ESCRITOS: NUESTRO

Paradoja de nuestro tiempo

GEORGE CARLIN

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos.

Nuestro más profundo miedo

NELSON MANDELA

Nuestro miedo más profundo es reconocer que somos inconcebiblemente poderosos. No es nuestra oscuridad, sino nuestra luz, lo que más nos atemoriza.

Nuestro karma y la suerte

JBN LIE

No hay quien pueda detener los efectos del Karma. El karma no es el destino ni la casualidad ni la mala o buena suerte, es el fruto de nuestras acciones.

La fantasía del crecimiento de nuestro hijo

JAMES HILLMAN

James Hillman nos dice que favorecer la fantasía del crecimiento de nuestro hijo crea una necesidad estática que no evoluciona hacia su independencia.

Jesús nuestro Maestro

JBN LIE

Es incomprensible que Cristo el Hijo de Dios, recurra a un evangelio para la mayoría desconocido y lo explique, rectifique, profundice y complemente.

El poder del Padre Nuestro

OMRAAM MIKHAEL

El Padre Nuestro, está simple y aparentemente oración que Jesús nos regaló, tiene el poder y luz total porque contiene en esencia, el universo entero.

El padre nuestro

CRISTIANOS ORIGINARIOS

Pero los apóstoles aún no estaban satisfechos; querían que Jesús les diese una oración modelo para que ellos pudieran enseñársela a sus discípulos.

El otro yo nuestro doble en la cuántica

JBN LIE

Garnier Malet dice que buscando y reencontrando el contacto con nuestro doble podremos equilibrarnos y hallar el sentido de nuestra vida terrestre.

El Amor eleva nuestro nivel de vibración

ELIZABETH GILCHRIST B

El Amor eleva nuestro nivel de vibración porque en una alta vibración la materia se vuelve más sutil, más etérea, más liviana, más amorosa y más iluminada.

Construyamos nuestro propio futuro

SAID SEDDIK

Muy importante como habitantes de este holograma Tierra, nosotros, los seres humanos, debemos seguir construyendo nuestros destinos como civilización.

¿Podemos cambiar nuestro futuro?

OMRAAM MIKHAEL

Hay que cambiar. Cuántos Iniciados, cuántos santos y profetas sufrieron también al reparar faltas que habían cometido en sus encarnaciones anteriores.

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