La iluminación espiritual

Cuento de Facundo Cabral

Dios y el Zapatero

Un bello cuento antes de leer a Facundo Cabral.

Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo, buscó la casa del zapatero y le dijo: Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda en la bolsa y éstas son mis únicas sandalias, están rotas, si tú me haces el favor. El zapatero le dijo, estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar.

  • El Señor le dijo: yo puedo darte lo que tú necesitas.
  • El zapatero desconfiado viendo un mendigo le preguntó.
  • ¿Tú podrías darme el millón de dólares que necesito para ser feliz?
  • El Señor le dijo: yo puedo darte diez veces más que eso, pero a cambio de algo.
  • El zapatero preguntó: ¿a cambió de qué?... a cambio de tus piernas.
  • El zapatero respondió para qué quiero diez millones de dólares si no puedo caminar.
  • El Señor le dijo: bueno, puedo darte cien millones de dólares a cambio de tus brazos.
  • El zapatero respondió ¿para qué yo cien millones de dólares si ni siquiera puedo comer solo?
  • El Señor le dijo: bueno, puedo darte mil millones de dólares a cambio de tus ojos.
  • El zapatero pensó poco ¿para qué mil millones de dólares si no puedo ver mis seres queridos?
  • El Señor le dijo: ¡Ah, hermano! Qué fortuna tienes y no te das cuenta.

SABIDURIA DE FACUNDO CABRAL

No estás deprimido, estás distraído

No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano, cuando en el mundo hay 6.400 millones

No es tan malo vivir solo. Yo me lo paso bien decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad me conozco.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene setenta años, olvidando que Moisés dirigía el Éxodo a los ochenta y Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los noventa.

No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

La vida no te quita cosas: te libera de cosas, te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.

De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones. Y la vida es dinámica. Está en constante movimiento. Por eso solo debes estar atento al presente. Mi madre decía: Yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios.

No perdiste a nadie: El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.

¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte… hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.

No encuentras la felicidad, y es tan fácil, solo debes escuchar a tu corazón, antes que intervenga tu cabeza; que está condicionada por la memoria y complica todo con cosas viejas, con órdenes del pasado, con prejuicios que enferman, que encadenan, la cabeza que divide.

Haz solo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque llegará, naturalmente.

No hagas nada por obligación, sino por amor. Debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: Amarás al prójimo como a ti mismo.

Reconcíliate contigo, y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición. No algo que te llegará de fuera. Además, la felicidad no es un derecho, sino un deber.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños…

Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

No estás deprimido, estás desocupado, ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo, ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas…

Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida.

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan la vida.

SABIDURÍA DE VIDA

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el Universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias.

Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde.

Aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (o al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.

Vive de instante en instante porque eso es la vida. Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento? Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?

No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno.

Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas no puedo ni en broma porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.

Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.

Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y por lo tanto Para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.

Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.

El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia. Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser, será, y sucederá naturalmente.

Dios Tiene todo bajo control, y yo escogí confiar en eso