1 - La ayahuasca me mostro ese niño-mente y decidí criarlo, protegerlo, alimentarlo, enseñarle, comprenderlo y amarlo. Entender mi mente como si fuera realmente la mente de un niño me ayudo mucho a comprenderme y, sobre todo, a comprender a los demás.
1 - De alguna forma era mejor decir que yo era humanista o agnóstico. Finalmente decidí que soy una criatura de la emoción y de la razón. Emocionalmente soy ateo.