El amar
Cuento zen con moraleja
¡A toda esta existencia se le tiene que ofrecer amistad! Y si le puedes ofrecer amistad a la existencia, la existencia la devolverá multiplicada por mil.
Cuento zen sobre amar
Si este momento está lleno de amistad y de fragancia de la amistad, ¿por qué preocuparse por el próximo momento? El próximo momento nacerá de este. Tiene necesariamente que sé dé una calidad más alta, más profunda. Llevará esa misma fragancia a cotas más altas. No hay necesidad de pensar en ello; solo vive el momento en profunda amistad como sucedió a este par de amigos.
Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, mi señor Coronel. Solicito permiso para salir a buscarlo. Permiso denegado, replico el oficial. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regreso mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.
El Coronel estaba furioso: Ya le dije que había muerto, ahora he perdido a dos hombres. Dígame: ¿Merecía la pena salir allá para traer un cadáver? Y el soldado, moribundo, respondió: Claro que si, señor, cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme; Jack, estaba seguro de que vendrías.
MORALEJA
La amistad es el amor, pero sin sus alas. Si preguntas: ¿Quién es mi verdadero amigo? Estás preguntando desde el extremo erróneo. Nunca preguntes: ¿Quién es mi verdadero amigo? Pregúntate: ¿Soy yo el verdadero amigo de alguien? Esa es la pregunta correcta. ¿Por qué te preguntas si los demás son tus amigos o no?
Hay un proverbio: «Un amigo necesitado es verdaderamente un amigo». Pero en lo profundo eso es egoísmo, eso no es amistad, eso no es amor. Tú quieres usar a los demás como un medio, y ningún hombre lo es, cada hombre es un fin en sí mismo. ¿Por qué te preocupa tanto quien es un verdadero amigo?
Y la amistad no necesita dirigirse a una persona en particular; esa es también otra idea podrida, que tiene que ser amigo de cierta persona; tan solo sé amistoso. Mejor que ser amigo de alguien, crea amistad. Deja que sea una cualidad de tu ser, un clima que te rodea; y así serás amistoso con quienquiera que te pongas en contacto.
A toda esta existencia se le tiene que ofrecer amistad. Y si le puedes ofrecer amistad a la existencia, la existencia te la devolverá multiplicada por mil. Te lo devuelve en la misma moneda pero multiplicada. Si le tiras piedras a la existencia, recibirás muchas más piedras. Si le tiras flores, volverán flores. Te hace eco.
La vida es un espejo, refleja tu rostro. Sé amistoso, y todo en la vida reflejará amistad. Todo el mundo sabe que si eres cariñoso con un perro, hasta este se vuelve tu amigo, así que sé amistoso. Algunas personas han descubierto que si eres amable con un árbol, el árbol se vuelve amable contigo. Experimenta con la amistad.