Si te vuelves el amo de tu mente, sin que el deseo obre por ti, te volverás como Susanita, consciente de dónde proviene la luz interior, de su origen.
La belleza interior viene de tu propio crecimiento de la conciencia que estás trayendo de muchas vidas. El interior es eterno, el exterior es muy temporal.
Tú tienes tu fuerza interior para cruzar tu camino. Con tu poder interior, encontrarás la ruta, la ruta que a ti se adapte. Déjalo todo a tu interior.
La moraleja es no actuar para que te aprueben. El verdadero tú está aquí para descubrir el poder que hay en ti, no para satisfacer la opinión de los demás.
La verdadera riqueza es cuando puedes crear riqueza interior y llega un momento y sucede la armonía, la riqueza exterior encontrándose con la interior.
Recuerden que el interior y el exterior son solo uno: el exterior es solo la prolongación del interior, el interior es solo la penetración del exterior.
En el sentido interno, solo tú lo sabes, nadie más lo sabe. No se observa desde el exterior. Si duele la cabeza, solo tú lo sabes, no puedes demostrarlo.