La iluminación espiritual

Los pensamientos vivos del ser

POR: MAHATMA GANDHI

Imagen; Los pensamientos vivos del ser; Mahatma Gandhi

PENSAMIENTOS VIVOS

Cinco grandes reflexiones.

Los pensamientos vivos que se presentan a continuación tienen el carácter de ideas vividas, confirmadas por la vida, y ofrecidas por Gandhi a un amigo suyo como momentos de animación matinal en días de abatimiento o crisis espiritual y psicológica. No son proverbios fáciles, ni enigmas a descifrar, ni elucubraciones de un frío intelectual. Son ideas experimentadas por el autor, confiadas entre 1944 y 1946 al amigo Hingorani (el discípulo que se las pidió para saber mantenerse día a día en el camino de fidelidad a la vida y verdad) y no autorizadas a publicarse mientras el autor viviera.

REFLEXIÓN PRIMERA

PENSAMIENTOS PARA EL BUSCADOR DE LA VERDAD

1. En búsqueda.

La verdad solo podemos encontrarla si la buscamos en nosotros mismos, nunca a base de argumentos y discusiones. Si alguien lee Dios en vez de verdad, es lo mismo. Pues la verdad es Dios.

Para encontrar un diamante hay que trabajar muy duramente y remover cientos de toneladas de tierra y piedras. ¿Empleamos nosotros al menos una mínima parte de ese trabajo en eliminar la escoria de la falsedad y en buscar el diamante de la verdad?

¿Cómo puede conocer la verdad alguien en cuya alma bullen constantemente las pasiones? El bullir de las pasiones en el alma es como una tempestad en el océano. En la tempestad del océano, el timonel se salva si sujeta con fuerza el timón, y en la tempestad del alma solo sale victorioso el que se apoya en el rama-nana (invocación del nombre de Dios).

La clave de la felicidad consiste en honrar la verdad, dadora de todas las cosas. Pero ¿cómo hemos de honrar la verdad? ¿Quién conoce la verdad? Nosotros nos referimos a una verdad relativa, a lo que se nos muestra como verdad. La experiencia nos demostrará que es muy difícil seguir la verdad, incluso entendida en ese sentido limitado.

Guardémonos del saber engañoso. Es el saber engañoso lo que nos mantiene alejados de la verdad o nos aparta de ella. Aun la más pequeña falsedad echa a perder el ser humano, del mismo modo que una gota de veneno arruina todo un mar.

2. Sinceridad y consagración a la verdad

Superemos las contrariedades y oscilaciones. Detrás de la aflicción se esconde la felicidad, y detrás la felicidad la aflicción. Donde brilla el sol también hay sombras; donde hay luz también hay oscuridad; donde hay nacimiento también hay muerte. La liberación de todo consiste en no dejarse afectar por estas contradicciones. Y el método para vencerlas no consiste en deshacerlas sino en elevarse por encima de ellas y ser absolutamente libre de toda supeditación a ellas.

Si alguien sabe que algo es la verdad, ¿por qué duda en manifestarla? ¿Se avergüenza? ¿Avergonzarse de qué?. Deberíamos. liberarnos de las malas costumbres, pues de lo contrario no podremos seguir el camino de la verdad. Tenemos que sacrificarlo todo en el altar e la verdad. Muchas veces no queremos aparecer como lo que somos, sino mucho mejores. Si somos débiles, ¡qué bueno sería para nosotros aparecer como tales.! Si deseamos crecer, debemos actuar y pensar con nobleza. Y si esto no es posible, debemos aparecer como débiles. Así alcanzaremos un día la anhelada altura.

No se es un satyagrahi –el que se aferra a la verdad- por el mero hecho de presentarse como tal. Solo la contemplación de la verdad pura hace del ser humano un satygrahi.

En el Times of India aparece un pensamiento para el día que me gusta y dice: Cree en la verdad, piensa la verdad y vive la verdad. Por mucho que parezca que triunfa la mentiras, ésta nunca puede triunfar sobre la verdad. ¿Por qué el ser humano teme decir y hacer la verdad y no tiene miedo a decir y hacer la falsedad?

Quien se consagra a la verdad debe practicar el silencio. Sin embargo, hay muchos buscadores de la verdad que hablan en exceso, lo cual significa que esto se ha convertido en ellos en una costumbre. Deberíamos abandonar esa costumbre. Una palabra inútil es una herida infligida a la verdad. Por eso resulta más fácil hacer la verdad si se respeta el silencio. No pierdas la serenidad si alguien te llama mentiroso o te contradice. Si quieres decir algo, dilo tranquilamente. Si no, posiblemente lo mejor es guardar silencio. Si eres verdaderamente sincero, no te vas a convertir en mentiroso por el mero hecho de que alguien te lo llame.

3. Palabra verdadera y eficaz

La mentira destruye el alma; la verdad la fortalece. Sabiendo como sabemos que todas las cosas tienen dos lados, solo debemos mirar al lado positivo. Una sola palabra, si es verdadera, es suficiente. En cambio, las palabras falsas, por muchas que sean, no tienen ningún valor. El poder de una palabra verdadera es tal que le conduce a uno del egoísmo al altruismo.

El hombre mentiroso procura tener a punto muchas escapatorias. En cambio, un hombre que ama la verdad suprime todas las escapatorias. Sigue el camino recto aun con los ojos vendados. Quien sigue la verdad a toda costa tiene que estar siempre dispuesto a morir por ella y, cuando llegue el momento, tendrá que entregar su vida.

Superstición y verdad no van juntas. A un lado, la verdad; al otro, el dominio sobre la tierra. ¡Oh corazón mío, deberías elegir la verdad y rechazar el dominio! Si alguien quiere hacer suya la verdad, necesita tener una paciencia inagotable. La belleza no está en la apariencia sino únicamente en la verdad.

REFLEXIÓN SEGUNDA

PENSAMIENTOS SOBRE DESPRENDIMIENTO Y LIBERTAD

1. Desprendimiento como ecuanimidad

Según el Bhagavad-Gita, la salvación (hindú) es el desprendimiento absoluto de todo. ¿Cómo se logra el desprendimiento? Aprendiendo a estimar por igual la alegría y la tristeza, al amigo y al enemigo, lo mío y lo tuyo. Debido a ese equilibrio, otra posible forma de denominar el desprendimiento sería ecuanimidad.

Todos anhelamos la salvación, pero posiblemente no sabemos exactamente en qué consiste. Ello no obstante, uno de los significados de salvación es la liberación del ciclo nacimiento-muerte.

Según algunos, el desprendimiento es una empresa difícil y arriesgada. Y es verdad. Pero ¿acaso conseguir lo necesario no es siempre difícil? . Sólo con la aportación de un constante esfuerzo se hace fácil lo difícil.

Valentía significa ausencia de todo tipo de miedo: miedo a la muerte, miedo al dolor físico, miedo al hambre, miedo a las injurias, miedo al compromiso político, miedo a los espíritu y a las fuerzas del mal, miedo a la ira de alguien. Mas ¿puede haber valentía sin desprendimiento? El miedo solo desaparece con la extinción del yo. El hombre solo se encuentra perdiéndose a sí mismo. La alegría de vivir consiste en deshacerse de las preocupaciones de la existencia.

2. Libertad e iluminación interior

La fuerza interior la obtenemos leyendo las sagradas Escrituras, pero la verdadera libertad solo puede alcanzarse mediante la iluminación interior. Cuando un ser humano hace algo y después lo lamenta, lo que demuestra es que no lo hizo con la debida reflexión, sino sometido a alguna presión. Una misma cosa, contemplada desde un punto de vista, nos molesta; contemplada desde otro, nos produce risa. ¿No sería mejor ni enfadarse ni reírse? Quien no se deja alterar por las malas noticias tampoco se alegra con las buenas.

3. Desposeimiento

Si una persona duerme bajo el cielo, ¿quién podrá robarla?. Sea la tierra mi posada, y el cielo es su techo. Un ser humano que se ha liberado de las ataduras no puede poseer nada.

Todo aquello de que te desprendes te pertenece; lo que conservas, en cambio, no te pertenece. Todo lo que tomamos se lo quitamos a otros de la boca. Por eso, si deseamos apropiarnos de algo, debemos analizar si realmente lo necesitamos, y procurar luego desear lo menos posible.

No poseer significa no atesorar nada que no necesitemos hoy. Dalo todo y lo ganarás todo. Consérvalo todo y lo perderás todo. Un hombre sabio solo alcanza la paz a través de la abnegación. La renuncia que no brota del corazón no es duradera.

Una persona humana sin dependencias ni ataduras tendrá una paciencia inagotable, y en ninguna circunstancias encontrará motivos para la ira.

!Es mucho más fácil vencer a otros que vencerse a sí mismo, pues lo primero se puede conseguir valiéndose de medios externos, mientras que lo segundo solo puede lograrse con la propia fuerza de la mente.

3. Esclavos de nadie sino de Dios

Si alguien se somete a la autoridad, ha de saber que ello supone pagar el precio de la libertad personal. ¿Por qué tengo que depender de nadie en mis asuntos personales? La servidumbre respecto del entorno embota el espíritu del ser humano.

Quien no quiera ser esclavo de nadie tiene que ser esclavo de Dios. Cuando un ser humano vacía su corazón Dios penetra en él.

La verdadera debilidad es interior, no exterior. Allí donde hay libertad de espíritu, hay una indefectible fuerza interior.

La verdadera alegría está en la renuncia. Sólo la experiencia enseña cuán difícil es conseguir el estado de desprendimiento. Sólo conoce el atractivo de la soledad quien ha optado libremente por ella.

Si Dios cuida de nosotros, ¿por qué vamos a abrumarnos con preocupaciones? El que tiene miedo está abocado al fracaso. El ser humano está allí donde está su alma, no allí donde se encuentra su cuerpo.

REFLEXIÓN TERCERA

PENSAMIENTOS SOBRE AMOR Y SERVICIO

1. El fuego del amor hace milagros

El amor puro ahuyenta todo exceso. Por muy amenazadora que sea una crisis, el fuego del amor la supera. Aunque el vínculo del amor sea cada vez más fuerte, no se le percibe como una atadura. Se dice, en general, que no hay amor sin temor. Pero no es cierto. Donde hay temor no puede haber verdadero amor.

Es más fácil atravesar el mar que se extiende entre los continentes que salvar el abismo que se abre entre individuos y entre pueblos, si no media el amor. Sólo una vida puesta al servicio de los demás da fruto. La verdadera medida del éxito en la vida de una persona es su capacidad para crecer en ternura y madurez.

Si damos algo, lo que demos debería ser lo mejor de nosotros mismos.

2. Dios, mi hermano y yo.

¿Contra quién podemos abrigar enemistad, si el mismo Dios nos dice que él habita en todos los seres vivos? Dios no habita ni en el templo ni en la mezquita. No está ni dentro ni fuera. Si realmente está en algún lugar, es el hombre y en la sed de la gente sencilla.

El ser humano no puede honrar a Dios y, al mismo tiempo, despreciar a sus semejantes. Ambas cosas son inconciliables.

Dice Nanak: Dios habita en todo corazón humano, y por eso todo corazón es un templo de Dios. Si Dios habita en todos los corazones, ¿Quién se atreverá a odiar a alguien?.

El proceder desinteresadamente es una fuente de fortaleza, pues con ello, al mismo tiempo, se honra a Dios. A una persona hambrienta Dios solo se le aparece en forma de pan. Regalar ropas al desnudo es ofenderlo. Dale trabajo, para que pueda ganar dinero con el trabajo de sus manos y comprar la ropa que necesita.

3. Amar es servir

Dice Nanak: Dios lo ha dispuesto todo de tal forma que en este mundo todos formamos una familia, y cada uno debe vivir para los demás. Para acabar con la marginación de los intocables., debemos tratarlos como a nuestros propios hermanos y hermanos. Nadie es superior, y nadie es inferior. Gracias a que se mantienen unidas y se mueven de manera conjunta, millones de gotas forman el mar. Lo mismo debería ocurrir con los seres humanos.

La grandeza de una persona reside en su corazón, no en su cabeza, es decir, no en su intelecto. Nadie que sea capaz de aligerar la carga de otro, aunque sea mínimamente, carece de valor.

El verdadero servicio a la sociedad consiste en proporcionarle aquello con lo que la sociedad se perfecciona en todos sus miembros. Quien no conoce ni observa ninguna ley no puede ser un servidor del pueblo.

En cierta ocasión, santa Catalina de Siena se encontraba sin un céntimo. Tan solo poseía la capa con que se abrigaba, y se la dio a un mendigo que se la pidió. Más tarde, alguien le preguntó: ¿Y cómo vas a viajar ahora sin capa?. Y ella respondió: La vestidura del amor me abrigará mucho más que la capa.

Quien desea complacer a todos no complace a nadie. Es a Dios a quien debemos complacer. Sólo a él tenemos que alabar. Así nos veremos libres de todo enojo y de todo disgusto. Mas ¿cómo podemos complacer a Dios? ¿Cómo tenemos que alabarlo? Sirviendo a su criatura: el ser humano.

REFLEXIÓN CUARTA

PENSAMIENTOS SOBRE AUTOCONOCIMIENTO Y ACCIÓN

1. Es de suma importancia conocerse bien

Quien no se conoce a sí mismo está perdido. Lo que somos, nosotros mismos lo hemos hecho. Cuanto mejor conoce el ser humano su yo, tanto mayor es su progreso. Una persona no debe nunca reprimir su voz interior, ni siquiera cuando está sola.

Resulta extraño que pongamos tanto empeño en las cosas exteriores y no nos preocupemos de las interiores. Hago un notable esfuerzo por mantenerme físicamente sano. ¿Pongo el mismo empeño en conocer mi alma?.

El ser humano, si quiere conseguir el autoconocimiento, tiene que salir de su concha de caracol y contemplarse desapasionadamente. El autoconocimiento es de un valor incalculable y, sin embargo, nosotros pretendemos conseguirlo sin esfuerzo. En cambio, por conseguir la riqueza o la fama, que carecen de valor, estamos dispuestos a sacrificarnos en todo.

El ser humano crece cuando conoce la verdadera naturaleza de su yo, reflexiona sobre ella y practica la virtud. Vivir de otro modo conduce a la ruina.

El ser humano tiende a olvidarse de sus propias faltas y a ver las de los demás. Esa actitud no produce más que desdichas, pues tan ciego como quien ha perdido la vista es el que encubre sus faltas.

Nada puede avergonzar a quien, por decisión propia, reconoce abiertamente sus pecados y se avergüenza de ellos, aunque los demás los desconozcan. No reconocer los propios errores significa volver a repetirlos y cometer el pecado añadido de encubrirlos. .

2. Unos pensamientos elevan, otros envilecen

Hay dos clases de pensamientos: unos que elevan, otros que envilecen. Deberíamos tenerlo siempre presente y aprender a distinguir unos de otros.

El error solo deja de serlo cuando se rectifica. El mero hecho de reconocer el mal no sirve para eliminarlo. Hay que hacer todo lo posible para que no se reproduzca. Cuando el ojo de una persona dice una cosa, su lengua otra, y su corazón otra cosa distinta, estamos ante un tipo de hombre que no sirve para nada.

El camino recto es tan duro como sencillo. Si no fuera así, todos seguirían el camino recto. Una educación que no forma el carácter carece totalmente de valor. La perfección es para el ser humano un ideal, aunque no es posible alcanzarlo, pues el ser humano ha sido creado imperfecto. Debemos luchar, no obstante, por que nuestra vida se adapte lo más posible a lo que tratamos de ser.

El ser humano no es Dios, no debe llamarse dios. Su papel consiste en ser reflejo de la divinidad. Un ser humano sin ideal es como un barco sin timón; y solo se puede decir de alguien que tiene un ideal cuando emplea todos los medios para realizarlo.

Quien se centra en una cosa, y la persigue como su única meta, acaba adquiriendo la capacidad de hacerlo todo.

3. ¿Cuándo digo yo y cuándo digo Dios?

En distinguir acertadamente cuándo digo yo y cuándo digo Dios radica la prueba de la sabiduría.

El ser humano en el mundo es tan incapaz de comprender el universo como el pez lo es de medir la profundidad del océano. El canto no se origina únicamente en la laringe. Brota también del espíritu, de los sentidos y del corazón.

En la vida humana tiene que haber armonía, y ésta debe impregnar toda acción y toda conducta. Mientras no se dé armonía entre cuerpo, espíritu y alma, no habrá concordia. Tener buenos pensamientos es una cosa; obrar de acuerdo con ellos, otra. .

¿Cuándo se secará el Ganges? En el momento en que se separe de sus fuentes. Pues, algo parecido ocurre con el alma cuando se separa de la fuente eterna de la vida, es decir, de Dios. .

¿Por qué buscas fuera de ti lo que está en tu interior? Cuando nuestra vida exterior prevalece sobre la interior, las consecuencias son funestas. El ámbito del crecimiento humano está en su interior. Una vez que has visto la belleza interior, la exterior te parece inmensamente pobre.

REFLEXIÓN QUINTA

PENSAMIENTOS SOBRE NO VIOLENCIA Y PASIONES

1. No violencia, arma del fuerte y paciente

Tomemos en la mano una hoja de papel blanco. ¿Cuál de sus dos caras es su anverso y cuál su reverso? No podemos decirlo. Pues, lo mismo ocurre con la no violencia y la verdad. No existe la una sin la otra.

Si uno es capaz de emplear la violencia para alcanzar sus fines, ¿por qué va a dudar en recurrir también a la mentira, de palabra o de obra? Sin brahmacharya,. es decir, sin dominio de los órganos sensoriales en los pensamientos, las palabras y las obras, no es posible vivir en la verdad y en la no violencia. Quien vive con continencia en lo físico, pero es impuro en su corazón, no puede considerarse un verdadero brahmachari.

¿Qué debemos hacer cuando una mala persona entra en nuestra vida y nos arrebata cuanto tenemos? ¿Cuál es la solución no violenta? La respuesta sencilla es: permitirle amablemente que siga su camino.

La conducta violenta es limitada y puede fracasar. La no violencia no conoce fronteras y jamás fracasa. La violencia es el arma del débil; la no violencia lo es del fuerte. Capitular ante la violencia es un signo de falta de hombría. La no violencia perfecta se caracteriza por una falta total de odio. La no violencia sirve al bien de todos, y no solo al bien del mayor número posible. Quien ensalza la no violencia tiene que estar dispuesto a sacrificar su vida para garantizar el bien de todos.

La crueldad de uno es la medida de la bondad de otro. El vicio florece en la oscuridad y se desvanece a la luz del día. La no violencia y la verdad brillan por sí mismas. De lo contrario, no son auténticas.

2. No seamos víctimas de malos deseos

Es bueno no someterse al deseo. Una vez que se ha cedido, es muy difícil, si no imposible, dominarse. Quien no está en condiciones de dominarse a sí mismo nunca podrá verdaderamente ejercer dominio sobre los otros. En la naturaleza del agua está fluir hacia abajo. Así también el vicio arrastra hacia abajo al ser humano, y este es, sin lugar a dudas, el camino más fácil. Pero la virtud consiste en conducir al ser humano hacia arriba; y por eso aparece como el camino difícil.

Nuestro mayor enemigo no es el extranjero ni ningún otro. Somos nosotros mismos, es decir, nuestra codicia. La avidez humana se extiende hasta las más elevadas alturas del cielo y hasta los más profundos abismos de la tierra. Por eso es preciso ponerle freno. El alcohol hace momentáneamente insensato al ser humano, en cambio el orgullo lo destruye por completo, sin que ni él mismo se percate.

La envidia consuma a quien la alienta. El que es objeto de la envidia no se ve afectado por ella y, posiblemente, ni siquiera la percibe. Los dolores del hambre no se calman llenando el estómago a reventar. Sí pueden vencerse conformándose con tomar una limitada cantidad de alimento, como una medicina. Cuando un ser humano da rienda suelta a su ira, solo se daña a sí mismo. La experiencia diaria nos enseña esta verdad. Sólo da fruto la obra que se realiza una vez que se ha calmado la ira.

2. Matar el egoísmo y vivir en Dios

Cuando nos dominan las pasiones, no es el ser humano quien disfruta del placer; es el placer el que disfruta del ser humano, es decir, el que lo consume. El egoísmo es un constante suplicio. Unas palabras egoístas siempre pueden ser consideradas poco sinceras. Ser esclavo del miedo y del egoísmo es la peor forma de esclavitud. Por muy elevado que sea un empeño, debería incluir también a las criaturas más viles. El egoísmo y el miedo desaparecen cuando se conoce a Dios.


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