La iluminación espiritual

El Dhammapada es el camino de la sabiduría

POR: BUDA

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EL DHAMMAPADA

Se dice en el Dhammapada: Vivir un día y saborear muy profundamente el significado de la impermanencia es mejor que vivir 100 años y no tocarla.

Buda comienza en El Dhammapada diciendo que la mente es el creador de todas las cosas. Si actúas basándote en la amabilidad y la sabiduría de la mente, la felicidad te seguirá como las ruedas de un carro siguen al buey que tira de él. Y si actúas basado en la crueldad o actúas desde un estado mental sin sabiduría, entonces la infelicidad te seguirá como las ruedas de un carro siguen al buey que tira de él.

Quién desee comprender verdaderamente las enseñanzas de Jesús debe leer el Dhammapada y la vida Buda. Y volver a releer los evangelios, y observar las similitudes. En algunos casos los discípulos han omitido o mutilado palabras e ideas que recibieron de Jesús, como el verso que abre el Evangelio de Juan: En el principio estaba
Prajapati, con él estaba la palabra y la palabra era verdad, el brahmán supremo
.

La persona consciente de los sueños, no soñará más. La persona que está consciente de la vida, no tomará otro nacimiento más. Por eso la escritura espiritual como El Dhammapada tienen como objeto y meta, no volver a nacer. Ella tienen un objetivo; la liberación del ciclo de vida y muerte.

Hoy veremos los que dijo Buda en El Dhammapada sobre la sabiduría...

EL CAMINO DE LA SABIDURÍA

Los versos de sabiduría de Buda en El Dhammapada

Cuando un sabio supera la inatención cultivando la atención, libre de tribulaciones, asciende al palacio de la sabiduría y observa a la gente sufriente como el sabio montañero contempla a los ignorantes que están abajo.

Aquel cuya mente es inestable, no conoce la enseñanza sublime, y aquel cuya confianza vacila, su sabiduría no alcanzará la plenitud.

Percibiendo que este cuerpo es frágil como una vasija, y convirtiendo su mente tan fuerte como una ciudad fortificada vencerá a Mara con el cuchillo de la sabiduría. Velará por su conquista y vivirá sin apego.

Del mismo modo que puede germinar y florecer un aromático loto en un estercolero, así, entre los ofuscados, deslumbra en sabiduría el discípulo que sigue al Perfecto Iluminado (el Buda).

El santo se desapega de todo y no se implica en la avidez sensual. Cuando le alcanza la felicidad o el sufrimiento, con sabiduría no se deja afectar ni por la euforia ni por el abatimiento.

Aquel que aprende poco, crece como un buey; crece en carne, pero no en sabiduría.

Difícil es hallar al hombre de gran sabiduría: tal hombre no nace en cualquier parte. Cuando nace un hombre así, que la familia se sienta muy dichosa.

La sabiduría brota en aquel que se examina día a día, cuya vida es intachable, inteligente, arropado con el conocimiento y la virtud.

Todos los fenómenos condicionados son impermanentes. Cuando uno comprende esto con sabiduría, entonces uno se hastía de tal insatisfactoriedad. Éste es el Sendero de la purificación.

Todos los fenómenos condicionados están sujetos al sufrimiento. Cuando uno comprende esto con sabiduría, se hastía de tal insatisfactoriedad. Este es el Sendero de la purificación.

Todos los fenómenos condicionados son impersonales. Cuando uno comprende esto con sabiduría, entonces uno se hastía de tal insatisfactoriedad. Éste es el Sendero de la purificación.

El que no se esfuerza cuando es el memento de esforzarse; el que, aún joven y fuerte, es indolente; el que es bajo en mente y pensamiento, y perezoso, ese vago jamás encuentra el Sendero hacia la sabiduría.

Verdaderamente, de la meditación brota la sabiduría. Sin meditación, la sabiduría mengua. Conociendo el doble camino de la ganancia y la pérdida, debe conducirse uno mismo de manera tal que pueda aumentar la sabiduría.

Previamente, esta mente vagaba donde le placía, como a ella se le antojaba. Hoy, con sabiduría, yo la controlaré como el conductor controla el elefante en ruta.

Feliz es la virtud milenaria; feliz es la confianza bien establecida; feliz es la adquisición de la sabiduría; feliz es la abstención del mal.

Las corrientes (del deseo) fluyen por todas partes. Sus raíces retoñan y se desarrollan. Contemplando cómo retoñan, hay que cortar esas raíces con la sabiduría.

El que permanece sin avidez ni aferramiento, y es sagaz en la etimología y los términos, y conoce los grupos de letras y sus secuencias, está llamado a vivir su último renacimiento, siendo un gran hombre de profunda sabiduría.

Dulces son las palabras del monje que ha amaestrado su lengua, que se expresa con sabiduría, que no es petulante y que expone el significado del texto.

No hay concentración para el que no tiene sabiduría; no hay sabiduría para el que no se concentra. En aquel que hay concentración y sabiduría, ése verdaderamente está próximo al Nibbana.

Mediante la meditación y la Visión Cabal, el noble alcanza la más alta Sabiduría y, liberándose de toda atadura del que sabe, se extingue.

Aquel cuya sabiduría es profunda, que posee la Visión Cabal, adiestrado en conocer cuál es el sendero correcto y cuál el equivocado, que ha alcanzado el final más elevado, a ése llamo yo noble.

EL CAMINO DEL SABIO

Los versos de Buda para el sabio en El Dhammapada

Si uno encuentra un hombre sabio, quien como un descubridor de tesoros te señala tus defectos y te llama la atención sobre los mismos, debe asociarse con tal persona. Uno irá bien y no mal en la compañía de esta persona.

Dejadle que os aconseje y exhorte y os disuada del error. Esta persona es valiosa para los nobles, pero desagradable para los mezquinos.

No os asociéis con amigos mezquinos; no mantengáis la compañía de hombres innobles. Asociaos con amigos nobles; conservad la compañía de los mejores entre los hombres.

Aquel que bebe en la fuente de la Enseñanza vive felizmente con una mente serena. El hombre sabio siempre goza en la Enseñanza proclamada por los nobles iluminados.

Los que riegan, canalizan el agua; los arqueros enderezan la flecha; los carpinteros tallan la madera; los sabios se disciplinan.

Como una sólida roca no se mueve con el viento, así el sabio permanece imperturbado ante la calumnia y el halago.

Como un lago profundo es transparente y tranquilo, así se vuelven los sabios al escuchar la Enseñanza.

Ni para sí mismo ni para otros desea hijos, riquezas o reinos; ni con equívocos busca su propio éxito. Una persona así es, por supuesto, virtuosa, sabia y recta.

Pocos entre los seres humanos son los que cruzan a la otra orilla. La mayoría solamente suben y bajan por la misma orilla.

Pero aquellos que obran rectamente de acuerdo con la Enseñanza, que está bien establecida, cruzan más allá de las pasiones y alcanzan el Nibbana.

Viniendo desde el hogar al estado sin hogar, que el hombre sabio abandone los estados de ofuscación y cultive la lucidez. Por difícil que resulte, que busque el deleitamiento y el disfrute en el desapego. Superando los placeres sensuales, sin impedimentos, el sabio se libra a si mismo de las impurezas de la mente.

Aquellos que perfeccionan sus mentes en los Factores de Iluminación, sin ataduras, deleitándose en el abandono de la avidez, esos, libres de corrupción, esclarecidos, alcanzan el Nibbana incluso en este mundo.


Se dice en el Dhammapada: Vivir un día y saborear muy profundamente el significado de la impermanencia es mejor que vivir 100 años y no tocarla.

Buda


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