta.

Quien logra ser espiritualmente equilibrado es verdaderamente exitoso.

Descubrieron que, mediante ciertas técnicas científicas, es posible aquietar la mente de tal modo que no subsista la mas mínima ondulación de pensamientos agitados que la perturben o distraigan.

La gente supone que cuando busca a Dios debe ser extremadamente solemne.; pero la falsa piedad no pertenece al alma.

El devoto debe olvidar su pequeño ego si aspira a recordar que esta hecho a la divina imagen de Dios, que es inmortal y siempre consciente.

Cuando acudimos directamente al Manantial de donde proceden todos los amores, bebemos de una fuente que nos satisface mas allá de todo lo que pudiéramos imaginar.

Cuando invocamos a Dios desde la profunda quietud del corazón —con el anhelo puro y sincero de conocerle, de sentir su amor—, obtenemos infaliblemente su respuesta.

Es enormemente gratificante reconocer lo bueno de cada momento, de cada experiencia, mirando al Dador con corazón agradecido.

Permanecer en el templo interior no nos aleja de nuestros seres queridos, sino que mas bien suaviza, fortalece y hace mas permanentes todas nuestras relaciones con los demás.

Lo que conmueve el corazón de Dios no son necesariamente las oraciones prolongadas.

Comienza el día anclando tu mente en esa tranquilidad interior.

Lo que esta sujeto al cambio lleva en si la semilla de la desilusión; de manera que, tarde o temprano, el barco de nuestras aspiraciones terrenales encallara en los arrecifes de la decepción.

Hoy en día, las personas no saben como disfrutar de las cosas sencillas.

¿Por que los seres humanos se hallan atormentados por esta clase de experiencias? Por una razón: han olvidado a Dios, han olvidado a Aquel que nos ha creado a todos.

Tanto aquí como en el extranjero, la gente se acerca y me dice: ¿Como le es posible permanecer sentada e inmóvil en meditación durante tantas horas? ¿Que es lo que hace durante esos periodos de quietud?

Estoy hecho a imagen de la bienaventuranza y del amor de Dios.

El amor de la madre es incondicional: en lo que respecta a su hijo, ella es todo amor, compasión y perdón.

Se sienten tan hastiadas de todo que nada las satisface: demasiado estimuladas externamente, pero famélicas y vacías en su interior, necesitan beber o tomar drogas para evadirse.

Sea cual sea el aspecto en que concibas a la Divinidad, Dios es aquello para ti.

Un profundo sentimiento de gratitud ennoblece nuestra vida y las de las personas con quienes nos relaciónanos.

No es realista hablar de paz entre las naciones si los habitantes de esas naciones no están en paz.

No concibas a Dios como una mera palabra, ni como un extraño, ni como alguien que mora en las alturas a la espera de juzgarte y castigarte.

La verdadera espiritualidad comienza cuando incluimos a los demás en nuestro propio deseo de bienestar, cuando expandimos nuestros pensamientos mas allá del yo, mi y mío.

No es necesario hablar mucho sobre el templo interior. Ahí podemos estar a solas con Dios.

Siempre que experimentes alguna agradable bendición, di interiormente: Gracias, Dios.

Todas las dificultades por las que Dios permite que pasemos son necesarias para acelerar nuestro retorno a el.

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