Horacio: Apodérate del día; no confíes en el mañana
Horacio: Apresúrate siempre hacia la solución.
Horacio: Una pintura es un poema sin palabras.
Horacio: Dulce y honorable es morir por la patria.
Horacio: Quien vive temeroso, no será nunca libre.
Horacio: Gobierna tu mente, o ella te gobernará a ti.
Horacio: Quien mucho promete mina la confianza en él.
Horacio: El pueblo me silba, pero yo me aplaudo en casa.
Horacio: Quien confíe en sí mismo será el rey del enjambre.
Horacio: La divinidad está en ti, no en conceptos o en libros.
Horacio: ¿Quién es libre? Sólo el que sabe dominar sus pasiones.
Horacio: La vida no regala nada a los mortales, sin un gran esfuerzo.
Horacio: Aprovecha el día de hoy y fíate lo menos posible del mañana.
Horacio: ¿De qué ríes? , si cambias de nombre la historia habla de ti.
Horacio: El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga.
Horacio: Toma el día de hoy; no seas demasiado crédulo el día de mañana.
Horacio: Acuérdate de conservar en los acontecimientos graves la mente serena.
Horacio: Al que no posee demasiados bienes se le puede llamar, con razón, feliz.
Horacio: Nadie nace libre de vicios. El hombre más perfecto es el que tiene menos.
Horacio: La fortuna es como un vestido: muy holgado nos embaraza, muy estrecho nos oprime.
Horacio: En los trances duros y lo mismo en la bonanza mantente siempre con ánimo sosegado.
Horacio: Recorres el mundo en busca de una felicidad que está siempre al alcance de tu mano.
Horacio: Cuando buscamos a alguien, buscamos en nuestro entorno algo que está dentro de todos.
Horacio: La conciencia es como un vaso, si no está limpio ensuciará todo lo que se eche en él.
Horacio: El hombre avaro está lleno de temores, y quien vive con temor será siempre un siervo.
Horacio: La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera.
Horacio: La pálida muerte lo mismo llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes.
Horacio: la Grecia conquistada conquistó al bárbaro conquistador e introdujo las artes en el Lacio agreste.
Horacio: Feliz el que, alejado de negocios, como en remoto tiempo los morales, paternos campos con sus bueyes ara y no rinde a la usura vasallaje; ni le despiertan los clarines bélicos y evita igual del Foro las intrigas que del rico soberbio los umbrales.
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