El cuento Zen «Desprogramarse», enseña a liberarte de la programación para responder por ti. Lo que nace y se decide adentro es auténtico y te hace libre.
Él escucha intelectual es no escuchar en absoluto. La forma correcta es no poner tu mente en medio y me dejes llegar hasta tu ser interno sin barreras.
Tú tienes tu fuerza interior para cruzar tu camino. Con tu poder interior, encontrarás la ruta, la ruta que a ti se adapte. Déjalo todo a tu interior.
Si dices de corazón que reconoces tu vanidad, es rendición profunda, una apertura, una receptividad, al reconocer descubres que los fallos te pertenecen.
Las últimas palabras de Buda al morir para demostrar el poder de la luz fueron: Sé una luz en ti, es decir, no imites, no trates de parecerte a alguien.
Él No da poder. El Sí no da ningún poder. Cuando dices que no, puedes sentir tu poder; cuando dices que sí, puedes sentir amor, compasión, pero no poder.
Dar amor es una experiencia muy hermosa porque entonces eres un emperador. Recibir amor es una experiencia muy pequeña, es la experiencia del mendigo.