La iluminación espiritual

Practicando la igualdad

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Practicando la igualdad; Patrocinio Navarro

PRACTICA LA IGUALDAD

Pero igualdad no es uniformidad.

Desde que somos niños, los seres humanos llevamos inscrito en nuestro inconsciente colectivo el deseo de justicia, tan unido al de igualdad. En el seno de la familia, o en los colegios, el trato desigual, los privilegios que a unos se le otorgan en merma de otros, forma parte del repertorio de conflictos cotidianos. Conflictos que, al no hallar solución en ninguno de esos ámbitos primarios de las relaciones humanas, terminan por hacerse enormes y dramáticos en nuestras sociedades. En nuestro mundo globalizado el número de ricos aumenta en detrimento de las clases medias y bajas a un ritmo nunca visto. Y con las desigualdades, las injusticias, ya que son tan inseparables como sus contrarias igualdad y justicia.

CONVIVENCIA MUNDIAL

¿Tiene solución la desigualdad creciente que amenaza a medio y largo plazo la convivencia mundial?

Hasta ahora se ha intentado amortiguarla con falsas soluciones. A la gente se le ha conducido a formas sociales de existencia donde la igualdad se ha pervertido y convertido en uniformidad. Pero igualdad no es uniformidad. Llenar las ciudades de grandes centros comerciales con las mismas características, donde se venden las mismas cosas; de edificios iguales en casi todo, salpicados de carteles donde se anuncian en las calles de todo el mundo las mismas marcas de esto y lo otro; escuchar las mismas noticias cada día servidas por los grandes medios populares, o ver a las gentes vistiendo a la moda, es uniformidad.

LA UNIFORMIDAD

La igualdad es liberadora, pero la uniformidad es una enfermedad social.

Y puede llegar a ser un problema mental para quienes lleguen a tener interiorizado y asumido que salirse de los esquemas de uniformidad inculcados en la mente colectiva es algo que no debe ser. Pero ese no debe ser, precisamente niega al ser, que tiene grabado en el interior de su conciencia la idea de la igualdad, opuesta a la de uniformidad. La igualdad afirma al ser individual, ya que todos fuimos por Dios como seres singulares,- cosa que se pretende negarnos- iguales entre nosotros – cosa que se pretende borrar de nuestras existencias del mismo modo que se pretende convertir en inexistente o superfluo a nuestro Creador. Todo esto constituye la base nuestro orden social y económico en manos de los ricos. Su filosofía dice: no individuo, sino individualismo; no igualdad, sino uniformidad; no justicia, sino derecho; no cooperación, sino competencia. No Dios, sino dinero, poder y riqueza. El individuo de la masa se ha convertido en individualista y a la vez – paradójicamente- gregario a causa de la globalización. Y así nos va.

TU INTERIOR

¿Tiene solución este enorme disparate? Por supuesto. Y cada uno la lleva en su interior.

Lo que pasa es que otro de los principios que esta sociedad defiende es lo contrario: vive fuera de ti. Vive para el trabajo, las diversiones, la sensualidad, el tener, el reconocimiento. Pero en nuestro interior tenemos la fuerza para decirnos a nosotros mismos:

La búsqueda del ser interior es la clave cuando hemos visto fracasar todos los otros medios externos con que la humanidad ha intentado organizarse. Ni la política, ni las religiones institucionales ni el Derecho, ni la cultura de masas, ni el conocimiento especializado han servido para los fines que teóricamente se proponen. De los instrumentos de liberación que podrían haber sido en caso de tener en cuanta los principios de singularidad individual, de justicia y de igualdad han devenido en instrumentos de coerción y control favorecedores de las desigualdades y el desconcierto y la pobreza mental y emocional. Así que solo en nosotros, en cada uno y en la suma final de los propósitos individuales del propio cambio, está la solución- si es que la queremos.


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