La iluminación espiritual

Rebeldes y herejes, ¿por qué?

NUESTRO MUNDO

Relacionarse con el mundo es algo inevitable, de modo que nos vemos obligados a tener una posición sobre él, bien sea a favor o en contra, pues nos guste o no, nacimos en este mundo. Pero como la palabra mundo parece así demasiado ambigua, porque lo mismo podemos pensar en el Planeta, como en otras cosas, nos vemos obligados a concretar si queremos utilizarla con propiedad, porque oímos hablar del mundo de la moda, del mundo del deporte, del mundo de las finanzas, del mundo cultural, del religioso y de muchas otras parcelas que parecen tener por separado la ambición de quedarse con toda la extensión del concepto mundo. Por otro lado, todos tenemos nuestro propio mundo, nuestro rincón personal. Y este es el más importante, porque será un anillo que se suma a la cadena energética de la humanidad toda y contribuirá a determinar su nivel de energía positiva o negativa.

Lo mundano

Cualquiera que sea la parcela de mundo que nos toca, convoca en nosotros un universo de sensaciones, pensamientos, sentimientos, palabras y conductas, que surgen de nuestro modo personal de enfocar la realidad que nos rodea. A esa realidad la solemos conocer como lo mundano.

Lo mundano es el mundo exterior a nuestra conciencia, la parcela de mundo con la entramos en contacto a través de nuestros sentidos externos y nos desenvolvemos, y nuestra alma se relaciona íntimamente con esa realidad inmediata a través de esos cinco componentes señalados.

La relación mundana no es fácil, porque es una relación dicotómica y dialéctica: hay que elegir entre lo que repudiamos y lo que admitimos como bueno instante a instante, pues mientras vivimos cabalgamos instantes que no cesan montados en caballos tozudos que nos incitan a seguir un camino y se resisten a cambiar de rumbo.

El caballo Ego

Para la conciencia, el camino a seguir siempre es esa dicotomía entre aceptar las leyes de la conciencia o las leyes del mundo por las que se orienta nuestro caballo. Y si cuesta elegir para seguir las leyes de la conciencia es porque nuestro caballo, al que llamaremos Ego ha hecho tantas veces el mismo recorrido por los caminos del mundo y siguiendo sus leyes que cuando queremos hacerle salir de su rutina, se resiste. Por tanto, si queremos domesticarlo, necesitamos un manual de instrucciones, pues nos encontramos ante un caballo verdaderamente rebelde.

Si somos proclives a admitir que lo más importante de la vida está en el mundo exterior a nuestra conciencia, por ejemplo en el mundo social, político, religioso, económico, profesional, etc. y buscamos nuestro manual de instrucciones en esos mundos, será un trabajo perdido, porque si nuestro caballo se resiste a cambiar de camino es precisamente porque ha seguido fielmente el manual mundano hace tanto tiempo que ya ni recordamos cuando comenzó a ponerlo en práctica. Y nosotros, el jinete, cabalgamos sin darnos cuenta aunque siempre con penurias, confiados en la pericia de nuestro tozudo vehículo y en la bondad del manual.

La caída del Ego

Pero, ay, llega un momento en que el caballo nos lleva con tal resolución hacia un precipicio, que nosotros, el confiado jinete, sentimos una sacudida y despertamos del sueño de ser bien conducidos. Ese es un antes y un después en nuestras vidas por el que todos pasamos en esta existencia o en otras posteriores. El caso es que el abismo está ahí mismo, pero el caballo se resistía a cambiar de ruta, y es en ese instante, justamente en ese instante, cuando muchos descubrimos tres cosas: que el manual de instrucciones era perverso, que el caballo no era inocente y que el jinete sesteaba creyendo andar seguro y por buen camino. Así es cómo nacen los altruistas, los rebeldes, los inconformistas y los insumisos si el manual de instrucciones los redactó la tradición, la política, la economía o cualquiera de esas parcelas mundanas. Y si esos manuales los redactan los clanes sacerdotales, las más refinadas de las instituciones mundanas, surgen los herejes.

La más alta forma de rebeldía

La herejía es la más alta forma de rebeldía, porque afecta a la posición de nuestra alma que busca acercarse a Dios y considera un obstáculo los manuales de uso de las religiones de cultos. Esta contestación al más alto nivel es una tabla de salvación, porque esta civilización nos lleva a la destrucción de la libertad y del bienestar; nos arrastra a la infelicidad, a la soledad y a la rueda de nacimientos y muertes. Los manuales de instrucciones mundanos están diseñados justo para que eso suceda. Cuidado con ellos.