La vida siempre está en la mitad. Siempre estás en el medio, no conoces el principio. Las religiones de alguna forma tratan de suministrar el principio.
Al alcanzar un estado extático, la risa es lo único que queda. Quien pierde toda su risa está en la cima de la ignorancia, pierde el sentido de la vida.
La vida es un juego que no da pruebas. Por lo tanto, canta, baila, ríe y vive intensamente, antes que la cortina cierre y la función termine sin aplausos.
Cada paso del recorrido de la vida se contribuye hacia al final. Es algo simple, obvio. Si has estado danzando en tu vida, tu muerte será una gran danza.
La vida es movimiento, y muchos, están fijos; la vida fluye, y muchos, se han estancado; la vida es flexible y libre, y muchos están rígidos y paralizados.
Al alcanzar la iluminación la conciencia a la muerte te hace degustar de la vida. Incluso la muerte es una hermosa experiencia que hay que atravesar.
Un hombre que está obsesionado con la técnica es un hombre que no confía, un hombre que duda. No puede confiar en la vida. Solamente confía en su técnica.
Vive de modo natural, sin intentar mejorar, sin vivir a través de ideas, sin vivir a través de las disciplinas morales, viviendo feliz una vida natural.
Un frasco vacío representa la vida a la que vamos llenando con cosas que son cruciales para tu felicidad. No gastes tiempo y energía en las cosas pequeñas.
No hagas como la joven y sus galletas. Acepta la vida como es, no hagas problema. En el fondo, tú creas problemas y luego deseas encontrar alguna solución.
Sencillez es vivir la vida sin ideales, una vida no enraizada en el pasado, nunca motivado por el futuro, una vida completamente en el aquí y en el ahora.
Sea cual sea el reto en la vida, nunca jamás lo evites. Has de vivirlo; eso es parte del progreso de la vida, del crecimiento interior, de la evolución.
La placa fotográfica no es fiel a la vida. Aunque sea una fotografía de ahora mismo, cuando el fotógrafo la haya sacado de la cámara, ya no serás el mismo.