La iluminación consiste en que aceptemos lo que es, en todo momento con la consciencia de que cada momento en el aquí y el ahora es sin dudar el mejor.
¡Despierta! Si estás dispuesto a cambiar tus ilusiones por la realidad, cuando estés dispuesto a cambiar tus sueños por hechos, entonces encontrarás todo.
Si no alcanzas la iluminación estarás angustiado. Es como caer al agua y no sabe nadar: te asusta, y por eso te hundes. Si pierdes el miedo te iluminas.
Si de verdad prestas el mismo tipo de atención a todo, verás que todo se volverá sagrado. Si su atención se vuelve absoluta, todo lo físico se disolverá.
El iluminado se desapega de todo. Cuando le alcanza la felicidad o el infortunio, con sabiduría no se deja afectar ni por la euforia ni por el abatimiento.
La iluminación es descubrir que no hay nada que descubrir. La iluminación es saber que no hay sitio al que ir. La iluminación es comprender lo que es todo.
La iluminación no es un juego. Lo demás es un juego pero la iluminación no. Debes tener paciencia. A más apuro menos posibilidades tendrás de lograrla.
En el estado de descanso y sueño profundo hay perdida de toda ansia. La iluminación solo sucede cuando estás en silencio, tan relajado, que casi no estas.