Desde lo alto de un cocotero, un mono arrojó un coco sobre la cabeza de un sabio. El hombre lo recogió, bebió el dulce jugo, comió la pulpa y se hizo…
Recuerda: La paz, el silencio y tranquilidad, es el estado de la felicidad. El ser humano no alcanza la felicidad a través del deseo y de la comparación.
La felicidad no tiene nada que ver con la ambición; la felicidad nada que ver con dinero. La felicidad se relaciona con tu consciencia, no con tu carácter.
Vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad. La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.
La felicidad no se encuentra en cosas materiales. Encuentra la felicidad en las cosas simples de la vida, valorará lo que tienes y sé agradecido por ello.
Quien esta despierto entra en armonía con la felicidad; naturalmente el se siente feliz. Lo que hace lo hace con alegría. Su felicidad precede a su acción.
La verdadera felicidad y la desdicha dependen de como afrontemos todos los acontecimientos, no de la naturaleza de los acontecimientos que nos suceden.
Ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide. Ser feliz, depende de ti. Sé feliz, aunque estés mal o alguien no te amó o no te haya valorado.
La felicidad es muy sencilla, no necesitas nada para crearla, necesitas estar presente y ser feliz. Si no aceptas lo que tienes, lo que hay, serás infeliz.
El cuento enseña el secreto para ser feliz. Presta atención. En realidad son dos cofres que guardan el secreto para ser feliz. Son la mente y el corazón.
Si el taxímetro corre lentamente eres feliz, si corre a mil, infeliz. Si experimentas esta sensación es porque tu felicidad depende de una causa externa.
Arrojamos los diamantes por estar esperando lo que creemos perfecto o soñado y deseando lo que no se tiene, sin darle valor a lo que tenemos alrededor.
A veces tú mantienes una máscara de felicidad. ¿Qué sentido tiene mostrarle tu infelicidad al mundo? A eso se debe que la gente parezca tan feliz.