La iluminación espiritual

Frases Baha Ullah

Citas Baha Ullah


Oh hijo del Espíritu. Mi primer consejo es este: posee un corazón puro, bondadoso y radiante, para que sea tuya la soberanía antigua, imperecedera y sempiterna.

Sabe con toda seguridad que la esencia de todos los Profetas de Dios es una y la misma. Su unidad es absoluta. Honrar a uno mas que a otro, exaltar a algunos por encima de los demás de ninguna manera es permitido.

Los mejores de los hombres son aquellos que se ganan el sustento con su oficio y lo gastan en si mismos y en sus familias.

Aquel que es Vuestro Señor, el Todo misericordioso, abriga el deseo en Su corazón de contemplar a toda la raza humana como a una sola alma y un solo cuerpo.

Medita un momento: ¿Has oído alguna vez que amigo y enemigo habiten en un corazón? Echa entonces al extraño, para que el amigo entre en su morada.

Todos los hombres han sido creados para llevar adelante una civilización en continuo progreso.

La humildad exalta al hombre al cielo de la gloria y poder.

No debe enaltecerse quien ama a su patria, sino quien ama al mundo entero. La Tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos.

Se generoso en la prosperidad y agradecido en adversidad. Se digno de la confianza de tu prójimo, y mírale con rostro resplandeciente y amistoso.

Cuando acontezcan sucesos naturales estremecedores, recordad la fuerza y majestad de vuestro Señor, Quien todo lo escucha y lo ve, y decid: El dominio es de Dios, Señor de lo visible y lo invisible, Señor de la creación.

Es indudable que los pueblos del mundo de cualquier raza o religión derivan su inspiración de una sola fuente celestial y son los súbditos de un solo Dios.

La religión de Dios es para el amor y la unidad; no la conviertas en causa de enemistad y disensión.

En el jardín de tu corazón no plantes sino la rosa del amor, y no liberes al ruiseñor del afecto y del deseo. Aférrate a la compañía de los justos y elude toda asociación con los impíos.

Tu eres mi fortaleza, entra en ella para que estés a salvo. Mi amor esta en ti; conócelo, para que me encuentres junto a ti.

No te aflijas en la pobreza ni te confíes en la fortuna, pues a la pobreza sigue la fortuna, y tras la fortuna viene la pobreza.

El verdadero amante ansia la tribulación como el rebelde anhela el perdón y el pecador la misericordia.

En verdad te digo: de todos los hombres, el mas negligente es aquel que disputa inútilmente y trata de sobresalir por encima de su hermano. Di: Oh hermanos. Que las acciones y no las palabras, sean vuestro adorno.

Si te llegare la prosperidad, no te regocijes, y si te sobreviniere la humillación, no te acongojes, pues ambas pasaran y dejaran de ser.

Para todo hay un signo. El signo del amor es la fortaleza ante mi decreto y la paciencia ante mis pruebas.

Una lengua amable es el imán del corazón de los hombres.

En verdad te digo, este es el Día en que la humanidad podrá ver la Faz y oír la Voz del Prometido.

La prelación de Dios es una lámpara, cuya luz son estas palabras: Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama, proceded uno con otro con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo.

Los mas viles entre los hombres son aquellos que no dan ningún fruto en la tierra. Tales hombres son en verdad considerados entre los muertos; es mas, ante la vista de Dios, mejores son los muertos que esas almas ociosas y despreciables.

Que ningún hombre se gloríe de que ama a su patria, que mas bien se gloríe de que ama a sus semejantes.

Por mi vida. La luz de un buen carácter sobrepasa a la luz del sol y a su resplandor. Quienquiera lo haya alcanzado es considerado como una joya entre los hombres.

Desprendeos del atavió de la vanagloria y quitaos la vestidura de la altivez.

Mi eternidad es mi creación; la he creado para ti. Haz de ella la vestidura de tu templo. Mi unidad es mi obra; la he forjado para ti; atavíate con ella, para que seas por toda la eternidad la revelación de mi ser imperecedero.

Que vuestra visión abarque al mundo en lugar de limitarse a vuestro propio ser.

Eres el sol de los cielos de mi santidad; no dejes que la contaminación del mundo eclipse tu esplendor. Rasga el velo de la negligencia para que emerjas resplandeciente por detrás de las nubes y adornes todas las cosas con el atavió de la vida.

Incumbe a todo hombre dotado de discernimiento y comprensión, esforzarse por llevar lo que ha sido escrito a la realidad y acción.

Mi objeto no es sino el mejoramiento del mundo y la tranquilad de sus pueblos.

Es indudable que los pueblos del mundo de cualesquiera raza o religión derivan su inspiración de una sola fuente celestial y son los súbditos de un solo Dios.

Se aproxima el día en que todos los pueblos de la tierra habrán adoptado un idioma universal y una escritura común. Cuando se haya logrado esto, a cualquier ciudad que uno viaje, será como llegar a la tierra nativa.

Pídete cuentas a ti mismo cada día, antes de que seas llamado a rendirías; pues la muerte te llegara sin aviso y abras de responder por tus hechos.

No atribuyas a ningún alma lo que no quisieras que se te atribuyese a ti, ni digas aquello que no haces.

Ciertamente digo: El mundo es como un vapor en un desierto; el sediento sueña que es agua y lucha por alcanzarlo con todas sus fuerzas, hasta que cuando llega a el, encuentra que es solo una mera ilusión.

Asociaos con todas las religiones en amistad y concordia, para que aspiren de vosotros la dulce fragancia de Dios.

Tan poderosa es la luz de la unidad que puede iluminar el mundo entero.

Es de hecho un hombre, quien, hoy, se dedica al servicio de toda la raza humana. El Gran Ser dice: Bienaventurado y feliz es aquel que se levanta para promover los mejores intereses de los pueblos y razas de la tierra.

Eres como una espada de excelente temple, oculta en la oscuridad de la vaina, y cuyo valor es desconocido para el artífice. Por tanto, sal de la vaina del yo y del deseo, para que tu valor se haga manifiesto y resplandeciente ante todo el mundo.