La iluminación espiritual

Una verdadera paz no negocia con el mal

POR: JBN LIE

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LA VERDADERA PAZ

Jesús de Nazaret

¿Es o no es lícito pagar tributo al César? A lo cual Jesús, conociendo su malicia, respondió: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Enseñadme la moneda con que se paga el tributo. Y ellos le mostraron un denario. Y Jesús les dijo: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Respóndenle: Del César. Entonces les replicó: Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Con esta respuesta quedaron admirados, y dejándole, se fueron.

Mahatma Gandhi

Primero te ignoran, luego se ríen de ti, después te atacan, entonces has ganado. Sé persistente. Con el tiempo la oposición a tu alrededor se desvanecerá y se apartarán. Una de las razones por las que Gandhi tuvo tanto éxito con su método de la no violencia se debía a que él y sus seguidores eran tan persistentes. Simplemente no se dieron nunca por vencidos.

Buda

Dispersa, vagando sola, incorpórea, oculta en una cueva, es la mente. Aquellos que la someten se liberan de las cadenas del mal. Percibiendo que este cuerpo es frágil como una vasija, y convirtiendo su mente tan fuerte como una ciudad fortificada vencerá el deseo con el cuchillo de la sabiduría. Velará por su conquista y vivirá sin apego. El mal no encuentra el sendero hacia aquellos que son perfectos en la virtud, viviendo vigilantes y libres de mancillas, a través de la perfecta realización de las Verdades. Aquellos que entran en el Sendero y cultivan la meditación se liberan de las garras del deseo.

La naturaleza

Tristeza e impotencia podría decir, es todo lo que nos queda después del lloro con rabia y continuado de ver como simples dolientes y espectadores los desastres con los que la naturaleza decide cobrarnos. Tantos llamados a tomar conciencia de lo que nos hace año tras año nuestra madre naturaleza que tenemos que escucharla y aprender de ella. Hemos contribuido, como la mayor parte de los países en el mundo, a acabar con la naturaleza en todas sus formas. La erosión, el inmenso boquete que hemos venido abriendo a la capa de ozono, etcétera.

Tu padre te perdona, tu hijo también te perdona, Dios te perdona.
Pero la naturaleza jamás perdona.


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