La iluminación espiritual

Comprenda su propia encarnación

POR: NISARGADATTA MAHARAJ

Imagen; Comprenda su propia encarnación; Nisargadatta Maharaj

LA IRREALIDAD

Todos los caminos conducen a la irrealidad.

Los caminos son creaciones dentro del ámbito del conocimiento. Por consiguiente, los caminos y los movimientos no pueden transportarle a la Realidad, porque su función es enredarle dentro de la dimensión del conocimiento, mientras que la Realidad prevalece antes de él.

COMPRENDA SU PROPIA ENCARNACIÓN

Ahora usted sabe que existe; usted está en la semilla de la eseidad (Eseidad: no ser consciente de la sensación de ser), aunque, finalmente, incluso esta eseidad misma ha de ser transcendida. Todo está envuelto en esa semilla, de la misma manera que toda una encina está contenida en una bellota. Similarmente, todo está contenido en esa consciencia: el mundo entero está ahí, y ese cuerpo está también presente.

Yo soy es el mundo; yo soy contiene el mundo entero. Esa debe ser su convicción. De la misma manera que en un sueño, cuando usted siente que está despierto, pero realmente no lo está y su mundo en ese tiempo es el mundo del sueño, de esa misma manera, esta cognitividad (en el estado de vigilia) contiene este presunto mundo real; esa convicción debe hacerse patente. La verdad es que no hay ninguna diferencia entre la consciencia del sueño y la consciencia de la vigilia, aunque parezcan ser enormemente diferentes; toda la consciencia es una.

Su consciencia misma da origen a este mundo, el cual es un campo unificado, una unicidad. Pero, puede objetarse que hay una infinita variedad de figuras y de colores en ese mundo. ¿Cómo puede decirse entonces que la Realidad es nodos, la unidad entre las almas y la divinidad? Ello se debe a que todas estas diferencias existen como apariencias solo en su consciencia. ¡La fuente es la misma consciencia, pero la manifestación exhibe mucha variedad!

La convicción de que este mundo no ha existido nunca solo puede ocurrirle al absoluto sin dualidad. Si ésta es su convicción, entonces usted es el absoluto. Aparte de esto, usted debe descubrir cómo apareció esta noticia de yo soy —el conocimiento de su existencia— y en qué momento lo hizo. Vaya a su fuente y descúbralo. Admirando a otros, a los presuntos expertos, y siguiéndolos, o argumentando con ellos, no llegará a ninguna parte. Así pues, solo usted mismo puede descubrir la verdad sobre usted mismo.

Usted vendrá conmigo adonde quiera que yo vaya. Al decir eso, me estoy refiriendo a la fuerza vital, al prana (Prana: aire inspirado o energía vital). Hágase amigo del prana, y el prana le ayudará a conocer a Dios. La mente es solo un presenciador; su amigo real es el prana, porque él hace todo. Despertar, dormir, digerir el alimento, todas estas actividades las hace la fuerza vital. El alma es solo un presenciador; así pues, dé importancia a esta fuerza vital y adórela, y usted será capaz de conocer a Dios. Para hacer cualquier meditación, usted debe hacer amistad con la fuerza vital; ella está inmediatamente disponible sin ningún esfuerzo.

A causa del prana, hay mente. Y a causa de la mente, hay los conocimientos. Así pues, finalmente, la fuente de todas las escrituras es la fuerza vital. Por eso es por lo que yo rindo un homenaje total a la fuerza vital. Sin ella, ¿cuál sería el valor de usted? Su cuerpo se colapsaría. Solo cuando la fuerza vital está presente, usted conoce el mundo, el mundo tiene valor, y Dios tiene valor. Usted puede tener conocimiento sobre Dios y el mundo solo cuando la fuerza vital está aquí. ¿Quién conoce la grandeza de este prana? Eso mismo es Dios, la elevación suprema del ser.

En cuanto a la relación entre la mente y la fuerza vital, la mente es el lenguaje de la fuerza vital. Cuando no hay fuerza vital, tampoco hay mente. Las palabras del prana significan mente. Así pues, ¿cómo puede haber mente sin fuerza vital? Esta fuerza vital y la consciencia (es decir, el conocimiento yo soy o la eseidad y la mente) aparecen simultáneamente y siempre existen juntas.


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