La iluminación espiritual

La Justicia Cósmica de la reencarnación

OMRAAM MIKHAEL

Imagen; La Justicia Cósmica de la reencarnación; Omraam Mikhael

NACIONES Y REENCARNACIÓN

Los ríos nos ayudan a entender algunas de las cuestiones esenciales del destino.

Se ha dicho a menudo: ¿Por qué una raza o una nación, experimentan catástrofes colectivas? ¿Por qué es una población perseguida interminablemente y obligada a sufrir?. Cuando observan las cosas de forma superficial, les puede parecer que no hay justicia. ¿Por qué es un pueblo condenado a sufrir? ¿Por qué, por un cierto período, los problemas atacan un área determinada y no otra?

El asunto es un poco delicado, pero les diré lo que la Ciencia Iniciática enseña al respecto. Tomemos el ejemplo de Bulgaria. Por cinco siglos sufrió bajo el dominio de los turcos, y tras la guerra de 1914, fue parcialmente dividida para beneficio de otras naciones. ¿Por qué ese país debió ser sometido a sufrimientos que otros no han conocido? Los búlgaros son un pueblo trabajador, religioso, honesto, que no lastiman a nadie. ¿Por qué la Justicia Cósmica ha sido tan severa con ellos? Esto es aún más cierto para el pueblo judío, quienes han sido perseguidos por el mundo, por siglos y siglos.

CAMBIO CONSTANTE

El río es el mismo, pero el agua cambia continuamente.

Entonces, ¿cuál es la respuesta que el río nos da sobre este asunto? Dice: Obsérvenme, mi nombre es Támesis, Sena, Danubio, Nilo, Amazonas… Tengo siempre el mismo nombre, pero no soy nunca el mismo, porque el agua que fluye nunca es la misma.

Para no ofender a ningún país, continuaré tomando a Bulgaria como ejemplo. Su nombre ha sido el mismo a través de los siglos, pero el agua fluyendo en ella (esto es, las personas que se encarnan) no es la misma. Nunca deja de cambiar. El nombre del país es el mismo, pero los habitantes cambian.

ENCARNACIONES

Las personas encarnan en países distintos.

Quienes vivieron en Bulgaria antes de la dominación de los turcos, fueron buenos y magníficos, y es por eso que no sufrieron. Quienes sufrieron cinco siglos bajo la dominación turca, representan aguas que vinieron de otra parte. ¿De donde? De muy lejos: Francia, Inglaterra, Alemania, etc. Incluso de otros continentes.

Cuando volvieron a la tierra, todas las personas de esos países que fueron injustas, duras y malvadas, debían encarnar en Bulgaria para sufrir. Pues ese país, por un tiempo, se había transformado en una escuela correccional. Entre todos los países, las personas desagradables se fueron en ese momento a Bulgaria. Y dado que Francia era un país de belleza, felicidad y abundancia, los búlgaros buenos vinieron a encarnar aquí, para disfrutar un poco de esta felicidad.

Esta explicación de que nuestro destino es encarnarnos en distintos países es totalmente verdad, aunque en realidad, quienes sufren no lo hacen inevitablemente por haber cometido una falta. Hay casos muy distintos. Algunos encarnan voluntariamente entre gentes infelices para ayudarles, para hacer sacrificios. Comparten el sufrimiento de ese pueblo no porque sean culpables, sino porque vinieron a ayudar a sacar de esas condiciones dolorosas a sus hermanos y hermanas.

Es por ello, también en las familias, que ocasionalmente nacen niños que no se parecen a sus padres o hermanos y hermanas que son toscos y de pocas luces. Son a menudo espíritus que descienden voluntariamente en familias y naciones, para ayudar a elevarlas. Como estos espíritus necesitan evolucionar más, y saben que no pueden hacerlo sin experimentar gran sufrimiento, eligen encarnar en condiciones difíciles.

¿Cómo diferenciar a quienes se están sacrificando, de quienes sufren por sus faltas? Hay una manera. Todos quienes se rebelan contra su destino, que nunca quieren entender o aceptar su situación, han cometido en el pasado actos tontos que deben ahora corregir. Pero quienes no se rebelan, quienes están listos para continuar y resistir con aún más coraje y paciencia, han venido a ayudar a otros.

El río desciende desde una alta montaña que es brillante, clara y pura. Mientras desciende, se ensucia, porque las personas lavan ahí, arrojan su basura, y dejan que su ganado beba… pero el río dice: Es con gran alegría que desciendo a los valles a saciar la sed de las personas, a regar sus campos y jardines. No temo ser ensuciado porque el sol me purificará. Me entibiará, cambiaré de forma y me elevaré otra vez hacia la montaña..

El río nunca deja de ser purificado. Y, como el río, quienes vienen a ayudar a otros, nunca se quejan de las dificultades que sufren. No abandonan sus luminosos ideales. Es por ello, que si se ensucian o son cortados en trozos, siempre serán lavados, reconstituidos, renovados y purificados.

Los habitantes de las naciones experimentan sufrimiento debido a sus errores pasados, o como un sacrificio. Los franceses actuales, no son los mismos que habitaron Francia en el pasado. En Francia están encarnados ingleses, alemanes, rusos e incluso asiáticos y africanos. Los franceses de otros tiempos están en otros lugares. ¿Cómo es que hay tales sustituciones? Son viajes necesarios.

Cada espíritu viaja para mejorar e instruirse. Cada uno se encarna sucesivamente en distintos países. Es por ello que las ideas de separación entre pueblos no se sostienen en ninguna base sólida. Ustedes dirán: Conservamos este río. Pero es el nombre el que conservan, porque ¿cómo conservar el agua? El agua fluye, se ríe de las opiniones de ustedes. ¿Cómo mantenemos el espíritu, lo ponemos en una botella? Se ríe de las teorías de ustedes.

Consideren también el caso de si quisieran matar a otros para deshacerse de ellos. Cuando esto ocurre, esos seres emergen de sus cuerpos físicos y vuelven al otro lado. El espíritu de un ser humano viaja a todas partes, no puede ser destruido. Son las personas quienes crean artificialmente separación entre las naciones. Son puntos de vista pasajeros, de los que un día nada quedará. Nadie está en lo correcto en ese aspecto, ni los búlgaros, los franceses, los ingleses, los rusos, los alemanes, ni ningún otro pueblo.

Los únicos que están en lo correcto, son quienes trabajan por la paz en el mundo, y por el Reino de Dios sobre la tierra. Cada pueblo se equivoca al trabajar solo para sí mismo. Son metas limitadas, pequeñas. Lo que se requiere es que todos los pueblos comiencen a trabajar por el mundo entero, para formar una gran familia. Los únicos que están en lo correcto, son quienes trabajan en esa dirección. Incluso si otros luchan contra ellos, la tierra, el agua y el sol están en lo correcto.

Estaremos sobre la tierra hasta que esta filosofía de la separación, división y destrucción, desaparezca.

Esto es lo que les quería decir sobre la imagen del río.


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