El pasado no perdona

El pasado no debe olvidarse y mucho menos las brutalidades de la inquisición. Porque las atrocidades del pasado viven y pertenecen al presente absoluto.

Jebuna

LA RELIGIÓN DEL MIEDO

Este artículo se lo dedico a mi madre.

Insisto de manera contundente, el pasado no se debe olvidar; lo digo con el mejor argumento del universo, Dios Todo y Eterno, es pasado, presente y futuro conjugado en un presente absoluto. Todo pasado, todo presente, todo futuro, es parte del mismo engranaje que se mueve en armonía perfecta para que la manifestación del verdadero Dios esté presente y con nuestro espíritu. A quienes fragmentan a Dios en los tres estados del tiempo, les aseguro que están adorando a un Dios de pacotilla.

¿Por qué aguijoneo tanto con esto? Porque los católicos se quieren lavar las manos de la misma manera que lo hizo Pontius Pilatus al enviar a nuestro amado Maestro a una muerte horrorosa. Los rezanderos se llenan la boca diciendo que la Inquisición fue cosa del pasado, que hay que perdonar, muchos hipócritas. Porque no se concientizan del mal que reina hoy en el planeta gracias a la imposición de una religión de miedo.

Porque me encolerizo con esto, ya que el católico es extremadamente deportivo para defender sus cultos mundanos. Miren esta, para no hacer mención de las otras tantas: la iglesia ha tratado de permanecer callada ante las crecientes demandas contra los sacerdotes pederastas. Muy astutos estos desviados; más adelante nos van a decir que eso de la pederastia es cosa del pasado, nos creen como pendejos, sí, cómo no, nos quieren meter el dedo a la boca, cuántas cosas nos seguirán tapando con ese cuentico. ESO FUE COSA DEL PASADO.

Les recuerdo, el AMOR perdona y corrige. Si nuestros antepasados hubieran obrado con amor corrigiendo todas las atrocidades de la iglesia, nuestro planeta sería un lugar con más conciencia y con menos adoradores de falsos dioses.

Para Dios no existe el tiempo; él nunca llega tarde porque siempre está presente, él no tiene que ir a ningún lado porque todo lo ocupa, él no tiene que amar porque él es amor, él no tiene que respirar porque él es el oxígeno, él es pasado, presente y futuro conjugado en un presente absoluto. Cuando nuestro espíritu empiece a experimentar estas sensaciones, le aseguro que la conexión con Dios estará firme y como debe ser.

No mirar el pasado es como dar permiso para volver a pecar; el pasado es el mejor escondite para aparentar ser santos, qué doblez… Pecamos, echamos tierrita, lo mandamos al pasado y listo. Así es la magia del catolicismo, sepulta todas sus fechorías en el pasado para no corregir. Esto me recuerda a los capos que hacen escuelitas y canchas de futbol para tapar toda su inmundicia. Y digo esto con convencimiento: si el Vaticano quiere corregir sus errores, lo mejor es que cierre sus puertas, que dejen de estar manchando el legado de Cristo; cuántas personas miran a otro lado pensando que Jesús es parte de toda esa miseria católica.

Hago una advertencia: los mensajes que transmito puede que al recién despierto le fastidie como luz incandescente. Mas no sobra elogiar a quien puede ver la luz sin que lo lastime. De todas maneras, si usted con este escrito queda con una especie de molestia en sus entrañas, no se preocupe, es que la oscuridad está dando paso a la luz.

Mi madre es un ser hermoso, como lo son todas las madres; ellas, sin lugar a dudas, hacen cosas que para los hombres son imposibles. Tal vez, quién sabe, porque soy tan inclusive al dar este tipo de regalo a mi progenitora, pero qué más puedo dar, doy lo más valioso que tengo a mi madre; ella se merece lo mejor de su hijo, este escrito se lo doy con todo el amor de mi espíritu. Madre, que Dios Todo y Eterno siempre esté en ti. Eres hermosa; doy gracias a nuestro creador por elegirte para traerme a este mundo. Que tengas un feliz día.

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