La iluminación espiritual

Frases Oscar Wilde

Citas Oscar Wilde


Conseguir ser natural es la mas difícil de las poses.

Todos vivimos en las cloacas, pero algunos miramos a las estrellas.

La ambición es el refugio del fracaso.

Cuanto mas conservadoras las ideas, mas revolucionarias.

El hombre que se ocupa de su pasado no merece tener un porvenir.

La belleza no necesita explicación, es superior al genio.

Lo peor en este mundo no es estar en boca de los demás, sino no estar en boca de nadie.

Dios hizo un mundo a parte para cada persona, y en ese mundo debemos intentar convivir todos juntos.

Un hombre cínico es el que sabe el precio de todo y el valor de nada.

Los solteros deberían pagar mas impuestos. No es justo que ellos sean mas ricos que los demás.

Jamás debemos casarnos si pretendemos seguir enamorados.

Se tu mismo, los demás puestos están ocupados.

Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos.

Los que son amados por los dioses crecen jóvenes.

Si quieres enfurecer a tu enemigo, perdónalo.

El trabajo es el refugio de los que no tiene nada que hacer.

Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.

El periodismo moderno nos mantiene en contacto con la ignorancia de la comunidad.

Sufrir por propias culpas, esa es la pesadilla de la vida.

Que hablen de uno es espantoso. Que no hablen, es peor.

Cuanto menos se hable de las llagas de la vida, mejor.

La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.

El principio del gobierno democrático es la virtud.

Mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.

En el arte como en el amor, la ternura es lo que da la fuerza.

La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.

Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras no la ame.

La música es lo que mas se acerca a las lagrimas y recuerdos.

En el matrimonio la mujer tiene todas las cartas pero pierde la partida.

Nada que valga la pena se puede enseñar.

Amarse a si mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.

Los jóvenes piensan que el dinero lo es todo, y cuando se hacen mayores lo comprueban.

Cuando pienso en mis defectos, me duermo de inmediato.

La sociedad nunca perdona al soñador. Si al criminal.

Nunca se entra, por la violencia, dentro de un corazón.

El hombre cree en lo imposible, no en lo improbable.

Los niños aman a sus padres. Cuando crecen, los juzgan.

Los hombres son analizados, las mujeres amadas.

Una mujer capaz de decir su edad, es capaz de decirlo todo.

Cuando un hombre se casa por segunda vez, es porque amaba a la primera.

Si usted quiere saber lo que una mujer dice realmente, mírela, no la escuche.

No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.

La historia siempre la escriben los vencedores.

Se gobierna mejor a los hombres aprovechándose de sus vicios que de sus virtudes.

No quiero ir al cielo, no conozco a nadie allí.

Escojo a mis amigos por su apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.

La pura y simple verdad raramente es pura y nunca es simple.

Antes de pensar en la injuria que hemos recibido, hay que dejar pasar cuando menos una noche.

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