La iluminación espiritual

Los gurú Sikhs

HISTORIA DE LOS GURÚS

Los Sikhs y la Cadena Dorada.

El término gurú significa aquel que disipa la oscuridad de la ignorancia. Gu significa aquel que está más allá de los atributos (gunas), ru implica aquel que está más allá de las formas (rupas). Esto solo se refiere a Dios. Es por eso que Gurú se le llama a Brahma, Vishnú o Shiva. Solo Dios es el verdadero Gurú. Todos los demás son simples maestros, como los maestros de distintas materias en la universidad. Gurú es aquel que revela el guri (meta) al discípulo. Guri aquí se refiere al Principio Atmico.

El verdadero gurú es aquel que ha comprendido su propio Ser..

Los gurús que se gobiernan por consideraciones egoístas o por lealtades estrechas causan gran daño a la iluminación espiritual son maestros mundanos, no preceptores espirituales...

El gurú advierte y despierta. El revela la verdad y los alienta a avanzar hacia ella; pero al menos que tengan el anhelo, el corazón indagador, la inteligencia buscadora, él no puede hacer mucho. Los hambrientos pueden ser alimentados, pero aquel que no tiene hambre, rechazará el alimento como una cosa impuesta.

GURÚ NANAK

Humildad

En Talvandi, en las orillas del Raví cerca de la actual Lahore, vivió Mehta Kalú, de la casta de los Kshatrya, del clan o familia de los Vedi y su mujer Tripta, era un granjero y patvari (contable del producto de las cosechas) al servicio del señor feudal del pueblo Rae Bular, un rajput musulmán del linaje de los Bhatti, descendiente de Rae Bhoe.

Kalú era hijo de Sivaram y Banarasi, y su familia había venido del distrito de Amritsar algunos años atrás. En el seno de esta familia vino al mundo Gurú Nanak.

Nanak pasó su infancia cuidando los búfalos en los campos. Pero su corazón se hallaba siempre buscando a Dios y a menudo dejaba todo y se retiraba a meditar a un lugar solitario.

La devoción de Nanak no complacía a sus padres, quienes esperaban que al ser su único hijo, se encargase de los negocios de la familia.

Consiguieron al fin casarle, para distraer su mente de pensamientos divinos, con Sulakhani, la hija de Baba Mulaji de Batala.

En 1497 nació su hijo Shrichand y tres años más tarde vino Lakshmidas. Pero Nanak prestaba poca atención a su familia, meditaba mucho y cada vez se iba alejando del mundo. Su única compañía eran los faquires y sadhus a los cuales alimentaba con comida de los campos de su padre. Finalmente, sus padres, cansado:. de su conducta, le enviaron a Sultanpur, a casa de su cuñado Jairam, el cual le introdujo en la corte de Navab Burela Rhan. Nanak complació al rey y obtuvo un puesto de recaudador que condujo con gran acierto, contentando a todos con su honestidad.

El veinte de agosto de 1507 fue el día de su destino. Después de su baño matinal en el río, Nanak se sentó a meditar y escuchó la llamada de Dios. Después de tres días sumido en profunda meditación Nanak volvió a este mundo sorprendiendo a todos, pues le creían ahogado en el río. Dejó su puesto y distribuyó sus bienes entre los pobres, y tan solo con sus vestiduras de kashaya como sannyasi, partió a pie acompañado por su fiel Mardana.

En su primer viaje (1507-1515) El Baba y Mardana visitaron Aimanabad. Allí fueron recibidos por un rico de la casta más alta, Molak Bhago, e invitados a una fiesta; y Nanak comenzó su ministerio rompiendo los prejuicios de la casta acudiendo a casa de Lalo, un pobre carpintero y sudra, y pasó la noche en su compañía cantando bhajans al Señor.

Cuando Bhago, a la mañana siguiente, protestó por su conducta, el Gurú le dijo que su pan estaba impregnado de la sangre de los pobres oprimidos, y dicho y hecho, tomó una hogaza de pan de la casa del rico y otra de Lalo; partió ambas y de una brotó sangre y de la otra la leche de la bondad humana.

Partieron siempre juntos hacia Haridwar para la luna llena de Vaisakhi. Y viendo a los hindúes arrojar en las celebraciones agua hacia el Este en nombre de sus antepasados, el Baba comenzó a echarla hacia el Oeste. Cuando fue interpelado sobre su extraño proceder, replicó: Estoy regando mis campos resecos de Talwandi. Todos se rieron de él, pero Nanak respondió que si el agua podía llegar hasta sus antepasados, indudablemente podía llegar hasta sus campos que, al fin y al cabo, se hallaban más cercanos. De esta manera el Baba ridiculizó sus ritos supersticiosos.

Prosiguiendo su camino hacia el sureste, los dos viajeros se encontraron a un grupo de yoguis a los que Nanak reveló la experiencia de la verdadera religión, y fue adorado por ellos.

Cerca de pilibhit se sentó bajo un árbol seco de pipul y éste reverdeció. Luego visitaron Ayodhya y Prayag y llegaron a Kasi (Varanasi), donde el Gurú habló contra la idolatría ante varias sectas e indujo al Pandit Chatur-das a abandonar su culto al saligram, revelándole el conocimiento de la verdad. En Gaya mostró la necedad de alegrarse ante el nacimiento de un niño cuando días más tarde la risa se tornó en llanto ante su muerte.

Permaneció cuatro meses en Patna con Salas Rai Janhari y luego visitó Gorakhpur, donde quizá se hallaba Kabir en ese tiempo (pues éste murió en Maghar en fechas muy próximas).

Después de aquí se fue a Assam en el extremo noroeste de India. En algún lugar de esta remota región, en Kamarup, la reina Nursharir intentó repetidamente incitarle con sus malicias pero ella misma fue convertida y, arrepentida, se hizo una devota de Nanak. También se dice que en un lugar solitario, Kaliyug, el espíritu del deseo mundano le tentó ofreciéndole palacios de perlas y reinos tan grandes como el mundo, pero Nanak se burló de él.

Bajaron luego hacia la vecina Bengala, donde en un pueblo los dos amigos fueron recibidos con insultos y arrojados del lugar. Al partir, Gurú Nanak bendijo el lugar, deseándole prosperidad.

En otro pueblo fueron recibidos con amor y hospitalidad y Mardana quedó estupefacto cuando su Maestro predijo que aquel lugar sería arrasado. Cuando fue interrogado por su conducta, Nanak respondió: Cuando estas gentes se diseminen por el país en busca de cobijo, por su piedad y devoción muchos miles serán salvados.

Siguieron hacia el sur del Brahmaputra y tomaron un barco hasta Puri. Allí acudieron a cantar el Arti vespertino al gran templo. Nanak, mientras todos cantaban en pie, se mantuvo sentado y cantó su propio himno. Luego que hubo concluido comenzó a dar Satsang en el templo; todos estaban maravillados y reconociéndole se postraron ante él pidiéndole su divino Conocimiento. Un cierto brahmín, celoso de Nanak, le apostrofó duramente en público y el Baba, jugando, le escondió su Lotha y todos se rieron cuando el brahmín. Urgido por una inaplazable necesidad, la buscaba en vano.

Continuaron luego por tierra y mar hacia Rameswaram donde satirizó a los Jainas del sur y mediante el Satsang hizo su devoto a un brutal reyezuelo de una pequeña isla del camino.

De Rameswaram cruzó el mar hacia Ceilán donde hizo flolecer el jardín yermo del Raja Shri Nabhi, convirtiéndole en su devoto tras innumerables y durísimas pruebas.

Volviendo a India subieron por la costa oeste hacia las orillas del Narbada, donde Nanak compuso su Raga Dakhani Oamkar en un templo de Shiva y convirtió a un grupo de bandidos thags. Siguieron hacia el oeste y visitaron Somnath y Dwaraka, donde Krishna reinó una vez, y retornaron a casa a través del desierto de Bikaner.

Fue en este desierto donde Mardana, acuciado por el hambre y la sed, le puso a Nanak la condición, para continuar a su lado, de que fuera alimentado de la misma forma que él (el Baba se alimentaba solo de Néctar divino, el cual bebía en meditación). Nanak asintió y le reveló el Conocimiento supremo del Néctar de la inmortalidad y del Santo Nombre.

Luego llegaron a Ajmer y visitaron al gran devoto vaishanava Bhakta Dhannaji en Pushkara, tras lo cual arribaron a Mathura y por último a Vindravan, donde viendo a unos actores bailando el Krishna Lila con simulada emoción. Nanak satirizó su espectáculo y sus miras a sacar el dinero del devoto.

En Delhi hizo revivir a un elefante muerto, pero cuando el emperador Sikandar Lodi le ordenó repetir el milagro para su entretenimiento, el Baba lo hizo morir de nuevo diciendo: Es solo Dios quien destruye y da la vida .

En la tumba de un santo musulmán en Panipat, fue bienvenido con el usual saludo ¡Assalam aleikum! (la paz sea contigo). Y Nanak replicóles ¡Salam Alekh! (gloria al Señor invisible). Los sufis que se hallaban en la tumba quedaron sorprendidos ante un visitante tan inusual y con gran respeto le preguntaron quién era. Nanak les respondió hablándoles del Conocimiento del Santo Nombre y de la necesidad de conocerle. Luego todos los presentes fueron iniciados por el Gurú.

En su camino de vuelta a casa visitó a su hermana Nanaki y a su esposo Jairam en Sultampur y luego acampó cerca de Talvandi, su ciudad natal, donde vio a sus afligidos padres, prometiéndoles que pronto serían reconfortados. Posteriormente el Baba partió hacia Lahore como invitado del rico Dunichand para la ceremonia del Shraddha de su padre, aprovechando la ocasión para ridiculizar tales ritos y convertir a los asistentes en sus devotos.

En Pathandi convirtió a muchos pathanes y luego visitó a su esposa e hijos en Batala a las orillas del río Beas: a su tío le predijo que el emperador Babar conquistaría muy pronto todos los reinos pathanes en India.

Por último y después de ocho años de recorrer el país, cuando tenía 46 años, se estableció en Kartarpur en enero de 1516 y consoló a sus ancianos padres trayéndoles a vivir con él.

Después de dos años de descanso en Kartarpur, el Baba y Mardana partieron hacia Uttarkhan, donde el Gurú convirtió a un grupo de siddhas y yoguis, revelándoles lo que el verdadero yoga significa. Luego, tras una breve visita a Kartarpur para consolar a sus padres, y después de pasar por Pasrur y Eminabad, se encaminaron a Sialkot. Aquí hizo devoto a un pandit, por nombre Brahma-das, el cual, después de varias pruebas le entregó su vida, haciéndose su discípulo.

Luego el Gurú visitó Shri Nagar y cruzó las montañas hacia el monte Sumeru, en el corazón de los Himalayas, donde el Señor Shiva tiene su morada. Siguió después hasta Pathankot, donde visitaron a un famoso santo musulmán, Sheik Mian Mitha, con el que Nanak mantuvo una conversación en verso en la que le convenció de que solo el Nombre de Dios es verdad y ningún profeta o santo puede enseñar a nadie sin conocer este Sagrado Nombre. El Sheikh cayó a sus pies y le fue revelado el Conocimiento del Nombre real.

De aquí regresaron a Kartarpur.

Llevando unas vestiduras de color azul, el Baba comenzó su último y largo viaje, siempre con Mardana a su lado. Esta vez fue directo hacia Pakapattan, a la casa de Sheikh Ibrahim, el sucesor de Sheik Farid y un gran santo sufi. Con él Nanak pasó toda la noche enseñándole en una conversación en verso.

A la mañana siguiente el ego de Sheikh Ibrahim había cedido.

Este reconoció la divinidad del Baba y postrándose a sus pies le pidió ser aceptado como discípulo.

Atravesando Tulambha, descendieron por el sur del Punjab hacia el estado de Bahawalpur.

Fueron luego a Surat, de donde partieron hacia Jeddah y luego a la Meca, la ciudad santa de los musulmanes. Allí fue despertado bruscamente de su sueño por un sacerdote musulmán que le increpó por tener los pies en dirección a la sagrada Kaaba. Nanak, apaciblemente le pidió que los girase a un lugar donde Dios no estuviera. Frecuentemente enseñaba a las gentes allí mismo, a las puertas del recinto santo, y los niños te seguían por las calles jugando con él.

De la Meca se encaminaron a Medina donde el Gurú destruyó los argumentos de los Kazis predicándoles la verdad suprema e impartiendo a muchos la experiencia directa de Dios a través del Conocimiento del Nombre Supremo.

Continuó seguidamente hasta Baghdad donde se le invitó a que hiciera de muezzin en la oración de la tarde. Nanak lo hizo, pero cambió las palabras del credo musulmán. La gente, sorprendida, le preguntó a qué secta pertenecía y el Baba respondió: Yo rechazo toda secta, solo reconozco al Dios Único en todas partes. y he venido en esta edad para enseñar a la humanidad el camino hacia El. Luego les cantó el Jap-pi, y se dice que cuando el hijo del sumo sacerdote le preguntó qué quería decir cuando se refería a muchos cielos e inframundos, Nanak le otorgó la visión de algunos de ellos.

Cruzando la llanura del Irán, siguieron su ruta hacia Balkh, la que fue el hogar del profeta Zoroastro y luego llegaron a Bukhara en el Asia Central. Lentamente fueron retornando a India atravesando Kabul y Peshawar, donde el Gurú predicó ante los yoguis del templo de Gorakhnath.

Atravesando Bhera Sahu y Dinga alcanzó Eminabad, inmediatamente después de la invasión del emperador mongol Babar en el Punjab. Todo estaba sumido en la confusión y las casas pathanes e hindúes habían sido saqueadas e incendiadas.

Nanak se sintió muy apenado por los sufrimientos de aquellas gentes.

Fue en este tiempo que el Gurú y Mardana cayeron en manos de Mir Khan, oficial de Babar, y fueron hechos esclavos. Babar acudió a verlo en persona y, reconociendo su divinidad, le dejó en libertad. Nanak le pidió que no prosiguiera su invasión, a lo cual Babar asintió y humildemente pidió además consejo sobre la mejor forma de gobernar. El Baba le respondió que tratara a su pueblo con justicia y misericordia y le profetizó que si así lo hacía su imperio permanecería durante largo tiempo.

De esta forma Gurú Nanak salvó a la India en esa época de los horrores y miserias que la invasión mongol hubiera cansado. Después de este largo viaje y su estrecho y provechoso contacto con el conquistador mongol, el Baba se asentó a vivir en paz en Kartarpur casi para el resto de sus días.

En Kartarpur, Nanak se ocupó de trabajar vigorosamente en los campos del ashram. Gradualmente devotos de todas las regiones visitadas por el Baba, comenzaron a llegar al lugar para ofrecer sus vidas a Nanak.

Durante esa época (1521-1539), Nanak escribió muchos de los himnos que había cantado en sus viajes y que Mardana conservaba guardados en su memoria. Así fueron escritos en vida de Mardana el Jap-ji, el Asa y el Majh Ragas. Al morir aquél, su hijo Shahzada continuó su labor.

Nanak desechó sus siempre anacrónicos atavíos y vistió una sencilla ropa común. Diariamente daba Satsang a las gentes que acudían a verle, enseñándoles cómo vivir en el mundo y al mismo tiempo mantener la mente concentrada en el señor, siempre implorando por su Gracia.

Cientos de miles de personas recibieron el Pahul (la iniciación suprema o experiencia directa de Dios) volviéndose devotos del Señor.

Su atractivo personal, sus palabras persuasivas y la simplicidad que emanaba de su amor divino ganaba el corazón de aquellos que le escuchaban y hacía las delicias de sus devotos.

Gurú Nanak predicó el abandono de todas las formas y complicaciones sin sentido para aferrarse a la única, simple y esencial Verdad a través de la experiencia que por su gracia recibían cuando el Conocimiento eterno les era revelado. Encomió, asimismo, el abandono de las castas y de todas las formas de orgullo y ego y enseñó a buscar refugio en el Nombre.

En esos días cada mañana los Sikhs repetían el Jap-ji y la Raga Asa en la presencia de su Gurú, siguiendo tras éstos numerosos himnos más.

El Baba conversaba con ellos, explicando y contestando preguntas. Luego cantaban Arti y después seguía el desayuno, que tomaban todos reunidos como una gran familia. Más canciones, satsang y servicio completaban el día y después del Rahiras, a la puesta del Sol, cenaban juntos y cantaban más himnos hasta las diez de la noche, hora en la que, tras el canto del Sohila, se disponían a meditar.

Alrededor del final de 1531, el Gurú escribió su exquisito poema místico Bara Mah sobre los doce meses, siendo su tema la unión del alma con Dios. Un día de 1532, Lahana, el sacerdote de Durga en Khadur, fue llevado ante el Gurú por unos amigos y vio a la diosa adorando los pies de Nanak. Al punto se entregó en cuerpo y alma al Baba y se convirtió en su devoto más ferviente.

En cierta ocasión sus amigos felicitaron a Nanak por haber logrado tantos discípulos y éste replicó que en realidad tenía muy pocos amantes verdaderos. Acto seguido asumió una forma terrible y al instante huyeron de su lado despavoridos, otros se pararon tan solo para recoger sus pertenencias o un poco de dinero y echaron a correr también. Unicamente tres devotos y Lahana permanecieron con él. El Gurú les pidió entonces que comieran un cuerpo en descomposición y solo Lahana se dispuso a hacerlo; entonces fue elegido como sucesor de Nanak, y la carroña se transformó en dulce prasad.

Incluso los dos hijos de Nanak demostraron su imperfecta obediencia. Mas por intercesión de Lahana todos los desertores fueron perdonados y volvieron al lado de su Gurú.

En los comienzos de 1539, el Gurú asistió al festival de Sivaratri en Achal Batala, donde escribió el Sidha Goshti, que se cree que es un documento de un Satsang que Nanak dio a ciertos yoguis y sidhas seguidores de Gorakhnath. Grandes muchedumbres reverenciaron su paso por aquel festival. Luego el Baba continuó hacia Pakapathan y visitó de nuevo al Sheikh Ibrahim. Después fue a Dipalpur y llegó hasta la.lejana ciudad de Multran. Por último, retornando a través de Lahore, regresó a casa donde permaneció en el Ashram por el resto de sus días.

GURÚ ANGAD

Obediencia

Lo que Nanak buscó principalmente en su sucesor no era una mente cultivada sino una obediencia a los mandatos del Gurú. La historia que sobre él se relata en la vida de ashram del Baba es bastante significativa al respecto. Bhai Lahana nació cuatro horas antes det amanecer el 31 de marzo de 1504, en Matte de Saran, cerca de Muktsar en el distrito de Ferozpur. Su padre, Bhai Feruji, era un mercader, y sacerdote al mismo tiempo de la Diosa Durga. Cuando su aldea fue saqueada por la invasión de Babar, el joven partió con su padre, su esposa Khiri y sus hijos Dasu, Datu y Amro a la ciudad de Khadur, donde se estableció.

Después de dos años en Khadur, Bhai Feruji murió y Lahana se convirtió en el cabeza de familia.

Una mañana, en 1532, Lahana tuvo la oportunidad de escuchar a Bhai Jodhe cantando los himnos de su Gurú Nanak y quedó tan encantado por su belleza que al instante marchó hacia Kartarpur para ver a tan famoso santo. Encontró a Nanak trabajando en los campos, cortando hierba con sus propias manos y al punto comenzó a servirle como su Gurú, llevando fardos de maleza sobre su cabeza. Aquella misma tarde tuvo una visión en la que apareció la Diosa de la familia, haciendo padapuja a Nanak y su vida quedó sellada por el destino.

Una breve visita a casa fue suficiente para despachar sus asuntos domésticos para siempre y se trasladó a vivir a Kartarpur para servir a Nanak y disfrutar de su compañía.

La humildad de Lahana y sus voluntariosos servicios barriendo las estancias de sus visitantes, lavando sus ropas y haciendo toda clase de tareas, ganaron el corazón del Gurú. Diariamente acostumbraba a bañarse mucho antes del amanecer y luego se sentaba a meditar ante el Gurú durante largo tiempo. Una y otra vez Nanak puso a prueba su paciencia, su fidelidad y su obediencia y siempre salió triunfante de ellas. Después de tres años, en 1535 fue enviado a casa, a su aldea, donde el Gurú le visitó dos veces. En su segunda visita el Baba cambió su nombre y abrazándole le llamó Angi-khud y añadió: De aquí en adelante no hay diferencia entre tú y yo, y luego le llevó de vuelta a Kartarpur.

El 2 de setiembre de 1539 el Gurú mandó a Bhai Budha poner la marca de tilak4 en la frente de Angada y le proclamó el futuro Gurú sentándole en el gaddi real. Pero los hijos de Nanak Srih-chand y Lakhsmi-das se molestaron tanto que Nanak envió a su querido discípulo a Khadur, donde durante seis meses vivió sumido en intensa meditación, tomando tan solo como alimento diario una pequeña cantidad de leche y no recibiendo a nadie. Los Sikhs estaban desconsolados por la ausencia de su elegido, pero por largo tiempo nadie pudo encontrarlo hasta que se le fue revelado a Bhai Budha durante una profunda meditación. Cuando con tres Sikhs más fueron a buscarle, vieron cómo su cara irradiaba como la de Gurú Nanak, y Angad accedió a ser su Gurú en obediencia a la voluntad de su propio Gurú.

Era ciertamente de un carácter benigno y de profunda compasión. Le agradaba sobremanera jugar con los niños y a menudo tomaba parte en sus juegos. Todo lo que llegaba a sus manos lo distribuía entre los pobres viviendo en la más estricta simplicidad. Después de su meditación matinal, daba satsang y curaba a los enfermos que acudían a verle.

Al igual que su Gurú, Angad también enseñaba que el camino espiritual comenzaba desde dentro y que nadie podía caminar hacia el Señor si antes no le era revelado el Conocimiento Supremo, la experiencia de la verdad dentro de su ser.

En otro orden de cosas, Angad modificó la escritura del alfabeto panjabi, para que pudiera ser más fácilmente comprendido por las gentes sencillas. Este alfabeto Gurumukhi rompió el monopolio de la enseñanza que los brahmines ejercían sobre las gentes de India e hizo girar a los hindúes hacia una nueva era. De sus propias memorias y de las de Bhai Bala y otros discípulos, Gurú Angad escribió la primera vida o Janam Sakhi de Guro Nanak, el cual fue el primer trabajo en prosa hecho en este nuevo lenguaje.

Se encargó también de organizar personalmente la cocina del Ashram, supervisando las comidas que se servían a los pobres, a los devotos ya los visitantes por igual.

Un día el emperador Humayun acudió al lugar y se le dijo que debía esperar para entrevistarse con el Gurú que se hallaba sumido en profundo éxtasis. Encolerizado por este desaire desenvainó la espada. Cuando al fin fue recibido por Angad, éste le profetizó que durante algún tiempo vagaría en el exilio pudiendo al final volver al trono. y esto fue la que acaeció.

Al igual que hiciera Gurú Nanak, Angad nombró su sucesor a su devoto y servidor Amar-Das en lugar de a sus dos hijos. Gurú Angad dejó su cuerpo el 4 de marzo de 1552.

GURÚ AMAR DAS

Igualdad

Amar Das nació el 5 de mayo de 1479 en Vasarka, en el distrito de Amritsar; sus padres eran Tejbhan y Bakht Kaur.

Impelido por las tradiciones familiares de hallar un Gurú, comenzó a buscarlo y un día escuchó que en un poblado cercano se hallaba el perfecto Gurú, Baba Angad, y que aquel que recibiera su iniciación cruzaría el océano de la existencia. Así, pues, Amar Das se fue a Khadur y ya ante Angad se aferró a sus pies y le imploró la salvación. Gurú Angad lo recibió complacido y lo hizo su sirviente.

Se cuenta que Amar Das era tan consciente del servicio a su Gurú que no comía alimento alguno del Ashram sino que ganaba su subsistencia vendiendo aceite y sal a la gente.

El hacía para Angad todo servicio personal al igual que Angad hizo a su vez a Nanak. Así solía traer diariamente para sus abluciones una jarra de agua del río Govindral, que estaba a dos Kos de distancia.

Se cuenta que una noche, cuando volvía con el agua del río, en la oscuridad tropezó y cayó en un hoyo hecho por un trampero. Cuando éste, que vivía al lado del camino, al oír el ruido preguntó a su mujer quién sería, aquélla respondió:

¿Quién puede ser a estas horas ? Será algún desafortunado Amarú (sin hogar). Amar Das se incorporó y volviendo al no, llenó de nuevo su jarra y se presentó ante el Gurú.

Angad escuchó que la gente llamaba a Amar Das el sin hogar. Y complacido por su sinceridad y devoción le estrecho entre sus brazos y le dijo: Amarú no es el sin hogar sino que desde este día el Señor ha hecho de él el hogar de los sin hogar y el asilo de aquellos que carecen de él.

Durante este tiempo, un devoto construyó en Govindval una nueva ciudad para la comunidad Sikh. Gurú Angad probó su obediencia, pidiéndole que fuese a ayudar en las obras y dejando por lo tanto la preciosa presencia de su adorado Maestro. Al principio Amar Das tenía que dormir allá pudiendo acudir durante el día al Ashram para recibir el darshan de su Señor, mas luego la prueba se hizo más severa, teniendo que permanecer en servicio continuo. Incluso sufrió una herida en un pie, que le aquejaba grandemente pero Amar Das se alegraba de que el dolor le mantuviera despierto, pues así podía recordar a Dios todo el tiempo.

Después de la muerte de Gurú Angad, Amar Das cambió su residencia a la nueva Govindval donde empezó su misión.

El hijo de Angad, Datu, sublevándose contra la voluntad de su padre, se erigió como Gurú y con un ejército de fanáticos expulsó a Amar Das de Govindval. Este se retiró a su pueblo natal de Vasarka. Con el tiempo y al ver que nadie le aceptaba, Datu dejó la ciudad santa, después de haberse llevado todo lo que había de valor. Se dice que en el camino de regreso a su casa fue robado y herido gravemente.

Bhai Buddha acudió ante Amar Das y le rogó que volviese. Este perdonó a Datu ya todos sus enemigos y retornó a Govindval.

Guro Amar Das dividió el área en el que el Sikhism había sido propagado en 22 manja o diócesis, cada una de ellas a la tutela de uno de sus devotos predilectos, quienes organizaban los satsang (discursos espirituales) donde se reunían los Sikhs para cantar las glorias del Señor. El también preparó y envió a 4 hombres y 52 mujeres de viaje por todo el país con la misión de revelar el sagrado Conocimiento a quienes lo desearan: dos de ellos fueron a Delhi donde fundaron el primer templo Sikh. Pronto su fama como gran santo se extendió por todas direcciones.

En cierta ocasión, camino de Lahore, el emperador Akbar acudió a verle tratándole con gran reverencia; apreció el simple arroz de la cocina santa como si fuera el más delicado néctar. Se dice que Akbar donó una gran riqueza en tierras al Gurú, que éste a su vez distribuyó entre los pobres.

Tal como Gurú Angad había hecho con él, Amar Das probó severamente a su nieto, Jetha, para ver si era digno de ser su sucesor. Al fin dio una gran fiesta en la que anunció su pronta partida de este mundo y proclamó a Jetha el continuador de su misión, cambiando su nombre por el de Ram Das.

Al siguiente día Amar Das dejó su cuerpo. Eran las 10 de la mañana de la luna llena de Bhadron, del 1 de setiembre de 1574.

GURÚ RAM DAS

Servicio

El 24 de setiembre de 1534, en la familia de Haridas, un piadoso santo residente en Lahore, vino al mundo un pequeño al cual pusieron por nombre Jetha.

Cuando éste no era más que un muchacho, un día se encontró con un grupo de peregrinos Sikhs que iban a ver a su Gurú; uniéndose a ellos, obtuvo así el primer darshan de su Maestro, al que inmediatamente se entregó en cuerpo, mente y alma, quedándose a hacer servicio en el Ashram. Después de un tiempo, Amar Das le dio como esposa a su propia hija Bibi Mohani y le envió a casa para ver a sus padres. A su vuelta al Ashram, Jetha se convirtió en el sirviente personal del Gurú, permaneciendo con él día y noche. Un día, Amar Das puso en su cuello una joya preciosa y le llamó: La misma imagen del Gurú, más querido para mí que mi propia vida, prefiriéndole así a sus propios hijos Mohan y Mohari.

Poco después se le ordenó reformar un viejo pozo cerca del cual Gurú Nanak solía acampar. Este pozo fue llamado Amritsar (el pozo del néctar) y pronto se convirtió en el primer foco de concentración Sikh, hasta el punto de llegar a ser una gran ciudad y capital religiosa de los Sikhs. La nueva ciudad se llamó Ram Das pur (la ciudad de Ram Das) pero con el tiempo el nombre de Amritsar se extendió a toda la ciudad, olvidándose el primero.

Cuando Jetha se convirtió en Gurú con el nombre de Ram Das, el hijo de su predecesor, Mohan, rehusó reconocerle como tal. Ninguno de los hermanos le ayudaron por tanto en servicio en Amritsar, así, pues, durante algún tiempo trabajó solo, ayudado por unos pocos devotos.

Shric-chand, hijo del primer Gurú Nanak, abandonó su retiro del bosque para visitar a Ram Das; en él vio reflejada la misma dulce humildad que poseyera su padre y le reconoció como el verdadero Gurú de todos los Sikhs.

Ram Das, aun careciendo de formación científica, hizo una gran labor literaria componiendo numerosos versos.

Pasó sus días pacíficamente completamente dedicado al servicio y murió el 3 de marzo de 1581, después de haber nombrado a su hijo Arjuna como sucesor. A partir de Ramdas la sucesión fue hereditaria en la familia, lo que incrementó en gran manera la autoridad del Gurú, pues para los Sikhs éste era como su soberano.

GURÚ ARJUNA

Sacrificio

Arjuna o Arjan fue el tercer hijo de Gurú Ram-das y el primero de los Gurús que nació en la corte. Vino al mundo el 15 de abril de 1563 en Govindval y sus primeros años transcurrieron junto a su padre y Gurú y su madre Bibi Mohani.

Cuando contaba 16 años fue el único de los hijos que obedeciendo a su padre acudió a una ceremonia de casamiento en Lahore. Al volver a casa aquél le nombró su sucesor y casi inmediatamente dejó su cuerpo.

Hasta Gurú Arjuna los Sikhs habían sido una comunidad relajada y alejada del mundo sin un verdadero enfoque en su Gurú. Este estado fue cambiado considerablemente por Arjuna quien fue un Gurú activo y emprendedor, y el primer Gurú qué se introdujo en la política. El primer objetivo de Arjuna fue crear un libro que sirviera para unir más a los devotos. Así, pues, recolecto todos los poemas de los Gurús precedentes, a los cuales añadió sus propias composiciones y para probar la evidencia que la verdad revelada por los Gurús Sikhs era la misma que la que los grandes santos (Bhagatts) hindúes predicaban, incluyó al final de cada Raga numerosos versos de aquellos. Esta colección miscelánea fue denominada el Granth y considerada como la Biblia de los Sikhs, suplantando gradualmente la autoridad que los Vedas y Puranas ejercían en la época y que de cualquier modo no era accesible más que a unos pocos privilegiados y eruditos, mientras que el Granth se hallaba escrito en su propia lengua vernácula.

Gurú Arjuna fue el primer Gurú Sikh que dejando las sencillas vestiduras de sus predecesores vistió como un gran rey, causando las delicias de sus devotos. Bajo su guía, la comunidad Sikh floreció rápidamente despertando las sospechas del gobierno musulmán.

Habiendo muerto el piadoso Akbar y sin dejar ninguna orden específica sobre cómo tratar al Gurú, o a los Sikhs, su sucesor, el malvado J ahangir, fue instigado rápidamente por los enemigos de Arjuna, quienes le acusaron de sedición al haber ayudado al hijo del rey Khusram, que se había alzado en armas contra su padre.

Arjuna nombró como su sucesor a su joven hijo Har Govind y ante la llamada del emperador fue a responder de los cargos que se le imputaban. Arjuna fue encarcelado en el castillo del desértico distrito de Lahore donde murió a causa del cruel tratamiento recibido.

Esta cruenta muerte de su Gurú conmovió profundamente a la comunidad Sikh y cambió completamente el carácter pacífico de su movimiento reformatorio religioso.

GURÚ HAR GOVIND

Justicia

Har Govind nació el19 de junio de 1595 en Wadali, donde el Gurú se había retirado para evadir a los pathanes, que llamados por un grupo de traidores, venían a saquear Amritsar. Este nacimiento no agradó en modo alguno al hermano de Gurú Arjuna, que trató en repetidas ocasiones de matar al niño, administrándole veneno, que éste instintivamente siempre rehusaba beber; se dice incluso que con sus propias manos mató una cobra que habían dejado en su cama.

Gurú Arjuna, ante las repetidas amenazas, envió a su hijo al cuidado de Bhai Budha, bajo cuya tutela creció, aprendiendo rápidamente. Su padre antes de su muerte le mandó crear un ejército armado para defender la comunidad.

Bhai Budha entronó al nuevo Gurú, quien hizo cantar el Granth durante diez días y apareció ante los Sikhs con uniforme militar. Pronto formó un gran ejército y una escolta personal con la que pasaba el tiempo cazando y entrenándose, abandonando las antiguas canciones devocionales. Cuando Bhai Budha protestó ante su conducta, el Gurú le replicó que en adelante el Conocimiento sería revelado a los humildes y la espada a los que les oprimían.

Parece ser que el emperador Jahangir le recibió y le cobró gran estima, entregándole a los insidiosos que habían provocado la muerte de su padre, quienes fueron ejecutados públicamente. A Jahangir le sucedió Shah Bahan (1628), al cual en un principio sirvió como guerrero el Gurú, pero parece que éste, a petición de su gente, dejó la corte y se estableció con tos Sikhs. Shah Jahan, encolerizado por su conducta, envió a sus tropas contra él, las cuáles tomaron Ram-Das Pur y arrasaron sus propiedades. Har Govind tuvo que huir a Kartapur, donde hubo de enfrentarse a otro enemigo, el pathan Paindah Khan.

Paindah Khan se alió con las autoridades mongolas, quienes le confiaron un gran ejército. Después de una gran batalla, las tropas imperiales fueron derrotadas y Pandah Khan murió a manos del mismo Gurú. Las guerrillas y escaramuzas siguieron prácticamente durante toda su vida hasta que a la muerte de su tercera esposa, Har Govind se retiró a Kartarpur, donde vivió una vida sosegada y dedicada a sus devotos. Poco antes de su muerte (el 10 de marzo de 1644), el Gurú designó a su nieto Har Rai como sucesor.

GURÚ HAR RAI

Misericordia

Ya siendo un muchacho, el pequeño Har Rai se destacaba por su sensible carácter. Jamás arrancaba una flor y le complacía caminar bajo los árboles. Sentía también un gran amor por los animales, y creó incluso un pequeño zoo en el jardín de su padre. Recibía con gran alegría y hospitalidad a los invitados y siempre permanecía pacífico e inalterable en toda circunstancia.

Contaba Har Rai tan solo catorce años cuando ascendió al trono corno nuevo Gurú, continuando su vida tranquila y haciendo las delicias de los devotos con su afabilidad y amor.

Durante la mayor parte de su vida vivió en Kartarpur, donde falleció el 6 de octubre de 1661, habiendo declarado sucesor a su hijo más joven Har Kisan.

GURÚ HAR KISAN

Pureza

A la temprana edad de cinco años, Har Kisan fue llamado a ser el nuevo Gurú, guía de los Sikhs. Su hermano mayor Ram-rai, quien había sido desterrado por su padre a causa de su conducta, vivía en aquel tiempo en la corte del emperador Aurangzeb en la capital Delhi. Aduciendo la falta de edad de su hermano, se autoproclamó Gurú instigando al emperador en contra de aquél. Aurangzeb, viendo la oportunidad de sembrar confusión entre la comunidad Sikh, llamó al Gurú a Delhi, invitándole a la corte. Har Kisan, había sido prevenido por su padre de nunca ver al emperador, pero como los devotos de Delhi lloraban por su darshan, resolvió acudir a la capital, mas, sin presentarse ante Aurangzeb. Mientras el Gurú se hallaba en la ciudad causando las delicias de sus devotos, una gran plaga se cernió sobre ella. Har Kisan contrajo la viruela, que pronto consumió su joven cuerpo, y el 30 de marzo de 1664, nombrando sucesor a Teg Bahadur, abandonó su cuerpo mortal.

GURÚ TEG BAHADUR

Valentía

Teg Bahadur, el hijo más joven de Gurú Har Govind, nació a las 2.15 de la mañana del primer día de abril de 1621. Fue llamado así porque el Gurú profetizó que sería poderoso en el manejo de su espada (tegh). Después de haber sido nombrado el nuevo Gurú, Teg Bahadur fundó la nueva capital, no lejos de Kartarpur, en un lugar llamado Anandpur, pero no permaneció allí durante mucho tiempo. Pronto comenzó a recorrer el país para visitar a sus devotos. Predicó en Gaya, en Benarés y en Schasrawan, donde se alojó en un palacio que un devoto había construido para él mucho tiempo atrás. Por último se estableció en Patva en el distrito de Bihar con su esposa e hijos y allí nació y recibió su educación su hijo y sucesor Govind Singh.

En aquel tiempo Aurangzeb había resuelto acabar definitivamente con los hindúes, convirtiéndoles a la fuerza mediante brutales masacres y tiranías. Los Pándits de Cachemira, donde más fuerte se hacía la opresión, acudieron ante el Gurú en busca de ayuda. Este les replicó que si querían salvar el país, tenían que estar dispuestos a morir. El joven Govind, oyendo esto,. exclamó ¡Oh padre, tú eres el único digno de hacerlo! El Gurú accedió y mandó a los pandits comunicar al emperador que si podía convertir al Gurú sikh todos abrazarían el Islam.

Este mensaje complació sobremanera a Aurangzeb, quien pensó que sería una tarea fácil de hacer y envió una escolta en su busca.

El Gurú entregó su espada al joven Govind Rai y le estableció como sucesor, ordenándoles destruir la tiranía y vengar su inminente muerte. Luego, dejando Anandpur, fue a pasar la temporada de las lluvias a casa de un devoto musulmán en Saifabad. posteriormente el Gurú fue visitando a sus devotos y lentamente se encaminó hacia Agra, donde esperó pacientemente su arresto.

Todos los intentos de Aurangzeb de convertirse al Islam fueron vanos y después de torturarle durante largo tiempo, el emperador, furioso, ordenó que fuera decapitado en la plaza central de Delhi. La ejecución ocurrió en la tarde de un jueves del 11 de noviembre de 1675; unos devotos recogieron su cuerpo, que fue incinerado en medio de un gran dolor.

Esta muerte brutal afectó incluso a la mente de Aurangzeb, que pronto se arrepintió de lo que había hecho, no volviendo a conocer el descanso desde entonces.

Los sikhs se convirtieron en una fiera nación y se prepararon para vengar la muerte de su Gurú. El norte de India se encendió en odio contra los musulmanes y los hindúes se unieron a los sikhs para acabar con la opresión.

GURÚ GOVIND SINGH

Coraje

El niño Govind Rai nació en Patna el 19 de diciembre de 1668. Era un muchacho bravo, activo y desde pequeño demostró su amor al combate. El fuerte sentido del humor que poseía Nanak despuntaba también en Govind, que bromeaba y jugaba con sus devotos aun en los momentos más críticos de su vida.

Rodeado por toda suerte de peligros, se retiró a las montañas, donde permaneció oculto, practicando la caza y la arquería. Estudió también persa e hindi, y sus composiciones a veces recuerdan vagamente al estilo sánscrito.

Cuando supo la muerte de su padre y su ascensión como sucesor, el joven Gurú en persona fue quien encendió la pira de su padre y consoló a los Sikhs.

A principio el Gurú permaneció retirado, dado su corta edad (ocho años), y se ocupó principalmente de formarse para su gran tarea. Cuando su madre Gujari le reprendió por su conducta belicosa, diciendo que como Gurú debía ser más humilde, el joven le replicó que no utilizaría su espada salvo en defensa propia y que de cualquier forma él conocía su tarea mejor que nadie.

Su ejército creció, uniéndose a él numerosos hindúes y musulmanes, mientras esperaba el momento de la acción.

En cierta ocasión, para probar a sus devotos, Gurú Govind Singh reunió a todos los discípulos y les dijo que aquel que amara a su Gurú debía entregarle su cabeza. La mayoría guardaron silencio aterrorizados, pero cinco de ellos se levantaron y ofrecieron resueltamente sus cabezas. Sus nombres fueron: Dharma Singh, Sukkha Singh, Daya Singh, Himmat Singh y Muhkam Singh. El Gurú los llevó consigo a una habitación y complacido por su devoción les reveló el Pahul (Conocimiento) de la verdadera religión.

De acuerdo a la tradición, la guerra estalló a causa de un elefante que los Rajás de las montañas exigieron a Govind Singh y que éste rehusó entregar.

Los Rajás formaron un poderoso ejército y marcharon contra Anandpur, donde se libraron feroces batallas, resultando muertos los dos hijos mayores del Gurú. Al final los Rajas fueron obligados a replegarse hacia las montañas, desde donde pidieron ayuda al emperador, el cual gratamente cedió sus tropas imperiales y todos juntos atacaron de nuevo Anandpur.

Cuando Govind Singh vio el peligro de su situación, huyó con sus dos hijos menores y sus cinco devotos mencionados anteriormente a la ciudad de Machuvara, donde se escondió en casa de un humilde discípulo. Pero sus enemigos dieron con su paradero. De nuevo tuvo que huir disfrazado de musulmán con sus cinco sikhs, dejando esta vez a sus hijos en el lugar.

Los jóvenes, traicionados y capturados por las tropas del emperador, fueron llevados a presencia de Aurangzeb, quien no pudiendo convertirles al Islam, ordenó que fueran empalados vivos. Se dice que el llanto de los niños fue escuchado durante varios días.

Al enterarse Govind Singh de lo sucedido, cuentan que, desenvainando su espada, de un tajo abatió un grueso árbol y exclamó: Así serán extirpados los turcos.

Durante esos tiempos, el Gurú fue perseguido sin tregua por las tropas de Aurangzeb, y salvó su vida refugiándose en desiertos y en agrestes zonas. En su huida constante, le fue rechazado incluso el cobijo por sus propios discípulos, temerosos de la ira del emperador, y junto a sus pocos devotos y compañeros vivió errante de un lugar a otro.

Al fin, en el desierto de Aluktsar; sus enemigos dieron con él, librándose una heroica batalla, en la que perecieron sus cuarenta compañeros y Govind Singh fue dado por muerto. Cuando los musulmanes se retiraron, el Gurú, que se había refugiado en una colina cercana, bajó al lugar y lloró amargamente por sus fieles compañeros.

Su falsa muerte le confirió un momentáneo alivio, aprovechando el cual se asentó en la ciudad de Malva, donde vivió pacíficamente, dedicado completamente a sus devotos. De allí partió a Anandpur, su viejo hogar, donde se estableció de nuevo y vivió sin ser molestado hasta el final del reinado de Aurangzeb (1707). Su hijo y sucesor, Bahadur Shah, tuvo que luchar contra su hermano menor Azim por la corona y según cuenta la tradición, Govind Singh le prestó ayuda, no solo en esta batalla sino en numerosas ocasiones. Bahadur Shah se convirtió en un gran admirador del Gurú y abolió las crueles y opresivas leyes que su padre había impuesto al pueblo hindú.

Desde agosto hasta noviembre de 1707 el Gurú permaneció en la corte del nuevo rey, quien disfrutaba grandemente de su compañía. Posteriormente Bahadur Shah tuvo que partir hacia el sur e invitó a Govind Singh a acompañarle; el Gurú rehusó pero prometió unirse con él más tarde. Y así lo hizo. Juntos atravesaron el Rajputana (Rajasthan) y en su camino varios Rajput Rajas acudieron a rendirle homenaje.

Después de visitar Jaipur, Jouhpur, Chitor y Poona, llegaron a Nader, cerca del río Godavary, ahora en el estado de Andhara Pradesh.

Cuando alcanzaron Nander, el Gurú, habiendo llegado al lugar por el que tanto había viajado, se separó del emperador.

En un bellísimo paraje cerca del río se hallaba el ashram de un vairagi llamado Lachhman Dev, quien gozaba de gran renombre por sus poderes ocultos y tenía también el hábito de gastar bromas a los simples sadhus y eremitas que venían a verle. Cuando el Gurú llegó al ashram el vairagi estaba fuera, así pues, Govind Singh sentóse en su alfombra a esperarle.

Uno de los discípulos de Lachman Dev corrió a comunicar a su maestro el sacrilegio que había sido perpetrado; cuando el vairagi regresó trató en vano mediante su magia de dar la vuelta a la alfombra. Entonces reconociendo la divinidad de Govind Singh se postró a sus pies y le pidió ser su banda (esclavo). Después de haber sido iniciado por el Gurú, éste cambió su nombre por el de Banda Singh, con el cual pasó a la historia.

El Gurú se asentó en esta pequeña ciudad y envió a Banda al Punjab a luchar contra Qazir Khan y los Rajas de las colinas.

En aquel tiempo, en el mes de marzo, el Gurú conoció a un pathan, un cierto Gul Khan que era nieto de Painda Khan y a quien Gurú Har Govind dio muerte en el transcurso de una batalla. El Gurú sintió gran afecto por este hombre y le tomó a su servicio.

Un día Govind Singh comenzó a burlarse de él diciéndole: Si el nieto de aquel que ha sido matado por alguien recibe su sustento de él, ¿cómo llamarías tú a esa persona?

El pathan contestó: Si un hombre permanece con el enemigo de su padre y de su abuelo y recibe su alimento de él, ciertamente debe ser una persona despreciable e indigna.

El Gurú contestó: Si un pathan viviera con el enemigo de su padre y de su abuelo, ¿cómo le considerarías? Aquel contestó: No lo consideraría un pathan sino un tejedor (cobarde).

El Gurú dijo aún: ¿Qué es lo que harías si te encontraras con el enemigo de tu padre y de tu abuelo y tuvieras un arma en tu mano? y el pathan respondió: No le dejaría vivir más.

Gul Khan comenzó a pensar el porqué su Gurú le hacía tales preguntas y cuando se enteró de que Govind Singh era descendiente de Gurú Har Govind se sintió burlado y miserable y resolvió vengarse en cuanto se presentara una oportunidad.

Un día un sikh trajo ante el Gurú una bellísima daga de un país lejano. Govind Singh viendo el brillo de su filo quedó muy complacido y siempre la llevaba con él. Un día le preguntó al pathan cuántas estocadas de esta daga se necesitarían para matar a un hombre. Aquél te contestó que con una sola sería suficiente. El Gurú siguió preguntándole: Bien, ¿si aquel por cuyo padre y abuelo fueron dados muerte se presentara ante ti y tuvieras esta daga en tus manos, qué es lo que harías?.

Oyendo esto el pathan sintió una gran cólera en su corazón pero no pudo decir nada.

Poco después el Gurú se echó a dormir y sus guardianes se retiraron a sus tiendas. El pathan, que había permanecido sentado a su lado, tomó suavemente la daga de la mano del Gurú y se la introdujo en la cintura. Pensando que lo había matado, huyó apresuradamente. Govind Singh, que no había muerto, viendo su herida, pidió auxilio y pronto todos los sikhs se reunieron y corrieron en las cuatro direcciones hasta que capturaron al pathan y lo trajeron a presencia del Gurú.

Se dice que éste alabó la valentía del pathan y le dejó en libertad, diciendo a los sikhs que se hallaban compungidos ante el estado de su Gurú, que no deberían apenarse, pues todo había ocurrido según el deseo del Señor; el pathan no le había herido pérfidamente sino que él mismo le había provocado intencionadamente.

La herida fue cosida y ya casi había sanado, cuando un día Govind Singh, en el transcurso de unos juegos tensó un arco con gran fuerza, abriéndose sus llagas de nuevo y sangrando profusamente.

El galeno hizo una nueva cura, pero el Gurú rehusó descansar y montando su caballo viajó hacia el Sur. Cuando hubo llegado a Nader se sintió exhausto y ordenó a sus sikhs parar en el lugar. Viendo su hora cercana, mandó construir una pira y dio algunas instrucciones para la cremación de su cuerpo.

Habiendo cumplido sus órdenes, los devotos se agruparon a su alrededor con las manos unidas y le preguntaron quién iba a ser el sucesor en el trono del Gurú. Govind Singh, encomendando a sus devotos a Dios, colocó las cinco paisas rituales sobre el Adi Granth y les dijo que en adelante este libro sería su Gurú. Luego se sentó sobre la pira funeraria y después de meditar durante un largo tiempo, y tras cantar un bellísimo son, se tumbó, cerró los ojos y expiró.

Esto sucedió el quinto día de la mitad resplandeciente del mes de Kartik, en el año de Sambat, era el jueves 7 de octubre de 1708 cuando Gurú Nanak acabó así su larga encarnación en diez cuerpos humanos, la cual había comenzado en 1469, cerca de 240 años atrás.