La iluminación espiritual

Una misión de paz

PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Una misión de paz; Patrocinio Navarro

LAS CARGAS DE ENERGÍA

Resultó un gran alivio enterarnos que el Infierno no existe, pero muchos humanos hemos inventado los modos de hacerlo posible en este mundo. Y creamos infiernos que se retroalimentan. Uno de ellos es este de las llamadas "misiones de paz " que llevan a cabo los ejércitos de la OTAN con la bendición legal de la ONU. ¿Llevaron la paz allá donde fueron?

Acerquémonos a la realidad de las misiones de paz

Bombardeos indiscriminados a la población civil, destrucción de viviendas, carreteras, puentes, escuelas, hospitales, siembra de millones de minas anti persona y bombas de racimo esperando en los campos su turno para amputar o matar, mercados desabastecidos, gentes sin trabajo, la desesperación de no poder dar comida a los hijos, la escasez de agua, de luz y otros recursos energéticos básicos; gritos de niños y familias en la noche, ruidos de tanques y pasos que atraviesan las calles sin saber si vienen a por ti, familias rotas para siempre, huérfanos y viudas en cuestión de segundos, mutilados y enfermos tirados en una esquina rota. Observemos los hospitales mal abastecidos gentes que lloran a sus muertos; heridos gimiendo de dolor tirados en los pasillos de hospitales sucios y sin la atención adecuada, y la desprotección terrible que se suma a los ya antes desprotegidos, los abusos y violaciones de todo tipo contra la población civil, especialmente contra las mujeres. ¿ A quién le llegó la paz? Algunos pensarán que a los muertos, pero se equivocan: a ellos tampoco.

Esa inmensa cantidad de dolor, ¿qué dirección va a tomar? ¿A dónde se va dirigir? ¿A quién pedirá cuentas?... Porque el mundo de pensamientos y sentimientos de miedo, odio, traumas psicológicos, desesperanza, desconfianza en el género humano, que esparcen los verdugos, generan en sus víctimas potentes corrientes de energías negativas que van de acá para allá y se descargan sobre quien está individual o colectivamente en esa misma frecuencia vibratoria a nivel mental y emocional, contribuyendo así a la extensión del conflicto, alimentando y potenciando así la parte más oscura de los seres humanos, los nubarrones energéticos cargados de negatividad de la atmósfera del planeta, que se descargarán antes o después cuando encuentren una situación de conflicto con las que conectar.

Es esa carga de energía negativa, tan a menudo presente también en el interior de cada uno en forma de odio, rencor, envidia, y semejantes la que conduce a la guerra con el vecino, el compañero de trabajo, el amigo o la propia pareja y finalmente permite las guerras y alimenta a los verdugos para que ellos descarguen su propia ración de odio. Es un sistema que se retroalimenta. Y quien participa, lo hace convencido de estar en el lado correcto, de defender la causa justa, sea cualquiera el bando en que esté. Y en un momento inesperado el destino que él mismo sembró le coge de sorpresa, y a cada uno, como un boomerang, le vuelve el odio, el desprecio, el miedo y todas las energías negativas que sembró, que estaban ocultas en su interior esperando su momento. Y si vuelve a emitir más de lo mismo sigue contribuyendo así al mantenimiento del círculo infernal que se retroalimenta.

LAS INFLUENCIAS TELEPATICAS DE LAS VÍCTIMAS

Las víctimas mortales, convertidas ahora en energía consciente pero sin la limitación de cuerpo físico, y cargadas de odio contra sus asesinos engrosan los conflictos volcando su odio a quienes así les arrebataron la vida, y por otro lado, conectan con otras almas afines convirtiéndose para ellos en influyentes fuentes de alimentación vía telepática que inducen a la venganza. Y aunque esa energía no se considere por muchos como realmente existente es tan real como las ondas de radio o cualquier otra forma de energía. Obsérvese lo difícil que resulta detener la guerra en ciertas partes del Globo o acabar con situaciones extremas de odio entre personas, grupos étnicos, religiosos o de otro tipo, que serán siempre el caldo de cultivo para que terceros puedan provocar eventualmente problemas sociales o guerras civiles en su propio beneficio…

En el oriente del mundo existen focos de irradiación energética de energías negativas muy potentes desde el principio de los tiempos. Focos de irradiación de energía condensada que se añaden a los procedentes de los arsenales atómicos, a los que proceden de pruebas atómicas subterráneas, de residuos radioactivos existentes en todo el Planeta. Todas esas energías contrarias al orden natural juntas forman un cóctel de peligrosas dimensiones. No se trata de que nos asustemos de lo que pasa, sino de que seamos conscientes de que una vez que se inicia el descenso por un tobogán, cada vez es más difícil retroceder cuando hemos bajado mucha pendiente y podemos ver lo que nos aguarda al final de no regresar al principio. Por eso parece de sentido común el regresar, el dar la vuelta. Regresar supone eliminar en nosotros lo que podamos tener en común con lo que nos conduce a final tan previsible como el que estamos abocados de no conseguir detener esta caída por el tobogán y volver al antes de la caída. al menos, detener la propia caída y la de aquellos a quienes se pueda ayudar.

EL CAMINO DE LA PAZ : PENSAR BIEN, SENTIR BIEN, ACTUAR BIEN

Malos vientos arrastran terribles tempestades, pero es bueno recordarnos que en cada uno de nosotros reside la fuerza para cambiar el sentido de esos malos vientos. En cada uno. Solo tenemos que cambiar a positivo todo lo negativo que nos llegue. Pensar bien, sentir bien, actuar bien. Hacer a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti y no hacer a otros el daño que a ti no te gustaría recibir, respetar a la madre Tierra y todas sus criaturas. He aquí claves universales de transformación, principios infalibles para detener el descenso vertiginoso de nuestro tobogán-mundo. Seguirlas o no es nuestra decisión y nuestra siembra personal que habrá de cosecharse, y es así es como construimos nuestro propio destino y cómo construimos el de todos como parte de la misma humanidad.


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