La iluminación espiritual

Personas aferradas a sus creencias

CREENCIAS INÚTILES

Las creencia son simplemente un prejuicio sin experiencia alguna que lo justifique

No creas, pero experimenta. Experimenta por ti mismo, y si entonces puedes ver, si entonces puedes sentir algo, solamente entonces créelo. Pero entonces ya no es creencia, entonces es confianza. Esta es la diferencia entre creencia y confianza: la confianza procede de la experiencia; la creencia es simplemente un prejuicio sin experiencia alguna que lo justifique.

Un hombre sincero no puede ser engañado. Un hombre que vive en la verdad no puede ser víctima de mentirosos. Un mentiroso solo puede engañar a otro mentiroso; es la única manera.

Hay millones de personas dispuestas a ser engañadas, que simplemente están esperando que venga alguien y las engañe: por sus creencias, por sus deseos viciosos, por su avaricia. Y recuerda siempre que la avaricia es avaricia, ya sea en el mundo material o en el mundo espiritual, no hay ninguna diferencia. Su condición siempre es la misma. Tú quieres que alguien multiplique por diez tu oro; eso es avaricia. Si alguien te dice: Yo puedo hacer que te ilumines, y tú caes inmediatamente. Eso también es avaricia.

Veamos que piensa Richard Bach...

La marca de tu ignorancia es la profundidad de tu creencia en la injusticia y tragedia. Richard Bach

EL CUENTO DE LOS CRÉDULOS

Aferrarse a las creencias, sean cuales fueren es inútil, porque sin embargo, continúa la duda.

Una vez vivía un pueblo en el lecho de un gran río cristalino. La corriente del río se deslizaba sobre todos sus habitantes, jóvenes y ancianos, ricos y pobres, buenos y malos, y la corriente seguía su camino ajena a todo lo que no fuera su propia esencia de cristal. Cada criatura se aferraba como podía a las ramitas y rocas del lecho del río porque su modo de vida consistía en aferrarse y porque desde la cuna todas habían aprendido a resistir la corriente.

Pero al fin una criatura dijo:

Estoy harta de asirme. Aunque no lo veo con mis propios ojos confío en que la corriente sepa donde va, me soltaré y dejaré que me lleve donde quiera. Si continúo inmovilizada me moriré de hastío.

Las otras criaturas rieron y exclamaron:

¡Necia! Suéltate y la corriente que veneras te arrojará revolcada y hecha pedazos contra las rocas y morirás más rápidamente que de hastío. Pero la que había hablado en primer término no les hizo caso y después de inhalar profundamente se soltó. Inmediatamente la corriente la revolcó y la lanzó contra las rocas. Mas la criatura se empecinó en no volver a aferrase y entonces la corriente la alzó del fondo y ella no volvió a magullarse ni a lastimarse.

Y las criaturas que se hallaban aguas abajo, que no la conocían, clamaron:

¡Ved un milagro! Una criatura como nosotras, ¡y sin embargo vuela! Ved al mesías que ha venido ha salvarnos a todas.

Y la que había sido arrastrada por la corriente respondió:

No soy más mesías que vosotras. El río se complace en alzarnos con la condición de que nos atrevamos a soltarnos. Nuestra verdadera tarea es este viaje, esta aventura.

Pero seguían gritando aún más alto:

¡Salvador! — sin dejar de aferrarse a las rocas. Y cuando volvieron a levantar la vista había desaparecido, y se quedaron solas tejiendo leyendas acerca de un salvador.

Tú crees solo en cosas que no conoces. Cuando tú las conoces, tú sabes: creer es irrelevante.

REFLEXIONES DE RICHARD BACH

Richard Bach en El puente hacia el infinito.

Somos el puente hacia el infinito, arqueado sobre el mar, buscando aventuras para nuestro placer, viviendo misterios, eligiendo desastres, triunfos, desafíos, creencias imposibles, sometiéndonos a prueba una y otra vez aprendiendo el amor.

Si nace el amor entre dos personas que ya se han descubierto a sí mismas, ¡qué maravillosa aventura se inicia, con huracanes y todo!. El vínculo que une a tu auténtica familia no es de sangre, sino de respeto y goce mutuo. Sin duda, tu coraza te protege de la persona que quiere destruirte. Pero si no la dejas caer, te aislará también de la única que puede amarte. A veces nos volvemos locos porque olvidamos que somos diferentes. Porque el amor no es una creencia para que cada uno supere la fuerza del otro, sino una cooperación que necesita de esas diferencias.

No hay errores. Los acontecimientos que atraemos hacia nosotros, por desagradables que sean, son necesarios para aprender lo que necesitamos aprender; todos los pasos que damos son necesarios para llegar adonde hemos escogido.

Richard Bach en Alas para vivir

Quiero enseñarte lo que he aprendido, pero quiero dártelo gratuitamente, porque tú vas a hacer con ese aprendizaje algo distinto de lo que hice yo. Y sé que, de algún modo, encontrarás la manera de decirme qué hiciste de diferente manera y por qué.

Richard Bach en Nada es azar

No es el desafío lo que define quiénes somos ni qué somos capaces de ser, sino cómo afrontamos ese desafío: podemos prender fuego a las ruinas o construir un camino, a través de ellas, paso a paso, hacia la libertad.

Richard Bach en El puente hacia el infinito

¿No crees que ser curiosos es mucho más importante que ser parecidos? Porque somos diferentes podemos gozar la diversión de intercambiar mundos y regalarnos mutuamente nuestros amores y nuestros entusiasmos.

Richard Bach en Ilusiones

Los semejantes se atraen. Limítate a ser quien eres: sereno, transparente y brillante. Cuando irradiamos lo que somos, cuando solo hacemos lo que deseamos hacer, esto aparta automáticamente a quienes sí tienen algo que aprender y también algo que enseñarnos.

Lo que la oruga interpreta como el fin del mundo es lo que el maestro denomina mariposa.

Para vivir libre y feliz debes sacrificar tus crencias, pero casi nunca se trata de un sacrificio fácil. Nunca te es concedido un deseo sin que te sea concedida también la facultad de hacerlo realidad. Sin embargo, es posible que tengas que luchar por él.

Tu única obligación en cualquier período de la vida consiste en ser fiel a ti mismo. Vive de manera que nunca te avergüences si se divulga por el mundo lo que haces o dices… aunque lo que se divulgue no sea cierto.