Las decisiones serán de la mente o del amor
Tú puedes elegir ahora mismo si tus decisiones serán de la mente o del amor. En las decisiones la cosa más importante es de dónde vendrán; no lo que serán.
MIGUEL RUIZ
TOMAR DECISIONES
La decisión debe ser puesta en práctica con el corazón calmado...
Es irrelevante que decisión surge. La cosa más importante es de dónde viene; no lo que es. Si viene de la cabeza creará aflicción. Solo al tomar decisiones con amor te vuelves más y más consciente, solo al tomar decisiones te vuelves más y más maduro y solo al tomar decisiones te vuelves más astuto. De otra manera uno se vuelve insulso.
Una decisión es buena cuando surge de la vida; es mala cuando surge solo de la cabeza. Y, si viene solo de la cabeza nunca es concluyente: siempre es un conflicto. Las alternativas continúan abiertas y la mente sigue y sigue, de uno a otro lado. Así es como la mente crea conflicto.
En cambio, si una decisión proviene de tu totalidad, entonces nunca, nunca te arrepientes por un solo momento. Un hombre que viva en el presente no conoce nada del arrepentimiento; nunca mira hacia atrás, nunca cambia su pasado y sus memorias, nunca prepara su futuro. Es una decisión el que ahora no estás interesado en crear problemas, eso es todo. Es una decisión el que ahora has acabado con todo este absurdo de crear problemas y de encontrar soluciones.
Ahora decide: Me lo tomaré personalmente o no me lo tomaré personalmente.
Veamos que nos enseña el Don Miguel Ruiz sobre tomar o no tomar las cosas personalmente...
NADA ES PERSONAL
No te tomes nada personalmente.
Después de que un ser querido me dice algo que me incomoda, reconozco el momento en que me lo tomo personalmente. Acepto que suelo tomármelo así. Sé cómo me hace sentir esta clase de situación y ya he tomado la decisión de aceptarme tal como soy. También elijo usar que nada es personal para cambiar. En cuanto empiezo a sentir que estoy a punto de tomarme algo que me dice personalmente, lo reconozco. Sé que está a punto de pasarme. Lo siento dentro de mí.
Pero tengo una opción: Puedo tomármelo personalmente o no.
Si me contemplo con la mirada de un juez, optaré por decirme: Como quiero seguir el camino de la perfección, no me voy a tomar nada personalmente. Si lo logro, me aceptaré a mí mismo. Y si fracaso, me juzgaré por no estar a la altura. Pero aunque lo consiguiera, lo estaría haciendo motivado por el premio de aceptarme a mí mismo. Detrás de mi decisión habría una condición.
En cambio, si elijo no tomarme nada personalmente por el amor incondicional que siento hacia mí y hacia el ser querido, no lo estaré haciendo para premiarme o ganar nada, sino que simplemente estaré expresando mi verdadero deseo. Ya me amo a mí mismo. Soy libre de elegir... Sí, me lo tomaré personalmente o No, no me lo tomaré personalmente. Esto no es una condición, sino un instrumento que me permite recordar cómo voy a usar mi intento. Me merezco quererme, sea quien sea mi familia.
El arte de vivir conscientemente no es más que una cuestión de ver la perfección que hay en ti y de amar de manera incondicional. Es advertir que a cada momento de tu vida tienes una opción. Puedes elegir ver el mundo con la mirada de un juez que actúa movido por el amor condicional. En este caso creas a muchos niveles una jerarquía de yo soy mejor que tú. O decidir ver el mundo con la mirada del amor incondicional. En este caso no hay ninguna jerarquía. Sabes que todo el mundo vive expresando su singularidad, por eso las personas son dueñas de sus sí y de sus no, tanto si son o no conscientes de ello. La vida es perfecta porque es la verdad que existe en ese momento. Esa es su vida.
Siempre tienes una opción. Por el simple hecho de elegir ya puedes cambiar las cosas. Si te gusta cómo algo está yendo, sigues así. Y si no te gusta, decides cambiarlo. Pero no lo haces porque tengas que hacerlo, sino porque quieres.
Lo importante es lo que tú eliges. ¿Eliges vivir conscientemente? ¿Ves molinos o prefieres la fantasía de los gigantes? Cuando la fantasía se desvanezca, te llevarás un gran desengaño. Una pérdida siempre nos hace sufrir, pero ¿por qué? Por ejemplo, si pierdes a un ser querido, ¿lo echarás de menos por ser quien era o por la realidad ilusoria que proyectaste en esa persona y por estarte ahora enfrentando a la verdad?
Vivir conscientemente exige esfuerzo, por eso en nuestra tradición tolteca nos llamamos guerreros. La disciplina de esta maestría solo se adquiere a base de práctica. Y con el tiempo la vas dominando con más soltura. A un guerrero cada momento le ofrece la oportunidad de elegir ser siempre consciente. Las decisiones que tomamos a cada momento se basan en la verdad, porque siempre somos conscientes de ella. La maestría consiste en saber que estamos vivos y que somos libres de tomar cada una de las decisiones que van dando forma a nuestra vida.
Y el único modo de que este conocimiento cobre vida es practicándolo. Si no dejas el libro de recetas para meterte de lleno en la cocina, nunca aprenderás a cocinar o a preparar nuevos platos. Lo mismo ocurre con cada libro del conocimiento, sobre todo con los libros sagrados de todo el mundo.
Si te limitas a leerlos, no serán más que palabras escritas. Los sabores y los significados solo cobran vida cuando decides poner en práctica esas palabras. En ese momento es cuando una lección se hace realidad y se convierte en una verdad para ti al experimentarla en tu vida.
Este es el objetivo de las siguientes meditaciones, ayudarte a aplicar el conocimiento y a experimentar esta transformación por ti mismo. Haz solo una meditación al día para que te dé tiempo a reflexionar adecuadamente sobre cada pasaje y a ponerlo en práctica. Si haces más de una al día, no serán tan potentes.
En resumen, vivir conscientemente estriba en realizar elecciones significativas en cada momento de tu vida. Puedes elegir vivir con la mirada del amor condicional o con la del amor incondicional. Elegir entre una cosa o la otra es lo que te permite crear tu vida como una obra de arte en constante evolución.
Esto es lo que yo deseo para ti.
MEDITACIONES
PERFECCIÓN
No te apegues a la perfección
Cuando comprendas que eres perfecto tal como eres, verás que todo es perfecto tal como es.
Pero no es fácil despertarte un día, decirte que eres perfecto y creértelo. Decidir hacer un cambio tan grande exige motivación y compromiso. Abandona primero cualquier idea falsa sobre la perfección. Cualquier apego a lo que creas que significa ser perfecto. Y luego deja de juzgarte por no estar a la altura de tus expectativas y acéptate tal como eres en este instante. Aprender a quererte y dar las gracias cada mañana por el hecho de estar vivo es la forma de empezar a hacerlo.
PRÁCTICA
Deja lo que estés haciendo y dedícate ahora a quererte y respetarte. Eres perfecto tal como eres, porque estás vivo en este instante y verás que todo es perfecto tal como es.
AQUIETAR
Aquieta la mente
En la tradición tolteca el concepto del mitote representa las mil voces que suenan en nuestra cabeza y que acaparan nuestra atención.
Algunas nos dicen falsedades, y otras, la verdad. Las más ruidosas se suelen manifestar en forma de apegos. La razón nos ayuda a distinguirlas, pero si nos apegamos a ellas nos puede costar diferenciar las voces que nos dicen la verdad de las que se inventan falsedades. Dependiendo de la voz a la que te apegues, percibirás el mundo según lo que te diga y lo verás todo desde su punto de vista.
Si eres consciente de ello, te darás cuenta de que detrás de todas esas voces, en el espacio que hay entre los pensamientos, reina un profundo silencio. Si observas tu reflejo y tus ojos, verás lo que yace más allá de ellos, verás la verdad.
No hace falta que busques el amor, porque ya eres amor. Apaga el volumen de tus voces interiores —la voz del conocimiento—, y vive el momento presente. Deja de apegarte a lo que esperas contemplar, para poder ver más allá de ello. Así se te aparecerá la verdadera imagen del amor.
PRÁCTICA
Dedica unos momentos a aquietar la mente escuchando el silencio que reina en lo más profundo de ti. Cuando la mente se aquieta, te ves a ti y a los demás como puro amor.
FELICIDAD
Decide hoy ser feliz
Seguramente has oído este refrán: Concibe la vida como un viaje y no como un destino. Y sin embargo muchos de nosotros no disfrutamos de la vida porque estamos volcados en alcanzar un objetivo, una posición social. Seré feliz cuando consiga el trabajo/esa cantidad de dinero/la pareja que deseo.
Querer conseguir ciertas cosas no es malo, pero si tu felicidad depende de alcanzar un determinado destino, tu vida se convertirá en una serie de objetivos y ninguno te dará la felicidad que buscas. Vivir de esta manera significa perderte la belleza del viaje, de lo que te está ocurriendo en este preciso momento.
La felicidad la encontrarás en el presente y no en algún lugar imaginado del futuro.
PRÁCTICA
Cobrando conciencia de ello, advierte cuándo te apegas a la idea de que serás feliz en el futuro. Si te descubres cayendo en este hábito, di en tu fuero interno: Elijo ser feliz ahora mismo, en lugar de esperar a serlo en el futuro.
DESASIMIENTO
La práctica del desasimiento
En los círculos espirituales se suele decir: No te apegues a nada. Pero en realidad no nos apegamos a las cosas, sino a la idea de necesitar algo. Creemos compulsivamente que debemos adquirir algo de fuera de nosotros para sentirnos llenos por dentro.
Cada vez que te oigas decir en tu interior: Necesito esto o Necesito aquello, advierte que te estás apegando a esta idea. Has hecho que tu felicidad y tu amor propio dependan de conseguir lo que deseas.
PRÁCTICA
Cobrando conciencia de ello, recuerda hoy que no necesitas nada de fuera de ti para sentirte lleno por dentro. Ya eres completo y perfecto tal como eres en este instante.
La felicidad, igual que el sufrimiento, es una elección.
Miguel Ruiz