La felicidad no tiene nada que ver con la ambición; la felicidad nada que ver con dinero. La felicidad se relaciona con tu consciencia, no con tu carácter.
El fanático entregar su cuerpo a la hoguera, sin amor en absoluto. Ideal que no quemara su cuerpo; y quemara su «EGO». Y el amor brotará automáticamente.
¡A toda esta existencia se le tiene que ofrecer amistad! Y si le puedes ofrecer amistad a la existencia, la existencia la devolverá multiplicada por mil.
Ama a tu prójimo, sin preocuparte de a quién se lo estás dando. Simplemente, da y encontrarás paz y silencio tremendos. Conviértelo en tu meditación.
El cuento Zen «Desprogramarse», enseña a liberarte de la programación para responder por ti. Lo que nace y se decide adentro es auténtico y te hace libre.