Recuerda: A menos que te conviertas en Jesús o Buda, no podrás amar, porque aquel para el cual ha desaparecido la necesidad de ser necesitado puede amar.
Si despiertas por completo descubres la realidad sin la mente. Si le sumas la mente, todo se convierte en una ilusión, porque la mente crea las ilusiones.
¿A qué equipo apoya, buen hombre? ¿Yo?, respondió Jesús visiblemente excitado por el juego. ¡Ah!, yo no animo a ninguno. Simplemente disfruto del juego.
El cuerpo es como las uvas, si lo utilizas creas vino dentro de ti, creas lo eterno. El cuerpo desaparece, pero el vino permanece, el espíritu permanece.
¿Por qué Jesús hablo constantemente en arduas parábolas? Porque las parábolas deben ser acertijos que te desafíen y, a través de este desafío, tú creces.
Jesús está en absoluta libertad, vive plenamente. No está en el cielo, no está en el infierno. Es totalmente libre de cualquier prisión: sea buena o mala.
Con Cristo algo ha cambiado en el hombre; Algo ha penetrado en la consciencia del hombre. Buda es hermoso, pero falta el puente. Cristo es el puente.
La búsqueda es individual, llena de peligros. Uno tiene que ir solo. Pero esa es su belleza. En profunda soledad, Dios entra en ti, o se revela a ti.
Cuando Jesús fue crucificado nació Cristo; este es el renacimiento. Por una parte, crucifixión, por la otra resurrección. Muere para estar realmente vivo.
Osho narra este instructivo cuento sobre el aferramiento a los pensamientos. Donde Jesús de Nazaret no invita a dejarlo todo para alcanzar la vida eterna.