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¿Qué es el cáncer y como curarlo?

AKASHICOS

Imagen; ¿Qué es el cáncer y como curarlo?; Akashicos

COMO CURAR EL CÁNCER 

El presente informe acoge únicamente lo que sea científico; es decir, aquello que resista las más estrictas pruebas y comprobaciones de la bioquímica, la electrónica y en general la física en pleno; y solo aprueba lo que resista el severo escrutinio de las ciencias naturales. Cuando las cosas visiblemente andan mal y algunos procedimientos no producen resultados confiables, bienvenidos sean los cambios; y es concretamente en el caso del cáncer donde hablaremos de soluciones diametralmente opuestas: aquí todos los conceptos que se tenían se pueden venir abajo, se tornan negativos pero aparecen nuevas luces, ya no de esperanza sin tiempo sino de solución rápida y definitiva, al punto de poder decir a ciencia cierta: Es cuestión de inteligencia, información y voluntad el éxito o el fracaso en la lucha contra el cáncer. Surgen algunas premisas:

¿QUÉ ES EL CÁNCER?

En palabras muy sencillas...

El cáncer no es el tumor ni las células mal llamadas malignas o asesinas. El cáncer es originado por una acumulación de desechos tóxicos y un estado de acidez en la matriz extracelular (Tejido conjuntivo o mesenquimal) donde nacen, se alimentan, viven y mueren las células que conforman nuestro cuerpo. El tumor o las células cancerosas, pues, no son el cáncer sino la consecuencia directa del estado desastroso de acidez y bajo oxigeno el cual hizo que nuestras células buenas enfermaran.

Por tanto el error más absurdo y despiadado, debido al cual mueren millones de personas en el mundo, es tratar de matar tanto las células buenas junto con las enfermas sin antes haber solucionado el estado lamentable de acidez y toxicidad el cual es el directo y verdadero motor del cáncer.

Más grave aun, la oncología oficial hace exactamente todo lo contrario: introduce poderosos venenos 100% cancerígenos, e irradia rayos 100% productores de más canceres en un cuerpo ya enfermo y minado por los desechos ácidos tóxicos, que fueron los verdaderos causantes del problema. Las células muertas por los tratamientos violentos producen mucha acidez que se suma a la existente y el paciente queda en un estado de peligro inminente.

COMPROBACIONES

El doctor Otto Wurburg descubrió que las células cancerígenas se desarrollaban en un ambiente pobre en oxígeno —y lo que origina la privación de oxígeno es la acidez. Toda la comunidad científica confirmó el hecho y el doctor Otto Wurburg recibió el premio Nóbel de medicina por descubrir la verdadera causa del cáncer: La acidez espesa la sangre y aparece el dolor de cabeza, de pecho, el cansancio, y los resfríos se hacen frecuentes. Si el estado de acidez continúa la sangre, para contrarrestar esa acidez, roba calcio de los huesos dejando poros en éstos. Luego se van formando desechos pobres en oxígeno en lugares del organismo que bien pueden llamarse nidos del cáncer. En estas condiciones basta un problema psicológico, la pérdida de un familiar, problemas en los negocios o en el trabajo y el cáncer aparece sin falta… así de fácil.

Cientos de investigadores en importantes institutos y clínicas han comprobado que las células cancerosas se desarrollan en un ambiente ácido y las células normales o sanas se desarrollan y necesitan un ambiente alcalino para poder vivir sanamente. Si permitimos que nuestro organismo siga siendo ácido estaremos en riesgo inminente de contraer cáncer. Manteniendo un nivel alcalino óptimo en nuestra sangre nuestras células vivirán totalmente sanas y jóvenes en un ambiento rico en oxígeno.

Por tanto, si logramos alcalinizar y oxigenar adecuadamente el ambiente donde viven todas nuestras células, las cancerígenas no podrán desarrollarse más y las células sanas vivirán en su ambiente ideal libre de enfermedades. El Doctor George W, Crile, de Cleverand, uno de los cirujanos más importantes del mundo quien declara abiertamente: Todas las muertes mal llamadas naturales no son más que el punto terminal de una saturación de ácidos en el organismo.

Contrario a lo anterior: es totalmente imposible que un cáncer prolifere en una persona que libere su cuerpo de la temible acidez nutriéndose con alimentos que produzcan reacciones metabólicas alcalinas y que, a su vez, evite los alimentos que originan dicha acidez, y se cuide de los elementos tóxicos. En general el cáncer no se contagia ni se hereda… lo que se heredan son las costumbres alimenticias, ambientales y de vida que producen cáncer.

La oncología oficial, en su desconocimiento inmenso, cataloga las células cancerosas como malévolas y asesinas. Esta mala prensa se debe a que muchos hombres juzgan por su propia condición. El cáncer es un propósito benigno e inteligente del organismo; es más: las células cancerígenas son mártires que se inmolan en un proceso que intenta librar al cuerpo de una amenaza mayor, veamos:

Nuestra mente esta creando y moldeando constantemente nuestro cuerpo. Todos estamos fabricando células madre en nuestra médula ósea y están dirigidas a regenerar nuestros órganos; también están fabricando nuevas neuronas

Ya que el cáncer concretamente lo causa la contaminación y toxicidad en nuestros cuerpos, las células cancerosas son una respuesta inteligente para tratar de limpiar la toxicidad; esto pertenece a un complejo y maravilloso sistema de autocuración. Las células en un principio comen esas basuras y luego son eliminadas. Si la contaminación aumenta llegan más células. Pero la exageración, el súper abuso con comidas chatarra altamente ácidas y tóxicas, concentra demasiadas células y el proceso se sale del control del organismo. En muchos casos el cáncer fueron células madre que pretendían una misión benéfica y terminaron en una acumulación anómala que se salió de control.

Cuando en alguna parte del organismo se acumulan desechos ácidos tóxicos en cantidad insoportable para la vida, el cerebro especializa grupos de células para que puedan soportar el ambiente intolerable, puedan vivir allí y logren engullir esos ácidos tóxicos. Estas células —no malignas sino benignas especializadas, que antes solo podían vivir en un ambiente alcalino rico en oxígeno—, fueron potencializadas por el mismo organismo para soportar un ambiente ácido ausente de oxígeno, lograr alimentarse de él y así librar al resto de las células de una intoxicación masiva.

Aunque sea la primera vez que se diga, y por raro que suene: el cáncer es un ejercito de células buenas que se sacrifican en un intento por librar al hombre de las consecuencias de su manera irracional de comer, vivir y pensar.

Aquellos que dicen que las células cancerígenas son potencialmente malignas, potentes asesinas y peligrosas, aquellos que las tratan como virus horrendos y asesinos que requieren de venenos atroces y rayos quemantes para matarlas, están lastimosamente equivocados y deben recordar lo siguiente:

Las células cancerosas son mucho más débiles que las células normales; solo pueden utilizar glucosa como alimento y obtienen de ésta 18 veces menos cantidad de energía que las células normales. Vivir en estas circunstancias es una proeza inmensa de la inteligencia corporal. Por tan evidente razón, nuestras células llamadas cancerígenas son células especializadas que tratan de engullir tóxicos. Entonces, ¿por qué tenerle tanto miedo a unas células benignas que tratan de salvarnos?, ¿En dónde radica, entonces, el meollo del problema?

Muy sencillo: primero, el problema está en nosotros mismos y, segundo, en los conceptos y tratamientos erróneos con los cuales los sistemas oficializados han dado al manejo de esta enfermedad, al considerar que una parte de nuestras células son corruptas, malévolas y asesinas tratando en vano de asesinarlas a todas con rayos mortales y venenos atroces, destruyendo de ese modo cualquier posibilidad de acción salvadora por parte de nuestro sistema inmunológico.

El cáncer se deriva de una violencia con ácidos y tóxicos contra el organismo y tratan de contrarrestarlo con más violencia, utilizando venenos y rayos mortales contra el cuerpo ya de hecho débil y contaminado.

¿Por qué nos destruye el tumor si está constituido por células salvadoras? R/. Todos tenemos células benignas cancerosas; de hecho en algún momento de la vida hemos tenido cáncer y de ello no nos hemos dado cuenta; el inteligente sistema inmunológico evoluciono para cumplir su misión por medio de sus células especializadas cuando entraran sustancias no deseadas en cantidades normales…

…pero no evolucionó para soportar la enorme carga de cantidades exageradas de sustancias tóxicas que la moderna civilización depositó en aire, mar, tierra y, sobre todo, en los propios alimentos que consumimos a diario… he ahí el problema: Las células especializadas se multiplican desenfrenadamente, pierden su comunicación con el resto del organismo, forman masas informes… y a eso lo llaman cáncer.

Hasta el presente la oncología oficial ha confundido a nuestras propias células como asesinas desatando guerras químicas sin nombre dentro de nuestro cuerpo. Un millón de personas que mueren al año en Estados Unidos, tratadas por la oncología oficial, son testigos mudos de que el sistema actual debe cambiar.

El día que comprendamos que nuestras células no tienen ese carácter asesino ese día descubriremos que las células no se matan sino que se tratan. No se puede lavar sangre con más sangre; no se puede terminar la violencia con más violencia: el cáncer se acaba comprendiendo a nuestro organismo y tratándolo con amor.

LAS PEORES CAUSAS DE CÁNCER DE LAS CUALES NUNCA SE HABLA

Una causa que produce las peores enfermedades y parece extraño que se catalogue como causa es: no comer frutas y verduras frescas en cantidades suficientes. Estos nutrientes no son reemplazables por ningún otro alimento y menos se pueden sustituir por frascos súper vitamínicos por afamados y costosos que sean. Para no correr el riesgo de contraer enfermedades mortales el organismo requiere 5 raciones de frutas diariamente o un mínimo de tres, además de ensaladas correctamente preparadas. Menos de ahí es un riesgo para la salud y estamos hablando de cáncer.

La segunda causa no considerada, y causa extrañeza oír lo siguiente: La peor causa de cáncer por la cual mueren millones de personas en el mundo, dado que impide a las fuerzas del organismo que obren a favor de la recuperación, es el diagnostico: TÚ TIENES CÁNCER. Cuando una persona recibe fríamente esta noticia toda su mente, su voluntad, sus fuerzas y sus ideales se derrumban aparatosamente junto con su sistema inmunológico el cual debería ser el encargado de iniciar cualquier proceso curativo realmente efectivo.

Se piensa en los hijos, los familiares, los negocios, y ya la gente comienza a mirar a la persona con compasión. Luego le aparece la visión de un mundo terrorífico con la imagen de un quirófano, y tratamientos quemantes y venenosos que acaban con el pelo y con la integridad física decapitando la dignidad de la persona. Se inicia entonces una angustia que se vive en soledad, la más fuerte, y el miedo hace la peor parte; eso es, sin más, la causa de cáncer más catastrófica por la cual ésta enfermedad es difícil de curar verdaderamente.

Afortunadamente existen médicos de cuerpo y alma, aquellos que valerosamente se han despojado del babero de la universidad y han buscado alternativas más humanas que no hagan daño a la persona y en cambio, le refuercen su sistema inmunológico y les despierten fuerzas psicológicas para que la todo poderosa mente actúe a su favor y no en contra, como contrariamente lo hacen los fríos, absurdos y deshumanizados tratamientos tradicionales.

TU CUERPO DESEA CURARSE

Cuenta con los mejores medios para hacerlo… siempre y cuando reciba una generosa e inteligente ayuda de tu parte. He aquí la primera regla, que se debe acatar cuando se quiere de veras luchar aguerridamente contra el cáncer y ganarle a la enfermedad. Precisamente es la que nunca se hace y, paradójicamente, se hace todo lo contrario.

Esta primera acción frente al diagnostico de la enfermedad es: no tenerle miedo al cáncer. Debemos tenerle respeto al enemigo pero no miedo, porque aquel que se acobarda ya está vencido. No son miles sino decenas de miles de evidencias en todo e mundo de gente de todas las edades que han superado esta enfermedad, y precisamente, se trata de personas positivas que se han instruido —aquellas que han descubierto nuevos horizontes y han dado la batalla utilizando las armas correctas—. Existen Numerosos libros y publicaciones que corroboran y explican los hechos. He aquí una esperanza real para los enfermos, y un golpe severo y contundente a esta enfermedad:

EL TRATAMIENTO POR EXCELENCIA

Número uno en la lucha contra el cáncer.

Habiendo determinado plenamente el agente causante del cáncer, es fácil y correcto pensar que debemos cerrar de inmediato la entrada en exceso de ácidos a nuestro organismo y, en acción simultánea, lavar nuestro interior de los desechos ácidos y tóxicos acumulados que roban el oxigeno. Habiendo hecho lo anterior de la manera correcta, las células cancerosas no encontrarán el medio ácido falto de oxígeno para vivir, y el cuerpo no tendrá que especializar más células engullidoras para tratar de controlar los ácidos tóxicos.

¿Por qué no promueven esta sensata acción los organismos oficiales encargados o las poderosas multinacionales productoras de drogas para la salud? Muy sencilla es la respuesta: porque se puede venir abajo el jugoso negocio del cáncer.

Los organismos oficiales hacen costosas compañas de una supuesta prevención tan irónica como falsa: realizar constantes y costosos chequeos hasta poder decirle al paciente: tú tienes cáncer. ¿Acaso ésta es una prevención: esperar hasta que el tumor esté lo suficiente grande para que lo puedan detectar?

Prevención es instruir a la gente para que evite la acidez de su cuerpo por medio de una correcta alimentación e iniciar una desintoxicación con el único remedio que existe para realizar dicha labor: agua blanda alcalina. Pero esto nunca se hace, ¿por qué?

Tengamos en cuenta que los iniciadores de la Sociedad Americana del Cáncer no fueron médicos sino comerciantes, inversionistas y dueños de las poderosas compañías productoras de drogas. Salta a la vista que la oncología esta motivada por razones financieras y económicas más que por razones de salud. Con razón Linus Pauling PhD, dos veces ganador del Premio Nobel, dijo textualmente: Todo el mundo debiera saber que la mayor parte de la investigación sobre el cáncer es un fraude.

La más importante cadena televisiva de Colombia entrevistó a los 12 oncólogos más sobresalientes y la pregunta básica fue: ¿Se le está ganando la guerra al cáncer? La respuesta de cada uno de ellos por separado fue rotunda, sincera y desalentadora: No. Surge una sola pregunta: ¿están haciendo lo que es debido en esta lucha incierta? La respuesta es contundente: No.

Afortunadamente uno de los 12 ilustres y famosos oncólogos entrevistados se atrevió a decir: La verdadera esperanza para los pacientes con cáncer la constituyen los Tratamientos de Cuarta generación… creemos que acertó.

Bien sabemos que los tratamientos tradicionales son: cirugía (en esto se ha avanzado mucho; no obstante cortar el tumor no quiere decir acabar con el mal porque, como hemos demostrado, el tumor no es el cáncer.) Los otros dos tratamientos son la quimioterapia y la radioterapia. ¿??? Entonces:

¿CUÁLES SON LOS TRATAMIENTOS DE CUARTA GENERACIÓN?

Si el motor de un vehículo se encuentra internamente sucio y carbonado por la combustión pierde fuerza y se puede dañar. Lo primero que hace el mecánico, antes de cambiar cualquier elemento interno, es lavar completamente todo el interior del motor. Cuando el cuerpo humano enferma debido al lamentable estado de acidez y o suciedad interna, es costumbre echar drogas químicas para tratar en vano de reparar los daños, sin antes haber lavado el organismo de la suciedad que causó el problema. ¿Cómo pueden ganarle la guerra al mal si no se le hace esta limpieza al cuerpo?

Por tanto, el primer tratamiento de cuarta generación en la lucha contra el cáncer —y cualquiera otra enfermedad— es lavar el organismo interno… así como suena. El motor de un vehículo se lava con gasolina. El interior del cuerpo se lava con agua y únicamente con agua, libre de elementos ácidos, o sea agua químicamente liviana y alcalina. (El agua alcalina es la única que combate los ácidos y es 6 veces más hidratante que cualquier agua comercial)

La gente en general no sabe para qué toma agua, ni cómo tomarla, ni qué clase de agua se debe tomar.

Además, es necesario aprender a diferenciar entre ingerir jugos para nutrirnos y reponer minerales o tomar agua liviana para hidratarnos o sea lavarnos internamente: Los jugos o aguas a las cuales se les agregan nutrientes químicos sirven para nutrirnos mas no para lavarnos o hidratarnos. ¿Lavarías un vidrio con un jugo o con una bebida gaseosa? ¿Crees que quedaría bien lavado?

Cuando se trata de lavar nuestro organismo internamente no se requiere agregarle minerales adicionales al agua— y es un error craso—; más bien, librarla de las sales ácidas o minerales no convenientes y no agregarle nada más para que, estando desocupada, pueda lavarnos de los desechos causantes directos de la enfermedad.

En la medida que le agregamos elementos al agua se torna pesada, se satura y pierde el poder de lavar. Por lo contrario: si logramos retirar del agua los minerales ácidos indeseados se convierte en agua liviana, o alcalina, con mucho oxígeno más hidratante, o con más poder de lavado que se conoce.

Para los deportistas venden aguas con cantidad de minerales para que repongan rápidamente los elementos perdidos y eso está bien… Pero después debieran tomar agua liviana para lavar o desintoxicar el organismo de los desechos ácidos tóxicos en abundancia que les dejó la combustión metabólica interna. El deporte genera mucha toxina interna que debe retirarse con agua liviana.

No reponer los electrolitos perdidos en el sudor origina una baja en el rendimiento; pero no lavar los desechos ácidos originados por los ejercicios con agua liviana hace que la sangre robe calcio de los huesos y cause problemas de salud. Por tanto, muchos deportistas en pos del rendimiento pierden la salud.

Concluimos que: lo mejor que existe para reponer los minerales son las frutas o sus jugos naturales, no menjurjes embotellados artificiales; y para lavar o desintoxicar el cuerpo el único elemento que puede hacerlo es el agua alcalina liviana rica en oxígeno.

Si el agua se hierve pierde el cloro pero también pierde el oxígeno quedando el agua completamente muerta; además el hervir el agua no retira los elementos ácidos y minerales no convenientes, quedan ahí: el alcanilizador es el único aparato que retira del agua los elementos no deseados, aporta mucho oxigeno.

Si se utiliza un filtro que contenga piedras ácidas y plata coloidal* para combatir bacterias todos esos elementos perniciosos quedan en el agua que se torna pesada y la persona se los toma perjudicando su salud. (La plata coloidal fue prohibida en los Estados Unidos por los peligros que implica que fueron investigados recientemente.)

Si le agregan más minerales con el buen propósito de alimentarnos el agua se convierte en una bebida nutritiva y, aunque cristalina, pierde el poder de hidratar o lavar a cabalidad, pierde oxígeno y no depura el organismo. Para hidratarnos solo agua sin ningún elemento adicional ni natural ni químico.

Por último, para librar nuestro organismo del ambiente ácido y con bajo oxígeno toxico que produce el cáncer lo único, mejor y absolutamente necesario es agua alcalina, liviana, rica en oxígeno o sea aquella a la cual se le retiran electrónicamente los elementos ácidos indeseados por medio de un alcalinizador y no se le agrega absolutamente nada más.

LOS FILTROS PARA LIMPIAR EL AGUA

Por lo regular todos los filtros son buenos, pero en las grandes ciudades el agua ya viene correctamente filtrada y libre de bacterias y no es necesario repetir el proceso, es decir, volver a hacer lo que ya está bien hecho por las empresas de acueducto que garantizan el agua potable. Lo que se requiere entonces con urgencia, sobre todo para los enfermos del cáncer y demás enfermedades degenerativas y auto inmunes, es alcalinizar el agua para combatir el exceso de ácidos, pero sin agregarle ningún elemento adicional ya que entorpece su acción hidratante y alcalinizante.

El agua sin aditivos pero alcalinizada hidrata 6 veces más eficazmente que el agua del grifo y provee de oxígeno al cuerpo impidiendo el desarrollo de las células cancerosas; también es un potente antioxidante y elimina los radicales libres. El agua alcalina actúa como un desintoxicante al lavar los residuos ácidos del cuerpo y ayuda a mantener la regularidad intestinal; además mejora la asimilación de nutrientes en el cuerpo.

El aparato alcalinizador no atrapa las moléculas de oxígeno del aire y las pone en el agua alcalina. Ocurre que los minerales alcalinos positivamente cargados son desviados hacia el recipiente alcalino, expulsan un átomo de hidrógeno de una molécula de agua y se une con iones hidroxilo (OH-). Los iones de hidrógeno (H+) que han sido expulsados reciben un electrón del electrodo negativo para ser desionizado y convertirse en una molécula de hidrógeno (H2) y burbujear hacia fuera del agua.

El resultado final es que el agua ácida queda pobre en oxigeno y el agua alcalina queda enriquecida en oxigeno.

MEDIDAS IMPRESCINDIBLES EN LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER

Es inaudito que todavía existan médicos irresponsables que les digan a sus pacientes que pueden comer de todo, y más cuando una enfermedad delicada —cuya causa principal se debió a la alimentación errónea— este amenazando la vida. Las personas que comen de todo son dueñas de las peores enfermedades. Los más destacados expertos —por muchas razones y después de muchas investigaciones y comprobaciones en todo el mundo—, ya no dudan en afirmar que las personas que comen carne en abundancia están en riesgo de contraer cáncer.

Los pacientes con cáncer deben suprimir todo tipo de carne porque constituyen los alimentos más acidificantes que se conocen. Todos los cánceres para crecer rápidamente necesitan la glutamina y la carne es la principal fuente de ese nutriente. Si el aporte de glutamina cae a cero el crecimiento del cáncer se detiene.

La gasolina contiene plomo y las fábricas expulsan por sus chimeneas mercurio y demás metales pesados. La lluvia se torna ácida y precipita esos metales en los campos. La vaca se come la hierba sin lavarla y los metales quedan en la carne de la vaca. El hombre se come la carne del animal y en su cuerpo se acumulan todos esos metales altamente tóxicos y, obviamente, cancerígenos. La persona contrae cáncer y se pregunta por que le ocurrió esa desgracia.

La buena noticia es que existe un medicamento que puede desintoxicar el cuerpo de los metales pesados tan nocivos para la salud; no produce ningún efecto colateral por más que se consuma. Pero este remedio excelente es muy difícil de conseguir y el costo impide que la mayoría lo puedan obtener a pesar de que ahí puede estar una de las claves de la recuperación exitosa.

Ese remedio maravilloso anti cancerígeno por excelencia se llama naranja mandarina: tiene el poder de limpiar el organismo de los metales pesados acumulados por la mala alimentación, además de proporcionar las vitaminas y oligoelementos necesarios para fortalecer al individuo. Lo ideal es consumirla diariamente a las 11 de la mañana lejos de las comidas. Si la industria farmacéutica fuera capaz de producir un medicamento contra el cáncer con las propiedades maravillosas de la mandarina lo vendería por mil dólares y la gente si lo apreciaría… por eso la anunciamos de esa forma.

DULCE VENENO

Los cánceres tienen un apetito voraz por la glucosa y el azúcar se la proporciona generosamente.

La gente toma en abundancia bebidas gaseosas ricas en glucosa y altamente acidificantes ladronas de oxigeno creando un ambiente ideal para que las células tumorales se reproduzcan, y un ambiente nefasto para que las células buenas enfermen. ¿Cómo quieren aliviarse?

Únicamente pueden curarse las personas que estén dispuestas a hacer lo que es debido. Deben cortar drásticamente con el consumo de carnes, bebidas gaseosas, galletería azucarada y evitar el consumo de harinas refinadas…por lo menos. Contrario a lo anterior deben con urgencia aumentar la ingesta de frutas y verduras frescas. La gente esta muy desorientada y creen que lo único que pueden hacer es ir donde el medico para que le mate el cáncer con inyecciones de veneno y rayos mortales. Algunos médicos consideran el cáncer como símbolo de muerte; pueden tener razón si continúan haciendo lo mismo que siempre han estado haciendo.

Los millonarios casos de muertes han puesto en serias dudas los tratamientos tradicionales. ¿Acaso en todos esos millones de personas que mueren al año en el mundo han hecho lo correcto, lo que es debido? La triste respuesta es no… en cambio se ha hecho lo indebido. ¿Cuántos millones de muertes más se necesitarán para que la sociedad entienda que el cáncer no se mata sino que se trata suprimiendo, primero, las causas que lo producen? Afortunadamente en la actualidad es probable científicamente que un paciente que luche por su recuperación logre resultados sorprendentes si se instruye y busca otras alternativas.


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