El reino de Dios

EN REINO INTERNO

Dios eterno y soberano se ha revelado por sí mismo, dándose a conocer como la Suprema Autoridad del universo extendiendo su reino a través de la creación.
El reino de Dios es desde la eternidad hasta la eternidad, Dios es eterno y su reino es eterno y el reino tiene las mismas cualidades que su Rey.
Lo primero que denota el reino es la presencia del Rey, la soberanía del Rey, sin Rey no hay reino, sin la presencia de la soberanía y autoridad del Rey no hay reino.
La creación del universo es tan solo la expansión, la manifestación del reino, la creación habla de su Creador todo lo que manifiesta vida es del reino de Dios.
Éste reino tiene todo lo que necesitamos: justicia, sanidad, integridad, prosperidad y gozo, es una realidad que puede ser experimentada desde hoy.
No podremos encontrar el conocimiento del Rey si nosotros nos consideramos el centro del universo, tenemos que reconocer al Rey para experimentar el reino.
Enfocarnos solamente en nosotros mismos no nos permitirá ver nuestro verdadero propósito y toda la revelación del Rey sobre nuestra propia existencia.
Viviendo desde el reino, el Rey soberano es nuestro Padre, Él nos hizo a su imagen y viviendo de acuerdo a ello, empezaremos a tener las cualidades del Padre.
El reino de Dios entre nosotros no designa un espacio geográfico, sino la situación de aquellas personas que han verdaderamente transformado su corazón.
Entendido éste como lo más profundo y sentido de cada ser humano, exaltando a Dios como valor absoluto de sus vidas y de sus relaciones con los demás.
Dondequiera que el reino de Dios gobierna en la tierra, hay una demostración visible, Jesús manifestó el poder del reino con milagros, sanidades y liberaciones.
Cada vez que Él anunciaba las buenas nuevas del reino, el pecado, la enfermedad, la pobreza, los demonios y la muerte fueron derrotados.
Debemos saber que el único sentido verdadero de la vida es servir a la humanidad, colaborando para el establecimiento del reino de Dios en la tierra.
La venida del Reino de Dios no es observable, no podemos decir: el reino está ahí o está por allá, porque el reino de Dios ya se encuentra dentro de nosotros.
Es verdadero y posible servir en el reino de Dios, esto consiste en colaborar para el establecimiento de la mayor unión entre todos los seres vivos en la tierra.
El reino de Dios, es un reino sobrenatural, un reino de poder, no solo de palabras, es un reino cuya realidad se puede experimentar desde aquí y ahora.
Su influencia se expande en el mundo a través de la obra sobrenatural del Espíritu Santo, a medida que Él trabaja por medio de nuestra humanidad.
Cuando Jesús regresó al cielo, Él delegó esa autoridad a todos los creyentes, activándola para continuar expandiendo su reino en cada generación.
El reino es pues, no solo el horizonte individual de los creyentes, sino también debe ser la meta de una comunidad, estado y naciones.
No existe otro sentido, excepto el cumplimiento constante de aquello que nos pide el poder que nos puso en la vida con una única guía, la razón consciente.
Nosotros, después de toda una eternidad de no existencia, salimos de la inconsciencia para ser conscientes y en cualquier instante el Creador nos puede regresar.
¿Qué le ocurrirá a la humanidad si cada uno de nosotros realiza lo que Dios le pide a través de nuestra conciencia?
¿Haces realmente aquello que te pide Aquel que te envió al mundo y al cual regresaras dentro de poco?
Ninguna condición material puede garantizar nuestra seguridad en la vida, la cual los sufrimientos acompañan y a la cual la muerte infaliblemente pone fin.
He ahí porque éste poder no nos puede pedir lo que es irracional e imposible: el orden de nuestra vida material temporal, la vida de la sociedad y del estado.
Como dicen las sagradas escrituras: Buscad, en primer lugar, el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura
Tú que lees estas frases, piensa en tu situación y no en los deberes que esta sociedad te crea, sino en tu situación verdadera, la eterna, la de tu verdadero Ser.
Piensa en tus verdaderos deberes que resultan de tu verdadera situación de estar llamado a manifestar la vida, dotado de inteligencia y de amor.
Ahora situando la razón de vivir en el reconocimiento y en la práctica de la verdad que nos es revelada, vivamos identificándonos con la fuente de vida en el universo.
Viviendo desde éste reino nuestras acciones no se limitaran por el espacio y tiempo, sino que teniendo una misión, tendrán el significado infinito que nada limita.
Ahora cada uno de nosotros realizando la voluntad de Dios en nuestra vida aquí en la tierra, así como se realiza en el cielo, estaremos expendiendo el reino.
Así haciendo lo correcto, permaneceremos para siempre y disfrutaremos de una nueva vida eterna en un justo nuevo mundo con nuestro Creador.