Citas miguel de cervantes
- La diligencia es la madre de la buena fortuna.
- Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo.
- Cada uno es como Dios lo hizo, y aun peor muchas veces.
- El año que es abundante de poesía, suele serlo de hambre.
- Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
- La figura de la muerte, en cualquier traje que venga, es espantosa.
- Oficio que no da de comer a su dueño, no vale dos habas.
- Yo amo, tu amas, el ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojala no fuese conjugación sino realidad.
- Sigue mi consejo y vive por mucho, mucho tiempo. Porque lo mas loco que un hombre puede hacer en esta vida es dejarse morir.
- En la lengua consisten los mayores daños de la vida humana.
- No hay camino que no se acabe si no se le opone la pereza.
- Para dar y tener, seso es menester.
- En la juventud aprendemos, en la vejez entendemos.
- Pero tiempo vendrá en que seamos si ahora no somos.
- Tal vez en la llaneza y en la humildad suelen esconderse los regocijos mas aventajados.
- Por eso juzgo y discierno, por cosa cierta y notoria, que tiene el amor su gloria a las puertas del infierno.
- ¿Que hombre puede pretender conocer el enigma de la mente de una mujer?
- La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde.
- Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado en el que se pudo.
- Los buenos artistas imitan la naturaleza; los malos, la vomitan.
- Nunca el consejo del pobre, por bueno que sea, es admitido.
- El amor junta los cetros con los cayados; la grandeza con la bajeza; hace posible lo imposible; iguala diferentes estados y viene a ser poderoso como la muerte.
- De las miserias suele ser alivio una compañía.
- Haz que tu negocio sea conocerte a ti mismo, que es la lección mas difícil del mundo.
- En las cortesías antes se ha de pecar por carta de mas que de menos.
- El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.
- Hasta en la muerte es todo vida.
- El único limite a tu propio éxito son la imaginación y el trabajo arduo.
- Mas hermoso parece el soldado en la batalla que sano en la huida.
- Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.
- Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo.
- Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus hechos.
- El hacer bien a villanos es echar agua en la mar.
- El sueño es el alivio de las miserias para los que las sufren despiertos.
- Ella pelea en mi y vence en mi, y yo vivo y respiro en ella, y tengo vida y ser.
- No desees y serás el hombre mas rico del mundo.
- Mas quiero ser malo con esperanza de ser bueno, que ser bueno con el propósito de ser malo.
- Y no se burle nadie conmigo, porque o somos o no somos.
- ¿No sabes tu que no es valentía la temeridad?
- Nunca dejes de suplicar por lo que tienes el poder de ganar.
- Sea moderado tu sueño, que el que no madruga con el sol, no goza del día.
- En el arte de la marinería mas sabe el mas simple marinero que el mayor letrado del mundo.
- Bebe moderadamente, porque la embriaguez no guarda ningún secreto ni cumple una promesa.
- No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de animo desmalazado.
- El tiempo madura todas las cosas, ningún hombre nace sabio.
- Los males que no tienen fuerza para acabar la vida no la han de tener para acabar la paciencia.
- Una onza de buena fama vale mas que una libra de perlas.
- Se breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo.
- La razón de la sinrazón con la que tratas mi razón, así se debilita mi razón de que con razón me quejo de tu belleza.
- Sabe mas el tonto en su casa, que el sabio en la ajena.
- Mas vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.
- Por la calle del ya voy se va a la casa del nunca.
- Las tristezas no se hicieron para las bestias sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.
- El andar las tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.
- De altos espíritus es aspirar a las cosas altas.
- ¿Que locura o desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
- El hombre bien preparado para la lucha ya ha conseguido medio triunfo.
- La poesía tal vez se realza cantando cosas humildes.
- El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.
- No hay carga mas pesada que una mujer liviana.
- Mas vale un toma que dos te daré.
- Porque las letras sin virtud son perlas en el muladar.
- Contra el callar no hay castigo ni respuesta.
- Parece, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la misma experiencia, madre de las ciencias todas.
- No seas ni siempre riguroso ni siempre blando y escoge entre estos dos extremos; que en ello esta el punto de la discreción.
- Donde hay fuerza de hecho, se pierde cualquier derecho.
- Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño esta en quien no sabe.
- Las armas requieren espíritu como las letras.
- Aun entre los demonios hay unos peores que otros, y entre muchos malos hombres suele haber alguno bueno.
- Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.
- Al poseedor de las riquezas no le hace dichoso el tenerlas, sino el gastarlas, y no el gastarlas como quiera, sino el saberlas gastar.
- Hacer bien a villanos es echar agua en el mar.
- Se lento con la lengua y rápido con el ojo.
- Aunque la traición aplace, el traidor aborrece.
- Finalmente, por tan poco sueño y tanta lectura, su cerebro se seco y se fue completamente de su mente.
- Siendo la libertad la cosa mas amada, no solo de la gente de razón, mas aun de los animales que carecen de ella.
- Las honestas palabras dan indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.
- Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño esta en quien no la sabe.
- Porque ni el bien ni el mal pueden durar para siempre; y así como el mal ha durado mucho tiempo, el bien ahora debe estar cerca.
- Para alcanzar lo imposible, uno debe intentar lo absurdo.
- Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.
- Se quien soy y quien puedo ser, si así lo elijo.
- No hay ningún camino que no se acabe, como no se le oponga la pereza y la ociosidad.
- Aquellos que juegan con gatos deben esperar ser arañados.
- La verdad puede ser estirada, pero nunca se rompe, y siempre surge por encima de las mentiras, como el aceite flota sobre el agua.
- Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estomago.
- Al que mal vive, el miedo le sigue.
- El ingenio y el humor no residen en mentes lentas.
- Dad crédito a las obras y no a las palabras.
- La pluma es la lengua del alma; cuales fueron los conceptos que en ella se engendraron, tales serán sus escritos.
- Solo una cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia.
- La necesidad, según se dice, es maestra en sutilizar el ingenio.
- En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme.
- Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo: que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta.
- Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero.
- Los satisfechos, los felices, no aman; se duermen en la costumbre.
- Pudor es un encanto que duplica los encantos de la hermosura.
- El que no sabe gozar de la aventura cuando le viene, no debe quejarse si se pasa.
- Yo no soy bueno para palacio, porque tengo vergüenza y no se lisonjear.
- Una retirada no es una derrota.
- Las esperanzas dudosas han de hacer a los hombres atrevidos, pero no temerarios.
- El amor y la afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento.
- El que larga vida vive mucho mal ha de pasar.
- Verdaderamente nací para ser un ejemplo de infortunio y un objetivo al que apuntan las flechas del adversario.
- La pluma es la lengua del alma.
- Si hay música no puede haber nada malo.
- La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu.
- Quien canta, sus males espanta.
- Entre los pecados mayores que los hombres comenten, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse: que de los desagradecidos esta lleno el infierno.
- No busques en nidos de antaño, pájaros volando.
- Puede haber amor sin celos, pero no sin temores.
- Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo.
- No hubo abrazos, porque donde hay un gran amor a menudo hay poca representación.
- Oh, Soledad, alegre compañía de los tristes.
- Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.
- En las desventuras comunes se reconcilian los ánimos y se estrechan las amistades.
- La culpa del asno no se la he de echar a la albarda.
- El amor es invisible y entra y sale por donde quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos.
- ¿Es posible que vuestra merced no sabe que las comparaciones que se hacen de ingenio a ingenio, de valor a valor, de hermosura a hermosura y de linaje a linaje son siempre odiosas y mal recibidas?
- La libertad, Sancho, es uno de los mas preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
- No hay en la tierra, conforme a mi parecer, contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida.
- La verdad adelgaza, pero no quiebra.
- El hombre que no ha amado apasionadamente, ignora la mitad mas bella de la vida.
- Las heridas recibidas en la batalla otorgan honor, no se lo quitan.
- La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose.
- El que no sabe gozar de la aventura cuando le viene, no se debe quejar si se le pasa.
- La ingratitud es hija de la soberbia.
- Ayer lloraba el que hoy ríe y hoy llora el que ayer rio.
- No hay recuerdo que el tiempo no borre ni pena que la muerte no acabe.
- Es mejor ser loado por unos pocos sabios, que por muchos necios.
- No ames lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser.
- Esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo ciega, y así no ve lo que hace ni sabe a quien derriba.
- El que lee mucho y anda mucho, va mucho y sabe mucho.
- Las acciones que ni mudan ni alteran la verdad de la historia, no hay para que escribirlas, se han de redundar en menosprecio del señor de la historia.
- La abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo.
- Amistades que son ciertas nadie las puede turbar.
- Porque la esperanza siempre nace al mismo tiempo que el amor.
- La alabanza tanto es buena cuanto es bueno el que la dice, y tanto es mala cuando es malo y vicioso el que alaba.
- Cada uno es artífice de su propia ventura.
- Es querer atar las lenguas a los maldicientes lo mismo que querer poner puertas al campo.
- Las venganzas castigan, pero no quitan las culpas.
- Demasiada cordura puede ser lo peor de las locuras, ver la vida como es y no como debería de ser.
- Y la que es deseosa de ver, también tiene deseos de ser vista.
- La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.
- Donde reina la envidia no puede vivir la virtud ni donde hay escasez de liberalidad.
- Promesas de enamorados, por la mayor parte son ligeras de prometer y muy pesadas de cumplir.
- Cuando la cólera sale de madre, no tiene la lengua padre, ni freno que la corrija.
- De gente bien nacida es agradecer los beneficios que recibe.
- La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.
- Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dadiva sino con el de la misericordia.
- Mas quiero ser malo con esperanza de ser bueno, que bueno con el propósito de ser malo.
- ¿Que locura o que desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
- No hay libro tan malo que no tenga algo bueno.