LA VERDADERA MISIÓN
- Hoy en la actualidad nosotros los seres humanos estamos involucrados sobre lo que podría catalogarse como la lucha final entre el bien y el mal.
- Estamos inmersos en la guerra final, una guerra de espíritus, la guerra más grande que cualquier batalla que la humanidad haya pasado desde la historia de su creación.
- Aquél que quiera salir victorioso de esta guerra espiritual deberá despertar ahora de su letargo o será perdido para siempre.
- Debemos saber que nos encontramos en el último llamado de la humanidad para dar vuelta al camino correcto y comenzar a realizar nuestro verdadero propósito.
- Hemos llegado a esta última oportunidad para restaurar nuestra vida y también para ayudar a restaurar la vida de los demás personas.
- En el mundo que vivimos actualmente nos encontramos en una época donde la iniquidad, la promiscuidad, el materialismo y el ateísmo abundan.
- Debemos despertar ahora y darnos cuenta que la verdadera meta de nuestra vida no es aumentar placeres, ni hacernos ricos, ni famosos.
- Antes que sea demasiado tarde, debemos prepararnos para nuestra transformación, desarrollando nuestra parte espiritual y realizando nuestro verdadera misión.
- Debemos reconocer las señales y los signos de nuestro tiempo, ya que la batalla final descrita en el Apocalipsis como el Armagedón se aproxima.
- Esta batalla final es la última batalla contra Lucifer y las huestes de maldad, las cuales dominan el mundo actual por medio del control mental en las personas.
- En nuestros tiempos Satanás está utilizando todos sus métodos para engañar a la gente y las fuerzas del mal se están concentrando para la batalla final sobre la tierra.
- Todas las fuerzas del infierno ahora están sueltas sobre la tierra y el mundo ha entrado en una oscuridad profunda del espíritu.
- Las fuerzas del infierno en la actualidad gobiernan completamente detrás de los gobiernos del mundo y desde ahí ellos controlan y manipulan a la humanidad.
- Debemos saber que en los tiempos presentes Satanás y los demonios están haciendo completa batalla contra los hijos de Dios y la humanidad.
- La lucha es entre las fuerzas de la opresión y la muerte, contra las de la libertad y la vida, es decir, entre el reino de satanás contra el Reino de Dios.
- Esta batalla final traerá la separación completa de las cabras y de las ovejas, es decir, por juicio caerá todo lo que está podrido y los justos llegarán a ser justificados.
- Todo el que entre en esta batalla con buen espíritu, le será dado la fuerza para perseverar en esta batalla de los espíritus.
- Reconociendo estas fuerzas del mal que gobiernan sobre la tierra actualmente, debemos prepararnos para las pruebas.
- Por lo tanto tomemos la armadura de Dios, para que podamos resistir en los días malos y mantengámonos firmes después de haber superado cada obstáculo.
- Para afrontar el diario combate contra las sugerencias del mal utilizaremos la palabra de Dios y la oración.
- Estando conscientes de que el enemigo nos quiere destruir, reaccionaremos con prontitud a todo ataque con nuestros cerebros pensantes.
- Como guerreros victoriosos, nuestras armas estarán listas y dispuestas cada momento para derribar al enemigo en su propio campo.
- Ahora estando despiertos, preparados y listos, cada amanecer será una nueva lucha en nuestra vida, sabiendo que tenemos una batalla gloriosa por delante.
- Ahora teniendo este conocimiento, nos desarrollaremos espiritualmente utilizando nuestro propio cerebro pensante, sin estar manipulado mentalmente por el enemigo.
- Ahora seremos guerreros triunfadores venciendo todo obstáculo del adversario y nuestro nombre estará escrito en el Libro de la Vida.
- En esta batalla final los reyes de la tierra se reunirán para luchar contra el Cordero de Dios, pero serán derrotados por Jesucristo y sus ángeles.
- Arrojando al lago de fuego a la bestia que los comanda, junto con el falso profeta, mientras Satanás será atado en lo profundo del abismo.
- Esta guerra limpiará de la Tierra toda la corrupción y maldad, abriendo el camino para un justo nuevo mundo bajo el Reino mesiánico de Dios.
- Ahora haciendo la voluntad de Dios, permaneceremos para siempre y así disfrutaremos de una nueva vida eterna en un justo nuevo mundo.