La iluminación espiritual

Nuevo día en un despertar

Poesia

Emerjo del sueño como el náufrago
que llega de pronto hasta la orilla
ignorando el origen de su viaje.

Por un instante, perdido

Y descubro de nuevo en este hallarme
que el nacer es parecido a este asombro
con nostalgia de otros sitios
donde alguien me abrazó en alguna parte
antes del adiós hacia el presente.

Por un instante perdido

Extiendo los sentidos como largas antenas
para escuchar los mensajes de la aurora,
pues la vida siempre viene en clave.
Lo que nunca entendí acaso sea hoy descifrado;
y lo que nunca pudo ser tal vez sea
en esta mañana que comienza pura
aguardando mis caminos.

SOMOS SERES ESPIRITUALES

Las personas que son conscientes de su condición espiritual conocen que su energía vital- o alma individual- es la materia prima de su existencia; que es de índole eterna como toda energía y un traje que envuelve su verdadero ser: su esencia divina universal incargable. Ellos procuran unir su energía personal con la energía universal o Dios de un modo armónico, lo que quiere decir que intentan vivir en armonía con el Creador, fuente de toda energía y vida. Quienes consiguen esto en su totalidad son los espíritus libres, que las religiones siempre persiguen. No obstante, estos son la avanzadilla del género humano, porque un espíritu libre es un ser humano que practica en su vida el amor a Dios y al prójimo, con la regla de oro que dice: Lo que quieres que te hagan a ti hazlo tú primero a otros y No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti mismo. En esto les reconocemos, no en las ceremonias de disfraces rituales de los templos de piedra ni en los macro espectáculos de las jerarquías eclesiásticas.

Mientras la mayoría de los lectores verán a los políticos de todas las tendencias como personas poco espirituales, en cambio verán cómo se muestran ante el mundo como personas que apoyan económica, cultural y socialmente las religiones que tocan según la zona del mundo donde ejerzan. Así unos apoyarán y subvencionarán al Islam, otros a las Iglesias llamadas cristianas, etc. En algunos casos, hasta se pueden presentar como cabezas de la misma religión, como es el caso de la Reina de Inglaterra – máxima jerarca protestante- o el del rey de Marruecos, cabeza visible del Islam en su país. ¿Le impide su religión a la reina inglesa pertenecer al Club Bilderberg, contribuir con su actitud distanciada y egocéntrica a la pobreza progresiva de su país mientras ella es una de las personas más ricas del mundo? ¿Le impide al rey de Marruecos ser sumamente rico y mantener contra su pueblo cada vez más pobre una sórdida dictadura que le impide manifestar su verdadera conciencia y su progreso económico? Ante tales hechos cualquiera puede ver que la religión no tiene nada que ver con la ética, pero sí con la política.

En su celo por defenderlos supuestos valores que defienden estas religiones y sus políticos – en el poder o no- los gobiernos no solo las declaran a menudo como religión del Estado aunque no sean sus cabezas visibles, como sucede con el Papa en el Estado Vaticano, sino que sus principios, presentados como sagrados ante la opinión mundial, llevaron, llevan, y sin duda llevarán a guerras entre países con distintas confesiones y precisamente con la excusa de la defensa de su religión. Y aún así, la mayoría de la gente, que no es tan tonta como los políticos creen, saben que estos no son personas espirituales, aunque admitan que pueden ser religiosas, y llegan a ver que tras la excusa oficial de defender principios cristianos, musulmanes, etc., por lo que luchan en realidad es por sus bancos, sus industrias de la guerra y anexas, sus recursos energéticos, su posición geoestratégica, y otros intereses nada religiosos, y desde luego, nada espirituales, pues la espiritualidad es una actitud ética.