La iluminación espiritual

Frases Alonso Del Rio

Citas Alonso Del Rio


Es ridículo juzgar el comportamiento de alguien que cumple perfectamente su rol dentro de su etapa evolutiva.

Si estas totalmente identificado con la mente, no reconoces su existencia ni sus limites. Si te retiras un paso atrás empiezas a ver tu verdadero ser y todo a su alrededor.

Si estas totalmente identificado con la mente, no reconoces su existencia ni sus limites. Si te retiras un paso atrás empiezas a ver tu verdadero ser.

Todo el trabajo apunta a que resuene en ti el deseo de ser consciente, lo que muchos llamamos despertar al testigo.

La ayahuasca me mostro ese niño-mente y decidí criarlo, protegerlo, alimentarlo, enseñarle, comprenderlo y amarlo. Entender mi mente como si fuera realmente la mente de un niño me ayudo mucho a comprenderme y, sobre todo, a comprender a los demás.

La mente no solamente es un monstruo que muchas religiones enseñan, también es un niño tierno, desprotegido y casi abandonado por la vida, que no pudo desarrollar plenamente todo su potencial como ser humano.

La palabra Cristo viene del griego y comparte la misma raíz que la palabra cristal. Esto puede significar que se otorgaba el titulo de Cristo a aquel que lograba la cristalinidad, la transparencia de la mente.

Necesitamos dar el gran salto en nuestra mente como humanidad y ya no solo en forma individual, como ha venido ocurriendo desde los inicios del tiempo. Dar el salto a la simultaneidad en forma colectiva.

Ahora que la mayoría conoce el funcionamiento básico de una computadora, es mas fácil entender la mente humana. El cerebro es el hardware -incluidas las redes neuronales- y el software es la manera de pensar.

La mente no es un demonio que exorcizar, un monstruo que domar, algo que someter. Si se utiliza bien y se le comprende, también puede ser vista como algo hermoso, como una fuente inagotable de creatividad, imaginación y poesía.

La mente también es un mecanismo, un sistema de percepción. No podemos echarle la culpa al fabricante si usamos mal la maquina porque no la comprendemos.

Debemos desarrollar el pensamiento analítico pero también el sintético, tener la capacidad de observar la realidad de afuera pero también la de adentro, desarrollar el pensamiento pero también el amor. El ser humano es razón y sentimiento.

Al callar ese absurdo monologo mental creas una vacante necesaria para que la mente se inunde del verdadero saber de la existencia.

Despierta del sueño que alguien va a hacer algo por ti y atrévete a tomar el timón de tu vida, observa tu mente y aprende a reírte de ella. Atrévete a desplegar tus propias alas y a elevarte por encima de Todo.

El primer paso es reconocer que la mente es parte de mi, pero que yo no soy solo la mente.

Como el prisma descompone la luz en sus siete colores, nuestra mente tiene esa capacidad llamada analítica, que nos permite descomponerlo todo, analizarlo en sus partes y seguir así hasta donde pueda.

Es inútil tratar de convencer a alguien de que vea las cosas como nosotros. Hasta quienes se creen maestros iluminados ven su relativamente teñida y distorsionada realidad. Todo es cuestión de grados y niveles.

Cada uno debe adaptar las enseñanzas a su propia realidad.

Cada ser humano tiene un software único y personalizado, en algunos casos con versiones muy antiguas, en otros con las actualizadas; y mejor ni hablar de los que tienen virus y no se dan cuenta.

La mente es un instrumento muy fino y maravilloso, pero necesita siempre algunos ajustes y esto es parte de su mágica naturaleza que cuenta con su propio sistema de perfeccionamiento.

Lo que nos esclaviza se convierte en aquello que nos libera y lo que nos libera se vuelve aquello que nos esclaviza, incluidos la mente, las religiones y los caminos espirituales.

Seria bueno que cada uno se ponga a limpiar la ventana a través de la cual mira la vida y no se este fijando en cuan sucias están las del vecino. Tal vez, algún día veamos mas o menos lo mismo.

Una mente que ha madurado y evolucionado se ha sutilizado, se ha vuelto fina, ágil, flexible, finalmente sensible.

Si vemos la mente como un cristal a través del cual miramos la realidad, cada ser humano posee un cristal personalmente teñido y con un diferente grado de distorsión respecto a la realidad.