La iluminación espiritual

La influencia intelectual de Nietzsche

PENSAMIENTOS DE NIETZSCHE

Todo pensador profundo tiene más miedo de ser entendido que de ser incomprendido.

La intensión de este articulo no es para que pensemos como Nietzsche, sino solo para que pensemos.

Si para Marx la religión llegó a ser, en su célebre cita, el opio de las masas; para Nietzsche ésta constituye más que una droga, una enfermedad. Friedrich Nietzsche puede ser considerado uno de los filósofos más feroces cuando de religión se trata. Este no solo se ocupó de trazar los orígenes de las necesidades metafísicas y religiosas, sino que en su crítica visceral embarcó en la tarea de demostrar los efectos que la religión tenía sobre la apreciación humana de la vida en sí misma.

Nietzsche acusa a los fundadores de la religión de ser no solo los más grandes impostores entre los hombres, sino más importante aún, de engañarse a sí mismos. El filósofo considera que la religión (así como la metafísica y el arte) entumece los sentidos. La labor de los sacerdotes y el propósito divino de su empresa ha sido precisamente la narcotización de males humanos. Para Nietzsche, el sacerdote es esencialmente un personaje soporífero. Este se desempeña como narcotraficante y administrador de su propio producto. Pero más importante aún y autodeceptivamente, el sacerdote es un adicto en sí mismo.

Conozcamos otros pensamientos de Nietzsche...

CONCIENCIA

Soportamos más fácilmente la mala conciencia que la mala reputación.

Resulta mejor atender a la conciencia y no a la razón, porque ante un fracaso la primera encuentra disculpa y aliento. Ese es el motivo por el cual tanta gente es concienzuda y tan poca es razonable.

La buena conciencia nace de la mala conciencia, no se oponen ambas características, porque todo lo bueno comienza siendo nuevo y eso significa ser opuesto a las costumbres, ser inmoral y alimentarse del corazón que la tiene.

El problema de la conciencia se presenta realmente cuando nos damos cuenta de que podríamos escapar de ella.

La conciencia, en términos generales, solo pudo desarrollarse por la presión que ejerce la necesidad de comunicarse. Si el hombre hubiera vivido aislado no la hubiese necesitado.

El individuo piensa constantemente, pero lo ignora. Lo que se vuelve consciente del pensamiento es solo una parte mínima, la más superficial y mediocre y se da a conocer oralmente, con signos de comunicación. Eso confirma la definición de conciencia como nacida de la necesidad de comunicarse.

El hombre, al tiempo que inventa signos, aumenta cada vez de forma más precisa la conciencia sobre sí mismo. Lo aprendió como animal social y lo aprende cada vez más.

La conciencia no es parte de la base de la existencia como individuos, sino de lo que él tiene de gregario y comunitario. Por eso, aunque haga esfuerzos para cumplir con eso de compréndete a ti mismo solo llevará a la conciencia lo no individual.

La conciencia por su propio origen es un peligro, y quien viva entre los europeos más conscientes sabrá que además es una enfermedad.

VERDAD

Donde no hay nada, hasta la propia verdad pierde derechos.

Los hombres prefieren la incertidumbre en lo intelectual y aborrecen la verdad desde el fondo del alma, a causa de su precisión.

Cuando la verdad es acomodada dentro del cerebro, la cabeza también queda acomodada donde debiera estar.

El progreso de la ciencia no necesita de la pasión por el conocimiento, siempre pudo desarrollarse y crecer sin pasión alguna.

Ninguna religión exige más renunciamiento y excluye tan poco piadosamente a los egoístas como la ciencia.

El hombre antiguo no tenía en gran consideración a la ciencia. Sus discípulos más dedicados daban más importancia a la virtud. Lo históricamente nuevo es que el conocimiento haya pasado a ser más que un medio.

La ciencia, algo verdaderamente muy bueno, no apareció con una buena conciencia, por ello no necesita fingir y puede moverse enmascaradamente como un delincuente, apesadumbrada y compungida por ser contrabandista.

Quien se acostumbró a la severidad de la ciencia anhela vivir en su atmósfera clara, transparente, tonificante, rebosante de electricidad.

Si no hubiesen existido los brujos, astrólogos, magos o alquimistas, no hubieran existido promesas capaces de despertar hambre y sed de poderes ocultos y prohibidos. Por lo tanto, jamás hubiera podido aparecer la ciencia.

CIENCIA

La ciencia tiene su fundamento en una creencia y no existe ciencia sin supuestos.

En la ciencia es muy común abandonar en el instante previo a hallar la solución, convencido de que fue un esfuerzo vano. Es como cuando alguien pretende desenmarañar una madeja y se para cuando está a punto de conseguirlo porque es el momento en que le ve más nudos.

La ciencia requiere más nobleza que la poesía, porque debe estar menos seducida por la gloria e ir más profundamente de lo que le parece digno a la masa.

En toda circunstancia, la naturaleza científica parecerá menos dotada porque brilla menos y es menos apreciada de lo que vale.

Despiertos podemos ignorar cosas, ser incapaces de sentir otras, pero al dormirnos, el sueño nos lo pondrá absolutamente en claro sin errores posibles.

No soñemos, a menos que lo hagamos con cosas interesantes. No estemos despiertos, si no es de forma interesante.

La persona que vive absorta no tiene ocasión de sentirse perpleja.

Si nos planteamos una meta importante seremos superiores a la justicia, a nuestros actos y a nuestros juicios.

Los sacrificios que suframos al hacer bien o mal no cambian nada el valor último de nuestros actos; aunque pongamos en juego nuestra vida como el mártir en pro de su Iglesia, siempre es un sacrificio que hacemos en aras de nuestra sed de poder o para conservar al menos el sentimiento que tenemos de él.

PENSADORES Y PENSAMIENTOS

Una voz estentórea es incapaz de expresar pensamientos sutiles.

Para que una excitación fuerte se defina como placer o dolor tiene que actuar el intelecto e interpretarla.

Consumir arroz en exceso lleva a usar opio, hacer lo mismo con las papas conduce al alcohol, pero el peor efecto es conducir a formas de pensamiento y de sentir que actúan como narcóticos.

Para que un individuo o su pensamiento actúen general y absolutamente, debe hacerlo sobre una masa homogénea.

Un pensador es aquel que sabe considerar las cosas más sencillas de lo que son. Como los pensamientos son la sombra de los sentimientos, siempre serán más oscuros, vacíos y simples que estos.

Tratar de mediar entre dos pensadores convencidos es mediocre, no se puede detectar lo singular, solo se ven semejanzas y todo se iguala. Eso es propio de una visión pobre.

En lo que se refiere al pensamiento es imposible sostener la autoridad y la reputación si se erigen sobre la confusión y la falsedad. El autor presiente que esa construcción puede derrumbarse, y eso humilla a su conciencia.

Decir algo en pocas palabras significa haber pensado profundamente, pero si un neófito lee y no reflexiona, piensa que está frente al comienzo de algo a desarrollar y critica a quien tuvo la osadía de servirle un alimento crudo.

El pensador aburrido apela a la verborrea y lo fastuoso. Con la primera piensa adquirir movimiento y claridad, con lo segundo piensa que adquirió su condición libremente, que la obtuvo de una intención artística con el propósito de lograr la dignidad que piden los movimientos lentos.

El tiempo de vivir ocultos en el bosque como animales asustados pasará. El conocimiento tomará lo que le pertenece, reinará y poseerá y habrá que reinar y poseer junto con él.

Creo que el hombre no cree en un alma siempre elevada, sino en instantes, tal vez en cuartos de hora. Con excepción de quienes conozcan por experiencia la forma de prolongar el pensamiento elevado.

Cuando se enfrenta a la gaya ciencia, el animal serio manifiesta su prejuicio: la risa y la alegría demuestran un pensamiento sin método ni mesura. Nuestro deber es demostrar que estamos frente a una arbitrariedad.

Son malos momentos para quien desee pensar. Tiene que aprender a aprovechar el silencio producido entre dos ruidos y el resto del tiempo hacerse el sordo, hasta que termine por ensordecer realmente. Mientras espera el día de conseguirlo, corre el riesgo de morir de impaciencia y dolor de cabeza.

Durante mucho tiempo se consideró que el pensamiento consciente era el pensamiento en términos absolutos. Recién ahora estamos vislumbrando que la mayor parte de nuestra vida intelectual es inconsciente y nos pasa inadvertida.

El pensamiento más débil y por consiguiente dulce y plácido es el que produce conscientemente el filósofo, por eso se equivoca tanto respecto de la naturaleza del conocimiento.

Hay tiradores que están orgullosos aunque no dieron en el blanco porque fueron más allá del blanco. Hay otros que lo están de no haber dado en el blanco pero sí en otra cosa. Lo mismo ocurre con algunos pensadores.

En las cimas hace más calor de lo que la gente cree, especialmente en invierno. El pensador podrá discernir lo que significa este pensamiento.

Europa es una enferma que debería estar sumamente agradecida a su incurabilidad y al eterno cambio de su sufrimiento: estas situaciones, estos peligros, estos dolores y estos recursos, al estar renovándose continuamente, han acabado provocando esa irritabilidad intelectual que casi equivale al genio, y que en todo caso es la madre de todo genio.

La insatisfacción europea actual se explica a través de la inclinación a beber de más que impusieron los germanos. La Edad Media es sinónimo de borrachera europea. Y los alemanes sienten asco hacia la vida como resultado de la tristeza del invierno, el aire de caverna y la emanación de estufas típicas de las habitaciones alemanas.

Lo primero que los pueblos salvajes toman de los europeos es el alcohol y el cristianismo, ambos estupefacientes. Y con lo que mueren más rápido es con el alcohol y el cristianismo, los estupefacientes europeos.

Si por acción de un mago travieso un grupo de comensales de pronto se viera sin ropas, desaparecería su buen humor y perdería el apetito, porque los europeos no pueden prescindir de ese enmascaramiento llamado ropa.

RELIGIÓN Y RELIGIOSOS

El hombre religioso es una excepción dentro de la religión.

Se inventó la oración para aquellos que no pueden pensar por sí mismos, esos que no conocen la elevación del alma o no perciben su crecimiento.

Para que esos individuos no molesten, los inventores de religiones prescribieron fórmulas de oración, son trabajos largos y mecánicos que requieren el uso de la memoria y de determinadas actitudes de los labios, las manos, los ojos, los pies.

Lutero dijo que Dios no subsistiría sin hombres sensatos, pero olvidó decir que menos todavía podría hacerlo sin insensatos.

Debemos reverenciar al piadoso, pero también al hombre sinceramente falto de religión. Con este estaremos en la cima, cerca de la fuente de los ríos. Con los primeros sentiremos que estamos bajo un árbol calmo, pleno de savia y de hermosa sombra.

El mayor progreso de las masas son las guerras religiosas. Son la prueba de que comenzaron a creer que las ideas son respetables.

El pensamiento religioso incluye la representación de otro mundo. Cuando desaparece el delirio religioso se presenta un vacío y un desequilibrio; en ese momento nace otro mundo metafísico que no es religioso.

Los fanáticos de alguna doctrina o maestro, están quitándose las propias culpas comportándose como jueces, ya que todo el tiempo tratan de pensar que necesitan legitimarse.

Hay personas piadosas que ayudan insolentemente. No les preocupa ni el tipo ni el origen de los males del otro, por eso falsean con tranquilidad tanto la salud como el prestigio del enfermo.

Una vez, un lago no quiso seguir derramándose. Levantó un dique y desde entonces no dejó de subir su nivel. Tal vez el hombre pueda hacer lo mismo si renuncia a derramarse en un dios y comienza a elevarse cada vez más.

Los fundadores de religiones no son honrados. Jamás se preguntaron qué experimentaron realmente, o qué pasó en su entorno, o si su razón tenía lucidez, o si sus sentidos eran engañados, o si su voluntad ofreció alguna resistencia a la alucinación.

La Iglesia romana se basa en la suspicacia meridional respecto de la naturaleza humana. El protestantismo fue una sublevación popular en pro de la gente superficial, pero fue la Revolución Francesa la que entregó el cetro solemnemente y sin reservas al buen hombre.

Un fundador de religiones se evidencia en su profundo conocimiento psicológico de una categoría determinada de almas que espera tomar conciencia de lo que tienen en común entre ellas.

La fundación de una religión genera una fiesta grandiosa en la cual se reconocen mutuamente las almas de igual categoría.

La creencia se necesita más cuando falta voluntad, porque voluntad y pasión de mando es el signo distintivo de la soberanía y la fuerza.

Las bellas almas religiosas están sedientas de sinrazón y no desean apagar la sed. Por eso conviven con milagros, conversiones y oyen cómo hablan los ángeles.

El grado de fuerza o debilidad del individuo se evidencia en la necesidad de creer para prosperar, de tener algo sólido y estable en donde apoyarse.

En el preciso momento en que un hombre se convence a fondo de que debe recibir una orden, pasa a ser un creyente.

El ser que más sufra, cuya vida sea más pobre, tiene más necesidad de mansedumbre, de paz, de bondad en pensamientos y acciones y hasta necesita un dios, un salvador.

La voluntad de eternización tiene doble interpretación. Puede venir de un sentimiento de amor y gratitud. Pero también puede ser la voluntad tiránica de un ser dolorido que espera dar carácter obligatorio a la idiosincrasia de su dolor.

El fanfarrón que teoriza sobre la ciencia de su metafísica, lleva ocultos en su mochila: un crucifijo, el consuelo de la inmortalidad, algo de espiritismo, miseria de pecador y orgullo e hipocresía.

Mientras las divinidades se adoraban en los árboles, las piedras o los animales era repugnante darles forma humana; parecía que el hombre tenía temor de cometer un acto impiadoso.

Es imposible que la multitud nos aclame si antes no entramos a la ciudad montados en un asno.

El cristianismo contribuyó mucho a enseñar el escepticismo moral, se ayudó con una gran paciencia y con una sutileza incansable.

CRISTIANISMO

En el cristianismo se alaba a Dios y sus santos para exasperar a los hombres, luego se alaba exageradamente al hombre para que Dios y sus santos se enojen. ¿No podríais al menos imitar la conducta cristiana ya que no tenéis en el corazón dulzuras cristianas?

El cristianismo es una religión que pertenece a la antigüedad envejecida, necesita civilizaciones viejas y degeneradas para obrar como un bálsamo, sin embargo, para los pueblos jóvenes, como eran los germanos, resultó un veneno.

El cristianismo prohibió el suicidio, pero dio carácter de esperanza al martirio y la muerte lenta del asceta.

El pecado tal como se lo conoce en los lugares cristianos es herencia judía, y el cristianismo no hizo más que judaizar el mundo. La manera más elemental de verlo es comparar hasta qué punto nos resulta ajena la antigüedad griega y su ausencia de sentimiento de pecado. Para un griego antiguo, la frase si no te arrepientes Dios te castigará sería seguramente motivo de burla.

Una personalidad como la de Jesucristo solo podía haber aparecido en Judea, un paisaje sobre el cual estaba siempre pendiente la terrible sombra de la ira de Jehová. Solo allí se pensó que un rayo de luz era una forma de milagro de amor, de gracia inmerecida.

Para el creador del cristianismo, el pecado era lo peor que podía sufrir el hombre. Esto fue un error. El mismo se sentía libre de pecado y carente de experiencia de este. Luego, el cristianismo hizo justicia con su maestro y consagró su error como la verdad.

Dentro del cristianismo hay un hedonismo por el cual se afirma que Dios no puede pedirle al hombre sino lo que este pueda cumplir. Por eso la virtud y perfección cristianas son factibles.

Cuando el cristiano cree que puede amar a su enemigo, aunque esta creencia sea un engaño de su pensamiento sin fundamento psicológico alguno, se sentirá feliz mientras permanezca dentro de esa idea.

Para arrancar al cristianismo desde el espíritu, hay que atacar el punto desde donde comenzará a desaparecer, que coincide con el lugar desde donde se defenderá con mayor fuerza. Desde otro ángulo veremos que caerá sin desaparecer, brotarán de él otras ramas porque se rebelarán los sentidos, no el espíritu.

Supongamos que Cristo quiso verdaderamente salvar al mundo. ¿No parece haber fracasado en su intento?

Buda aconsejaba no adular a nuestro benefactor. Eso mismo, dicho en una iglesia, la purificaría de todo lo cristiano que tiene.

El cristiano espera la intervención de Dios. Espera en vano porque no existe dios alguno. Pero la religión es tan ingeniosa que siempre encuentra subterfugios para tranquilizarlo.

La fe no pudo nunca derribar montañas, como vulgarmente se afirma. Por el contrario, es capaz de colocar montañas donde no existen.

Dios quería ser amado. Entonces no debiera haber tomado el papel de juez y administrador de justicia, porque hasta el juez más clemente sabe que no es objeto de amor.

DIOS Y DIOSES

Dios tiene dos prejuicios, dijo la serpiente: el bien y el mal.

El pecado tal como se lo conoce en los lugares cristianos es herencia judía, y el cristianismo no hizo más que judaizar el mundo. La manera más elemental de verlo es comparar hasta qué punto nos resulta ajena la antigüedad griega y su ausencia de sentimiento de pecado. Para un griego antiguo, la frase si no te arrepientes Dios te castigará sería seguramente motivo de burla.

En el cristianismo se alaba a Dios y sus santos para exasperar a los hombres, luego se alaba exageradamente al hombre para que Dios y sus santos se enojen. ¿No podríais al menos imitar la conducta cristiana ya que no tenéis en el corazón dulzuras cristianas?

La voluntad de eternización tiene doble interpretación. Puede venir de un sentimiento de amor y gratitud. Pero también puede ser la voluntad tiránica de un ser dolorido que espera dar carácter obligatorio a la idiosincrasia de su dolor.

Una vez, un lago no quiso seguir derramándose. Levantó un dique y desde entonces no dejó de subir su nivel. Tal vez el hombre pueda hacer lo mismo si renuncia a derramarse en un dios y comienza a elevarse cada vez más.

Dentro del cristianismo hay un hedonismo por el cual se afirma que Dios no puede pedirle al hombre sino lo que este pueda cumplir. Por eso la virtud y perfección cristianas son factibles.

En la antigüedad, un dios no estaba por sobre otro ni adorarlo era blasfemia. De ese modo, la imaginación concibió la existencia de individuos y la posibilidad de respetar sus derechos.

El cristiano espera la intervención de Dios. Espera en vano porque no existe dios alguno. Pero la religión es tan ingeniosa que siempre encuentra subterfugios para tranquilizarlo.

El ser que más sufra, cuya vida sea más pobre, tiene más necesidad de mansedumbre, de paz, de bondad en pensamientos y acciones y hasta necesita un dios, un salvador.

Dios quería ser amado. Entonces no debiera haber tomado el papel de juez y administrador de justicia, porque hasta el juez más clemente sabe que no es objeto de amor.

Lutero dijo que Dios no subsistiría sin hombres sensatos, pero olvidó decir que menos todavía podría hacerlo sin insensatos.

La fundación de una religión genera una fiesta grandiosa en la cual se reconocen mutuamente las almas de igual categoría.

Olvidar cosas malas, también es tener buena memoria, decía Martín Fierro. Yo digo: el olvido es una gentileza de Dios.

¿Es el hombre una de las equivocaciones de Dios? Es Dios una de las equivocaciones del hombre?

El dios de la alegría creó lo malo y lo mediocre por la misma razón que creó el bien.

La guerra y el coraje hicieron más cosas grandiosas que la caridad.

No puedo creer en un Dios que quiere que le recen en todo momento.

Dios está muerto. Dios permanece muerto. Y lo hemos asesinado.

Dios es un pensamiento que tuerce todo lo que es recto.

Solo creeré en un Dios que sabe cómo bailar.