La iluminación espiritual

Frases Gustave Le Bon

Citas Gustave Le Bon


El heroísmo puede salvar a un pueblo en las circunstancias difíciles; mas aquello que lo hace grande es la acumulación diaria de pequeñas virtudes.

Cuando se posee la fuerza, se deja de invocar a la justicia.

El verdadero conocimiento de si mismo haría generalmente muy modesto al individuo.

Para progresar no basta actuar, hay que saber en que sentido actuar.

Para destruir un error hace falta mas tiempo que para darle vida.

El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no esta convencido de ello, no es nada en la vida.

La elección de un sistema de educación es mas importante para un pueblo que su gobierno.

Quien gasta en palabras, rara vez gasta en acciones.

Son las palabras y las formulas, mas bien que la razón, las que crean la mayoría de nuestras opiniones.

El verdadero progreso democrático no consiste en rebajar la elite al nivel de la plebe, sino en elevar la plebe a la elite.

Cuando se posee la fuerza se deja de invocar a la justicia.

El poderío de las palabras es tan grande que basta con elegir bien los términos para conseguir la manipulación de las masas.

El error es a veces mas generador de acción que la verdad.

Las ideas mueven al mundo, pero no antes de transformarse en sentimientos.

Por el solo hecho de formar parte de una multitud, desciende, pues, el hombre varios escalones en la escala de la civilización.

Los pueblos viven sobre todo de esperanza. Sus revoluciones tienen por objeto sustituir con esperanzas nuevas las antiguas que perdieron su fuerza.

La anarquía esta en todas partes cuando la responsabilidad no esta en ninguna.

No labra uno su destino; lo soporta.

La libertad, la mayoría de las veces, no es para el hombre mas que la facultad de elegir la esclavitud.

Retroceder ante el peligro da por resultado cierto aumentarlo.

La audacia sin juicio es peligrosa, y el juicio sin audacia, inútil.

En las arengas destinadas a persuadir una colectividad se pueden invocar razones, pero antes hay que hacer vibrar sentimientos.

Las civilizaciones se forjan con ideas; pero todavía se defienden con cañones.

Las palabras provocan en el alma de las masas las mas formidables tempestades pero también tienen el poderío para calmarlas.

Son las palabras y las formulas, mas que la razón, las que crean la mayoría de nuestras opiniones.

Las civilizaciones se forjan con ideas; pero todavía se defienden con cañones solamente.

La mayor parte de nuestras opiniones son creadas por las palabras y las formulas, mucho mas que por la razón.

Los pueblos viven sobre todo de esperanzas. Sus revoluciones tiene por objeto sustituir con esperanzas nuevas las antiguas que perdieron su fuerza.

Un país gobernado por la opinión no lo esta por la competencia.

Cuando se exagera un sentimiento, desaparece la capacidad de razonar.

Hay ciertas formulas que parecen poseen un poder mágico temible. Millares de hombres se han dejado matar por unas palabras que jamás entendieron, y que, en la mayoría de los casos, carecían de sentido.

Las ideas envejecen mas pronto que las palabras.

El orador que desee conmover a una muchedumbre debe emplear afirmaciones violentas, expresadas en términos abusivos. Deberá exagerar, repetir, eludir toda tentación por presentar pruebas razonables.

Las voluntades débiles se traducen en discursos; las fuertes, en actos.

Se encuentran muchos hombres que hablan de libertad, pero se ven muy pocos cuya vida no se haya consagrado, principalmente, a forjar cadenas.

El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no esta convencido de ello no es nada en la vida.

Una de las grandes ilusiones de la democracia es imaginar que la instrucción iguala a los hombres. En realidad no sirve frecuentemente sino para diferenciarlos mas.

La mujer no perdona al hombre que, a través de lo que ella dice, le adivina lo que piensa.

Uno de los hábitos mas peligrosos de los hombres políticos mediocres es prometer lo que saben que no pueden cumplir.

Las ideas envejecen mas deprisa que los hombres.

En las muchedumbres lo que se acumula no es el talento, sino la estupidez.

La libertad no es con frecuencia para el hombre sino la capacidad de escoger su servidumbre.

El artista es mediocre cuando razona en vez de sentir.

Cuando el error se hace colectivo adquiere la fuerza de una verdad.

Gobernar es pactar; pactar no es ceder.

Ya se trate de ciencia o historia, es preciso desconfiar de la ignorancia que se encierra bajo el termino fatalidad.

El progreso democrático real no es bajar a la elite al nivel de la masa, sino en elevar el nivel de la masa al de la elite.

Los proverbios son los ecos de la experiencia de un pueblo y corresponden al pensamiento intimo de cada uno.

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