La iluminación espiritual

Los muros que separan la familia

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Los muros que separan la familia; Patrocinio Navarro

MUROS PARA LOS NIÑOS

Se levanta un muro que separa a padres de hijos.

Entre Estados Unidos y Méjico se levanta un muro que separa a padres de hijos, a familias de familias, y especialmente al mundo de los más pobres del orgulloso mundo rico. El presidente de ese país, un verdadero monstruo sin paliativos, no titubea en mandar enjaular a los niños inmigrantes, separados de sus padres por la fuerza y con la orden expresa de que no se les toque, para que sirvan de escarmiento a todos los que pretendan vivir en el lado rico del muro que celosamente protege este Sheriff mundial. Para terminar de sellar su falta de humanidad más elemental acaba de sacar a su país del Consejo de Derechos humanos de la ONU. Así quiere tener las manos libres para acometer sus próximas atrocidades sin tener que someterse a ningún dictamen.

Lo mismo, y casi con la misma estridente inmoralidad sucede en Europa. Aquí, cada país ha convertido sus fronteras en muros para evitar que entren los pobres. En invierno mueren de frío ante las alambradas en el Este y en verano ahogados en el Mediterráneo por el Sur. Y si nos vamos a Palestina, ¿ qué decir del muro levantado por Israel para tener a raya literalmente a los palestinos, pobres por su causa y con sus muertos diarios gracias a sus criminales vecinos?

Todo el mundo lo puede ver: Este Planeta se ha ido quedando pequeño y los muros crecen a la par que la inmoralidad y la injusticia que acompaña a todas esas miserias.

Hasta hace un par de siglos existían lugares inexplorados habitados por gentes misteriosas. Ahora eso ya no pasa. Los lugares más remotos se han convertido en accesibles, y las gentes que los habitan aparecen frecuentemente en nuestros televisores, conocemos su aspecto, sus formas de vivir, sus culturas...y su pobreza. Los lugares antes remotos son pobres y miran con envidia el mundo de los ricos mientras van tomando conciencia de su propia pobreza a la vez que estudian la forma de salir de ella. Por eso, el movimiento migratorio es imparable y ha puesto en marcha hasta ahora a casi setenta millones de personas en todo el mundo….y creciendo. ¿ Quién les acogerá?

LAS MAYORÍAS

Pero la miseria y la exclusión ya no solo les afecta a ellos.

A medida que el sistema de vida que hemos inventado basado en la desigualdad y en el privilegio de minorías que se blindan en derechos contra los derechos de las mayorías se ha ido consolidando y polarizado en dinero, prestigio y poder, hemos ido descubriendo que en el primer mundo aumenta a gran velocidad el número de pobres y gentes sin poder. Ya no viven en lugares remotos o en selvas ignotas. De pronto se han convertido en nuestros vecinos, apenas separados por unos pocos kilómetros, por media hora de avión, en el mismo barrio y hasta por algún tabique del mismo edificio . Porque resulta que en el país más rico del mundo, tras el muro que les separa de Méjico, hay alrededor de 40 millones de personas que viven en la miseria y carecen de trabajo, vivienda y seguro médico. En Europa existen millones de personas que han sido empobrecidas por las reformas neoliberales, arrojadas al desempleo y a la exclusión social.

ESPAÑA

España es un ejemplo negativo de todo esto.

En este país existen ocho millones de pobres, muchos de los cuales son trabajadores que no llegan a fin de mes con sus salarios y tienen que acudir a ayudas sociales como sucede en EEUU. Entre tanto, el número de ricos aumentó un 78 por ciento desde que comenzó la crisis en 2008 y por esta hay más gente que se suicida de las que muere en accidentes de tráfico. Otro daño colateral es que ha aumentado de un modo alarmante el número de mujeres españolas que han dejado de procrear debido a la inseguridad económica, hasta el punto de que por vez primera en muchos años, el número de fallecidos supera al de nacidos, marcando así una tendencia nefasta para todos. Tendencia que no ayuda mientras el número de ricos siga siendo el que es, pues eso significa más desigualdades y más crisis económicas que siempre se deben a su egoísmo, a su explotación laboral, a sus juegos financieros y a sus paraísos fiscales donde guardan celosamente toda la riqueza que le deben a sus conciudadanos y no declaran al fisco sin verse perseguidos por ello.

La pobreza, la migración forzada, la exclusión social y las guerras de fondo tanto económicas como militares, amigo lector, son un mal mundial en auge. Pronto ya no habrá muros suficientemente altos para contener a los millones de nuestros semejantes que reclaman su derecho a vivir. Ese derecho está por encima de todos los códigos legales, de todas las fronteras y de todas las ideologías, pero nunca, nunca, por encima de la moral, por encima de la justicia, ni por encima de las leyes de Dios; todo eso que los ricos eluden mientras intentan cerrar sus puertas al inevitable porvenir.


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