El loro en silencio es el maestro

Cuento zen con moraleja

El auténtico interior es absolutamente silencioso, el punto de silencio absoluto es el interior. El sonido es exterior; el silencio es interior.

Imagen del cuento: El loro en silencio es el maestro

Cuento zen sobre el silencio

Un hombre que pasaba por delante de una tienda, vio que vendían allí dos loros, encerrados en la misma jaula. Uno era parlanchín, mientras que el otro permanecía en silencio. El primero valía veinte rupias y el segundo mil rupias.

El hombre, asombrado por la diferencia de precio, le dijo al comerciante:

– ¡Deme el parlanchín de 20 rupias!
– Imposible, señor – respondió el vendedor.
– No puedo vender los dos loros por separado.
– ¿Pero... por qué?
– ¿Cómo explica usted semejante diferencia de precio?
– Pues el más silencioso cuesta infinitamente más que el parlanchín.
– Y además no habla. Eso es absurdo.
– ¡Ah, no se equivoque usted, señor!
– El loro que encuentra usted en silencio es el maestro.

MORALEJA

El silencio es meditación y el silencio es algo básico para cualquier experiencia espiritual. ¿Qué es el silencio? Puedes crearlo, puedes cultivarlo, puedes forzarlo, pero entonces es algo superficial, falso. Puedes practicarlo y comenzarás a percibirlo y experimentarlo, pero tu práctica lo convertirá en algo ficticio. Este no es el verdadero silencio. El verdadero silencio llega cuando tu mente se disuelve, no mediante el esfuerzo, sino mediante la comprensión; no con práctica, sino mediante una consciencia interna.

Estamos como el loro parlanchín repleto de ruidos, por dentro y por fuera. En el mundo externo es imposible crear una situación silenciosa. Aunque huyamos a lo más profundo de un bosque, no habrá silencio; solamente habrá sonidos nuevos, sonidos naturales.

A media noche todo se detiene, pero esto no es silencio, solamente son nuevos sonidos, sonidos con los que no estás familiarizado. Son más armoniosos, desde luego, más musicales, pero aún son sonidos, no silencio.

El silencio es imposible en el mundo exterior y tu sistema nervioso forma parte del exterior, no del interior. El auténtico interior es absolutamente silencioso, el punto de silencio absoluto es el interior. El sonido es exterior; el silencio es interior. «Silencio» e «interior» son sinónimos. Si vives en el exterior, te mueves en el sonido. Si vives en el interior, te mueves en el silencio. Debes llegar a un punto en el que se da la ausencia de sonido, o como dice el Maestro zen, el sonido sin sonido.