La iluminación espiritual

Frases juan de la cruz

Citas juan de la cruz


  1. El árbol cultivado y guardado con el beneficio de su dueño, da la fruta en el tiempo que de el se espera.
  2. Sin trabajo sujetaras las gentes y te servirán las cosas si te olvidares de ellas y de ti mismo.
  3. En el ocaso de nuestra vida seremos juzgados en el amor.
  4. Estar vuelta contra si, airada y jamás parada.
  5. La mosca que a la miel se arrima impide su vuelo; y el alma que se quiere estar asida al sabor del espíritu impide su libertad y contemplación.
  6. El que solo se quiere estar, sin arrimo de maestro y guía, será como el árbol que esta solo y sin dueño en el campo, que, por mas fruta que tenga, los viadores se la cogerán y no llegara a sazón.
  7. ¿Que mas quieres, oh alma, y que mas buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción, tu hartura y tu reino, que es tu Amado, a quien desea y busca tu alma?
  8. Mas quiere Dios en ti el menor grado de obediencia y sujeción que todos esos servicios que le piensas hacer.
  9. Humilde es el que se esconde en su propia nada y se sabe dejar a Dios.
  10. El camino de la vida, de muy poco bullicio y negociación es, y mas requiere mortificación de la voluntad que mucho saber. El que tomare de las cosas y gustos lo menos, anduviera mas por el.
  11. Procure siempre inclinarse no a lo mas, sino a lo menos.
  12. Hay almas que se revuelcan en el cieno, como los animales que se revuelcan en el, y otras que vuelan, como las aves que en el aire se purifican y limpian.
  13. No pare mucho ni poco en quien es contra ella o con ella, y siempre procure agradar a su Dios. Pídale se haga en ella su voluntad. Amelé mucho, que se lo debe.
  14. No sabe el hombre gozarse bien ni dolerse bien, porque no entiende la distancia del bien y del mal.
  15. Cinco daños causa cualquier apetito en el alma: el primero, que la inquieta; el segundo, que la enturbia; el tercero, que la ensucia; el cuarto, que la enflaquece; el quinto, que la oscurece.
  16. El amor no consiste en sentir grandes cosas, sino en tener grande desnudez y padecer por el Amado.
  17. Quien supiere morir a todo, tendrá vida en todo.
  18. Ni ya tengo otro oficio; que ya solo en amar es mi ejercicio.
  19. Todo el mundo no es digno de un pensamiento del hombre, porque a solo Dios se debe; y así, cualquier pensamiento que no se tenga en Dios, se le hurtamos.
  20. En mi por ti me moría.
  21. Mas quiere Dios en ti el menor grado de pureza de conciencia que cuantas obras puedes hacer.
  22. No te goces en las prosperidades temporales, pues no sabes de cierto que te aseguran la vida eterna.
  23. Los apetitos son como unos hijuelos inquietos y de mal contento, que siempre andan pidiendo a su madre uno y otro y nunca se contentan. Y como el enfermo de calentura, que no se halla bien hasta que se le quita la fiebre, y cada rato le crece la sed.
  24. Grande mal es tener mas ojo a los bienes de Dios que al mismo Dios. Oración y desapropio.
  25. Levantarse sobre si, no hacer asiento en cosa en nada.
  26. La perfección no esta en las virtudes que el alma conoce de si, mas consiste en las que nuestro Señor ve en el alma, la cual es carta cerrada, y así no tiene de que presumir, mas estar el pecho por tierra acerca de si.
  27. Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y la figura.
  28. Una mujer sin amor es igual a una rosa marchitada. Te quiero dar el amor que nadie te ha podido darte. Te quiero sobre todas las cosas del mundo. Nunca te va a faltar el amor mío.
  29. Buscad leyendo y hallareis meditando.
  30. Refrene mucho la lengua y el pensamiento y traiga de ordinario el afecto en Dios, y calentársele ha el espíritu divinamente.
  31. Pues se te ha de seguir doblada amargura de cumplir tu voluntad, no la quieras cumplir, aunque quedes en amargura.
  32. Mira que tu ángel custodio no siempre mueve el apetito a obrar, aunque siempre alumbra la razón; por tanto, para obrar virtud, no esperes al gusto, que bástate la razón y entendimiento.
  33. Para enamorarse Dios del alma, no pone los ojos en su grandeza, mas en la grandeza de su humildad.
  34. Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada.
  35. Oh dulcísimo amor de Dios, mal conocido. El que hallo sus venas descanso.
  36. No es de voluntad de Dios que el alma se turbe de nada ni que padezca trabajos; que, si los padece en los adversos casos del mundo, es por la flaqueza de su virtud, porque el alma del perfecto se goza en lo que se pena la imperfecta.
  37. El alma que anda en amor, ni cansa, ni se cansa.
  38. Oh noche que guiaste.
  39. Quien obra con tibieza, cerca esta de la caída.
  40. Procure siempre inclinarse no a lo que es consuelo, sino antes al desconsuelo.
  41. ¿Que aprovecha dar tu a Dios una cosa si el te pide otra? Considera lo que Dios querrá y hazlo, que por ahí satisfarás mejor tu corazón que con aquello a que tu te inclinas.
  42. Todo para mi y nada para ti.
  43. Tenga fortaleza en el corazón contra todas las cosas que le movieren a lo que no es Dios, y sea amiga de las pasiones por Cristo.
  44. En todos los casos, por adversos que sean, antes nos hacemos de alegrar que turbar por no perder el mayor bien, que es la paz y tranquilidad del alma.
  45. En mi por ti me moría, y por ti resucitaba, que la memoria de ti daba vida y la quitaba.
  46. La satisfacción del corazón no se halla en la posesión de las cosas, sino en la desnudez de todas y pobreza de espíritu.
  47. Mas se granjea en los bienes de Dios en una hora que en los nuestros toda la vida.
  48. Amado mío, todo lo áspero y trabajoso quiero para mi, y todo lo suave y sabroso quiero para ti.
  49. Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada.
  50. Niega tus deseos y hallaras lo que desea tu corazón. ¿Que sabes tu si tu apetito es según Dios?
  51. No te alegres vanamente, pues sabes cuantos pecados has hecho y no sabes como esta Dios contigo, sino teme con confianza.
  52. Refrene mucho la lengua y el pensamiento y traiga de ordinario el afecto en Dios, y calentársele ha el espíritu divino mucho. Léale muchas veces.
  53. Señor, Dios mío., no eres tu extraño a quien no se extraña contigo; ¿como dicen que te ausentas tu?
  54. La paga y el jornal del amor es recibir mas amor hasta llegar al colmo del amor. El amor solo con amor se paga.
  55. El hombre no se satisface con menos de Dios.
  56. El que a solas cae, a solas se esta caído y tiene en poco su alma, pues de si solo la fía.
  57. El alma que esta en unión de amor, hasta los primeros movimientos no tiene.
  58. Verdaderamente aquel tiene vencidas todas las cosas que ni el gusto de ellas le mueve a gozo ni el desabrimiento le causa tristeza.
  59. No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón.
  60. No da lugar el apetito a que le mueva el ángel cuando esta puesto en otra cosa.
  61. Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees.
  62. ¿Que sabe quien no puede padecer por Cristo?
  63. Lo que hablare sea de manera que no sea nadie ofendido, y que sea en cosas que no le pueda pesar que lo sepan todos.
  64. Tenga ordinaria memoria de la vida eterna, y que los que mas abatidos y pobres y en menos se tienen, gozaran de mas alto señorío y gloria en Dios.
  65. Múdese todo muy enhorabuena, Señor Dios, porque hagamos asiento en ti.
  66. Déjate enseñar, déjate mandar, déjate sujetar y despreciar y serás perfecta.
  67. Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada.
  68. Bástele Cristo crucificado, y con el pene y descanse, y por esto aniquilarse en todas las cosas exteriores e interiores.
  69. El cielo es firme y no esta sujeto a generación y las almas que son de naturaleza celestial son firmes, no están sujetas a engendrar apetitos ni otra cualquier cosa, porque se parece a Dios en su manera, que no se mueve para siempre.
  70. Mira que no reina Dios sino en el alma pacifica y desinteresada.
  71. Todo para ti y nada para mi.
  72. En la tribulación acude luego a Dios confiadamente, y serás esforzado, y alumbrado y enseñado.
  73. Cuanto mas el alma conoce a Dios, tanto mas crece el apetito por verle.
  74. Sal fuera y gloríate en tu gloria, escóndete en ella y goza, y alcanzaras las peticiones de tu corazón.
  75. El que obra razón es como el que come sustancia, y el que se mueve por el gusto de su voluntad como el que come fruta floja.
  76. Nunca oiga flaquezas ajenas, y si alguna se quejare a ella de otra, podrá decir con humildad no le diga nada.
  77. De trabajos, cuanto mas, mejor.
  78. Señor Dios, amado mío. Si todavía te acuerdas de mis pecados para no hacer lo que te ando pidiendo, haz en ellos, Dios mío, tu voluntad, que es lo que yo mas quiero, y ejercita tu bondad y misericordia y serás conocido en ellos.
  79. Oh noche que guiaste. Oh noche amable mas que el alborada. Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada.
  80. El que no ama ya esta muerto.
  81. La sabiduría entra por el amor, silencio y mortificación. Grande sabiduría es saber callar y no mirar dichos ni hechos ni vidas ajenas.
  82. No sospeches mal contra tu hermano; porque este pensamiento quita la pureza del corazón.
  83. Limpio de todas aficiones, pensamientos e imágenes, el dulce canto suspires con compunción y lagrimas.
  84. El que cargado cae, dificultosamente se levantara cargado.
  85. Quien huye de la oración, huye de todo lo bueno.
  86. El que de los apetitos no se deja llevar, volara ligero según el espíritu, como el ave a que no falta pluma.
  87. Quien se queja o murmura ni es perfecto ni aun buen cristiano.
  88. El alma dura en su amor propio se endurece.
  89. Nunca deje derramar su corazón, aunque sea por un credo.
  90. No rehusé el trabajo, aunque le parezca no lo podrá hacer. Hallen todos en ella piedad.
  91. Nunca te quieras satisfacer en lo que entiendes de Dios, sino en lo que no entendieres de el; y nunca pares en amar y deleitarte en eso que entendieres o sintieres de Dios, sino ama y deléitate en lo que no puedes entender ni sentir de el.
  92. Cuanto mas te apartas de las cosas terrenas, tanto mas te acercas a las celestiales y mas hallas en Dios.
  93. Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría y espíritu a los mortales; mas ahora que la malicia va descubriendo mas su cara, mucho los descubre.
  94. A la tarde te examinaran en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición.
  95. Y si es que esperas a mis obras para por ese medio concederme mi ruego, dámelas tu y obrádmelas, y las penas que tu quisieras aceptar, y hágase.
  96. Si tu en tu amor, oh buen Jesús. no suavizas el alma, siempre perseverara en su natural dureza.
  97. Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada.
  98. El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa.
  99. No pienses que el agradar a Dios esta tanto en obrar mucho como en obrarlo con buena voluntad, sin propiedad y respetos.
  100. El alma sola, sin maestro, que tiene virtud, es como el carbón encendido que esta solo: antes se ira enfriando que encendiendo.
  101. Andar a solas con Dios; obrar en el medio; esconder los bienes de Dios.
  102. Nunca tomes por ejemplo al hombre en lo que hubieres de hacer, por santo que sea, porque te pondrá el demonio delante sus imperfecciones sino imita a Cristo, que es sumamente perfecto y sumamente santo, y nunca erraras.
  103. Y el que cae ciego, no se levantara ciego solo; y, si se levantare solo, encaminara por donde no conviene.
  104. El mas puro padecer trae y acarrea mas puro entender.
  105. El que con puro amor obra por Dios, no solamente no se le da de que lo sepan los hombres, pero ni lo hace porque lo sepa el mismo Dios; el cual aunque nunca lo hubiese de saber, no cesaría de hacer los mismos servicios y con la misma alegría y amor.
  106. Pues no temes el caer a solas, ¿como presumes de levantarte a solas? Mira que mas pueden dos juntos que uno solo.
  107. Las cosas naturales son siempre hermosas; son como las migajas de la mesa del Señor.
  108. Procure siempre inclinarse no a lo mas sabroso, sino a lo mas desabrido.
  109. No tengas sospecha contra tu hermano, que perderás la pureza de corazón.
  110. Doce estrellas para llegar a la suma perfección: amor de Dios, amor del prójimo, obediencia, castidad, pobreza, asistir al coro, penitencia, humildad, mortificación, oración, silencio, paz.
  111. Veinte mis ojos, pues eres lumbre de ellos, y solo para ti quiero tenerlos.
  112. El alma enamorada es alma blanda, mansa, humilde y paciente.
  113. Eso que pretendes y lo que mas deseas no lo hallaras por esa vía tuya ni por la alta contemplación, sino en la mucha humildad y rendimiento de corazón.
  114. Siempre procure traer a Dios presente y conservar en si la pureza que Dios le enseña.
  115. El amor solo con amor se paga, las heridas de amor solo con amor se pueden curar.
  116. Oh, que bienes serán aquellos que gozaremos con la vista de la Santísima Trinidad.
  117. Traiga sosiego espiritual en advertencia de Dios amorosa; y cuando fuere necesario hablar, sea con el mismo sosiego y paz.
  118. No contradiga. En ninguna manera hable palabras que no vayan limpias.
  119. ¿Quien se podrá librar de los modos y términos bajos si no le levantas tu a ti en pureza de amor, Dios mío? ¿Como se levantara a ti el hombre, engendrado y criado en bajezas, si no le levantas tu, Señor, con la mano que le hiciste?
  120. Oración del alma enamorada.
  121. Date al descanso echando de ti cuidados y no se te dando nada de cuanto acaece, y servirás a Dios a su gusto y holgaras en el.
  122. Mejor es sufrir por Dios que hacer milagros.
  123. Y si a las obras mías no esperas, ¿que esperas, clementisimo Señor mío?; ¿por que te tardas?
  124. Pon amor donde no hay amor, y sacaras amor.
  125. Donde no hay amor, poned amor y encontrareis amor.
  126. Cata que no te entremetas en cosas ajenas, ni aun las pases por tu memoria, porque quizá no podrás tu cumplir con tu tarea.
  127. Tu, Señor, vuelves con alegría y amor a levantar al que te ofende y yo no vuelvo a levantar y honrar al que me enoja a mi.
  128. Bienaventurado el que, dejado aparte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas.
  129. No apaciente el espíritu en otra cosa que en Dios. Deseche las advertencias de las cosas y traiga paz y recogimiento en el corazón.
  130. Cuando la razón indica decepción, hay que darle paso a la razón para que no sufra el corazón.
  131. Procure siempre inclinarse no a lo mas alto y precioso, sino a lo mas bajo y despreciado.
  132. Al pobre que esta desnudo le vestirán, y al alma que se desnudare de sus apetitos, quereres y no quereres, la vestirá Dios de su pureza, gusto y voluntad.
  133. El alma que esta unida con Dios, el demonio la teme como al mismo Dios.
  134. No te hagas presente a las criaturas si quieres guardar el rostro de Dios claro y sencillo en tu alma; mas vaciá y enajena mucho tu espíritu de ellas y anduvieras en divinas luces, porque Dios no es semejante a ellas.
  135. Los trabajos los hemos de medir a nosotros, y no nosotros a los trabajos.
  136. El que obra razón es como el que come sustancia, y el que se mueve por el gusto de su voluntad, como el que come fruta floja.
  137. El camino de la vida poca negociación y solicitud requiere, y mas pide negación de la propia voluntad que mucho saber. El que se inclinare al gusto y suavidad de las cosas, menos podrá caminar por el.
  138. Prontitud en la obediencia, gozo en el padecer, mortificar la vista, no querer saber nada, silencio y esperanza.
  139. No mirar imperfecciones ajenas, guardar silencio y continuo trato con Dios, desarraigaran grandes imperfecciones del alma y la harán señora de grandes virtudes.
  140. No me quitaras, Dios mío, lo que una vez me diste en tu único Hijo Jesucristo, en que me diste todo lo que quiero. Por eso me holgare que no te tardaras si yo espero.
  141. Aunque el camino es llano y suave para los hombres de buena voluntad, el que camina caminara poco y con trabajo si no tiene buenos pies y animo y porfía animosa en eso mismo.
  142. Sea enemiga de admitir en su alma cosas que no tienen en si sustancia espiritual, porque no la hagan perder el gusto de la devoción y el recogimiento.
  143. Los apetitos son como los renuevos que nacen en derredor del árbol y le quitan la virtud para que no lleven tanto fruto.
  144. No se queje de nadie; no pregunte cosa alguna, y si le fuere necesario preguntar, sea con pocas palabras.
  145. Para lo insensible, lo que no sientes; para lo sensible, el sentido; y para el espíritu de Dios, el pensamiento.
  146. Oh, Señor Dios mío., ¿quien te buscara con amor puro y sencillo que te deje de hallar muy a su gusto y voluntad, pues que tu te muestras primero y sales al encuentro a los que te desean?
  147. Mucho se desmejora y menoscaba el secreto de la conciencia todas las veces que alguno manifiesta a los hombres el fruto de ella, porque entonces recibe por galardón el fruto de la fama transitoria.
  148. Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde no sabes.
  149. Pues que en la hora de la cuenta te ha de pesar de no haber empleado este tiempo en servicio de Dios, ¿por que no le ordenas y empleas ahora como lo querrías haber hecho cuando te estés muriendo?
  150. Intimo deseo de que Dios la de lo que Su Majestad sabe que le falta para honra suya.
  151. No te canses, que no entraras en el sabor y suavidad de espíritu, si no te dieres a la mortificación de todo eso que quieres.
  152. Procure siempre inclinarse no a lo mas gustoso, sino antes a lo que da menos gusto.
  153. En esto se conoce el que de veras ama a Dios, si no se contenta con alguna cosa menos que Dios.
  154. Para venir a lo que no gustas, has de ir por donde no gustas.
  155. Traiga interior desasimiento a todas las cosas y no ponga el gusto en alguna temporalidad, y recogerá su alma a los bienes que no sabe.
  156. La contemplación es una cumbre en la cual Dios se comienza a comunicar y manifestar al alma. Pero no acaba de manifestarse, solo asoma. Pues por muy altas que sean las noticias que al alma se le dan de Dios en esta vida, no son mas que lejanas asomadas.
  157. Si un alma tiene mas paciencia para sufrir y mas tolerancia para carecer de gustos, es señal que tiene mas aprovechamiento en la virtud.
  158. Traiga advertencia amorosa en Dios, sin apetito de querer sentir ni entender cosa particular de el.
  159. Buscad leyendo y hallareis meditando; llamad orando y abriros han contemplando.
  160. Procure siempre que las cosas no sean nada para ella, ni ella para las cosas; mas, olvidada de todo, more en su recogimiento con el Esposo.
  161. Me parece que el secreto de la vida consiste simplemente en aceptarla tal cual es.
  162. Adviertan, pues, aquí los que son muy activos, que piensan ceñir al mundo con sus predicaciones y obras exteriores.
  163. Grande contento es para el alma entender que nunca Dios falta del alma, aunque este en pecado mortal, cuanto menos de la que esta en gracia.
  164. Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres.
  165. Las potencias y sentidos no se han de emplear todas en las cosas, sino lo que no se puede excusar, y lo demás dejarlo desocupado para Dios.
  166. A la tarde te examinaran en el amor.
  167. Mira que no te entristezcas de repente de los casos adversos del siglo, pues que no sabes el bien que traen consigo ordenado en los juicios de Dios para el gozo sempiterno de los escogidos.
  168. Viva como si no hubiese en este mundo mas que Dios y ella, para que no pueda su corazón ser detenido por cosa humana.
  169. Tenga por misericordia de Dios que alguna vez le digan alguna buena palabra, pues no merece ninguna.
  170. Consideren como han menester ser enemigas de si mismas y caminar por el santo rigor a la perfección, y entiendan que cada palabra que hablaren sin orden de obediencia se la pone Dios en cuenta.
  171. Huir con el pensamiento de cabe ellas, cerrando la puerta a todas.
  172. Una palabra hablo el Padre, que fue su Hijo, y esta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma.
  173. Procure siempre inclinarse no a lo mas fácil, sino a lo mas dificultoso.
  174. Ya que era llegado el tiempo en que de nacer había, así como desposado de su tálamo salía, abrazado con su esposa, que en sus brazos la traía, al cual la graciosa Madre en su pesebre ponía.
  175. No niegue cosa que tenga, aunque la haya menester.
  176. Secado se ha mi espíritu, porque se olvida de apacentarse en ti.
  177. Verdaderamente aquel tiene vencidas todas las cosas, que ni el gusto de ellas le mueve a gozo, ni el desabrimiento le causa tristeza.
  178. Un solo pensamiento del hombre vale mas que todo el mundo; por tanto, solo Dios es digno de el.
  179. El alma que venza la potencia del demonio no lo podrá conseguir sin oración ni podrá entender sus engaños sin mortificación y sin humildad.
  180. Desasida de lo exterior, desaposesionada de lo interior, desapropiada de las cosas de Dios, ni lo prospero la detiene ni lo adverso la impide.
  181. Mas agrada a Dios el alma que con sequedad y trabajo se sujeta a lo que es razón, que la que, faltando en esto, hace todas sus cosas con consolación.
  182. En mi por ti me moría y por ti resucitaba, que la memoria de ti daba vida y la quitaba.
  183. La mayor necesidad que tenemos para aprovechar es de callar a este gran Dios con el apetito y con la lengua, cuyo lenguaje que el mas oye, solo es el callado amor.
  184. Mejor es vencerse en la lengua que ayunar a pan y agua.
  185. éntrese en su seno y trabaje en presencia del Esposo, que siempre esta presente queriéndola bien.
  186. Hable poco, y en cosas que no es preguntado no se meta.
  187. No pienses que porque en aquel no relucen las virtudes que tu piensas, no será precioso delante de Dios por lo que tu no piensas.
  188. Era una pasión por la mirada, y en su mirada estaban los ojos antes del tiempo; dice su padre que el tiempo es melancolía, y cuando se para lo llamamos eternidad.
  189. Procure siempre inclinarse no a lo que es querer algo, sino a no querer nada.
  190. Ama el no ser conocida de ti ni de los otros. Nunca mirar los bienes ni los males ajenos.
  191. Quien de si propio se fía, peor es que el demonio.
  192. Aunque obres muchas cosas, si no aprendes a negar tu voluntad y sujetarte, perdiendo cuidado de ti y de tus cosas, no aprovecharas en la perfección.
  193. Manso es el que sabe sufrir al prójimo y sufrirse a si mismo.
  194. Ordinaria confianza en Dios, estimando en si y en las Hermanas lo que Dios mas estima, que son los bienes espirituales.
  195. Otro para vencer los apetitos: Traer un ordinario apetito de imitar a Jesucristo en todas sus obras, conformándose con su vida, la cual debe considerar para saberla imitar y haberse en todas las cosas como el se hubiera.
  196. ¿Con que dilaciones esperas, pues desde luego puedes amar a Dios en tu corazón?
  197. Procure siempre inclinarse no a lo que es descanso, sino a lo trabajoso.
  198. Tenga fortaleza en el corazón contra todas las cosas que le movieren a lo que no es Dios, y sea amiga de la pasión de Cristo.
  199. El alma que quiere que Dios se le entregue todo, se ha de entregar toda, sin dejar nada para si.
  200. Oh poderoso Señor., si una centella del imperio de tu justicia tanto hace en el príncipe mortal, que gobierna y mueve las gentes, ¿que hará tu omnipotente justicia sobre el justo y el pecador?
  201. En los gozos y gustos acude luego a Dios con temor y verdad, y no serás engañado ni envuelto en vanidad.
  202. Yéndome yo, Dios mío, por doquiera contigo, por doquiera me ira como yo quiero para ti.
  203. El alma que ama a Dios no ha de pretender ni esperar otra recompensa por sus servicios prestados, que la perfección de amar a Dios.
  204. Procure conservar el corazón en paz; no le desasosiegue ningún suceso de este mundo; mire que todo se ha de acabar.
  205. El espíritu bien puro no se mezcla con extrañas advertencias ni humanos respetos, sino solo en soledad de todas las formas, interiormente, con sosiego sabroso se comunica con Dios, porque su conocimiento es en silencio divino.
  206. En la tribulación acude luego a Dios confiadamente y serás esforzado, alumbrado y enseñado.
  207. La obra pura y entera hecha por Dios en el seno puro hace reino entero para su dueño.
  208. Solo la verdad os hará libres.
  209. Dos veces trabaja el pájaro que se asentó en la liga, es a saber: en desasirse y limpiarse de ella. Y de dos maneras pena el que cumple su apetito: en desasirse y, después de desasido, en purgarse de lo que de el se le pego.
  210. El alma que esta enamorada de Dios es un alma gentil, humilde y paciente.
  211. El llanto del hombre en Dios, y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro tan ajeno ser solía.
  212. El llanto del hombre en Dios y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro tan ajeno ser solía.
  213. Los amigos viejos de Dios por maravilla faltan a Dios, porque están ya sobre todo lo que les puede hacer falta.
  214. Toda la bondad que tenemos es prestada, y Dios la tiene por propia obra; Dios y su obra es Dios.
  215. Si purificares tu alma de extrañas posesiones y apetitos, entenderás en espíritu las cosas; y si negares el apetito en ellas, gozaras de la verdad de ellas entendiendo en ellas lo cierto.
  216. Mire aquel infinito saber y aquel secreto escondido. Que paz, que amor, que silencio esta en aquel pecho divino, que ciencia tan levantada es la que Dios allí enseña, que es lo que llamamos actos anagógicos, que tanto encienden el corazón.
  217. No te conocía yo a ti, oh Señor mío., porque todavía quería saber y gustar cosas.
  218. Procure siempre inclinarse no a andar buscando lo mejor de las cosas temporales, sino lo peor y desear entrar en toda desnudez y vacío y pobreza por Cristo de todo cuanto hay en el mundo.
  219. Apártate del mal, obra bien y busca la paz.
  220. El que la ocasión pierde, es como el que soltó el ave de la mano, que no la volverá a cobrar.
  221. Bienaventurado el que, dejando aparte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas.
  222. Niega tus deseos y hallaras lo que desea tu corazón.
  223. Mira que, pues Dios es inaccesible, no repares en cuanto tus potencias pueden comprehender y tu sentido sentir, porque no te satisfagas con menos y pierda tu alma la ligereza conveniente para ir a el.
  224. El que no busca la cruz de Cristo, no busca la gloria de Cristo.
  225. No admitas en tu alma lo que no tienen en si la verdadera esencia del verdadero amor.
  226. Quien a su prójimo no ama, a Dios aborrece.
  227. Para la concupiscencia: Procurar obrar en desnudez y desear que los otros lo hagan. Procurar hablar en desprecio y desear que todos lo hagan. Procurar pensar bajamente de si y desear que los otros lo hagan.
  228. No se disculpe ni rehusé ser corregido de todos; oiga con rostro sereno toda reprensión; piense que se lo dice Dios.
  229. ¿Como te atreves a holgarte tan sin temor, pues has de parecer delante de Dios a dar cuenta de la menor palabra y pensamiento?
  230. Bienaventurado el que, dejando a parte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas.
  231. Toma a Dios por esposo y amigo con quien te andes de continuo, y no pecaras, y sabrás amar, y harense las cosas necesarias prósperamente para ti.
  232. En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz ni guía sino la que en el corazón ardía.
  233. Si quieres venir al santo recogimiento, no has de venir admitiendo sino negando.
  234. Desensillar para buscar a Dios. La luz que aprovecha en lo exterior para no caer, es al revés en las cosas de Dios, de manera que es mejor no ver, y tiene el alma mas seguridad.
  235. Y que Dios seria hombre, y que el hombre Dios seria, y trataría con ellos, comería y bebería.
  236. El amor de Dios es la salud del alma. Y cuando no tiene cumplido amor, no tiene salud cumplida y por eso esta enferma.
  237. Como el que tira el carro la cuesta arriba, así camina para Dios el alma que no sacude el cuidado y apaga el apetito.
  238. Mas estima Dios en ti el inclinarte a la sequedad y al padecer por su amor que todas las consolaciones y visiones espirituales y meditaciones que puedas tener.
  239. Si quieres ser perfecto, vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, y ven a Cristo por la mansedumbre y humildad y síguelo hasta el Calvario y sepulcro.
  240. Porque si, en fin, ha de ser gracia y misericordia la que en tu Hijo te pido, toma mi cornadillo , pues le quieres, y dame este bien, pues que tu también lo quieres.
  241. Ame mucho los trabajos y téngalos en poco por caer en gracia al Esposo, que por ella no dudo morir.