La iluminación espiritual

Diez formas distintas de manipulación mediática

MANIPULACIÓN MEDIÁTICA

Noam Chomsky. Filósofo, activista, autor y analista político estadounidense. Es profesor emérito de Lingüística en el MIT y una de las figuras más destacadas de esta ciencia en el siglo XX. Reconocido en la comunidad científica y académica por sus importantes trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva. Noam Chomsky elaboró la lista de las 10 Estrategias de Manipulación a través de los medios. En su libro Armas Silenciosas para Guerras Tranquilas Chomsky hace referencia a ese escrito en su decálogo de las Estrategias de Manipulación.

Diez formas distintas de manipulación mediática

  1. LA ESTRATEGIA DE LA DISTRACCIÓN
    El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
    La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología o la cibernética.
    Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto'Armas silenciosas para guerras tranquilas').
  2. CREAR PROBLEMAS Y DESPUÉS OFRECER SOLUCIONES
    Este método también se denomina problema-reacción-solución. Se crea un problema, una situación prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el que demande las medidas que se desea hacer que se acepten. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el que demande leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad.
    O también: crear una crisis económica para hacer que se acepten como manes necesarios el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
  3. LA ESTRATEGIA DE LA GRADUALIDAD
    Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta con aplicarla gradualmente, con cuentagotas, por años consecutivos. De esa manera las condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) se impusieron durante las décadas de 1980 y 1990
    Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo masivo, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que habrían provocado una revolución si se hubieran aplicado de una sola vez.
  4. LA ESTRATEGIA DE DIFERIR
    Otra manera de hacer que se acepte una decisión impopular es la de presentarla como "dolorosa y necesaria", obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato.
    Primero porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que todo irá mejorar mañana y que el sacrificio exigido se podría evitar. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
  5. DIRIGIRSE Al PÚBLICO COMO A CRIATURAS DE POCA EDAD
    La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discursos, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental.
    Cuanto más se pretende engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? Si uno se dirige a una persona como si ésta tuviese 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestión, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas).
  6. UTILIZAR EL ASPECTO EMOCIONAL MUCHO MÁS QUE LA REFLEXIÓN
    Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un cortocircuito en el análisis racional, y finalmente en el sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
  7. MANTENER AL PÚBLICO EN LA IGNORANCIA Y LA MEDIOCRIDAD
    Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la mas pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas).
  8. ESTIMULAR AL PÚBLICO A SER COMPLACIENTE CON LA MEDIOCRIDAD
    Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…
  9. REFORZAR LA AUTO CULPABILIDAD
    Hacer creer al individuo que solo él es el culpable de su propia desgracia debido a la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se minusvalora y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y sin acción no hay revolución!
  10. CONOCER A LOS INDIVIDUOS MEJOR DE LO QUE SE CONOCEN ELLOS MISMOS
    En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y los que poseen y utilizan las elites dominantes.
    Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el sistema ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológica. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que éste se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Noam Chomsky analiza las claves de su nuevo ensayo.

La era Obama y otros escritos sobre el imperio de la fuerza.

El capitalismo es capaz de destruir la posibilidad de una vida digna.

Noam Chomsky enciende la radio. No quiere oír al locutor conservador Rush Limbaugh. "Quiero escuchar a la gente que llama", dice. Son personas como Joe Stack [el informático que se suicidó estrellando su avión contra una oficina del Servicio de Recaudación Fiscal en Austin, Texas]. Le recuerda preguntándose qué le pasa. Dice haber hecho todo bien, es un cristiano devoto, que trabaja duro para su familia. Tiene un arma. "Creo en los valores de mi país y mi vida está derrumbándose". Chomsky (Filadelfia, 1928) sabe lo que le ocurre, y ha seguido el derrumbe del sistema económico y político de los EEUU en obras como Sobre el poder y la ideología y Los guardianes de la libertad.

El ensayista norteamericano es implacablemente autocrítico y se indigna con los actos de violencia y opresión. Es incómodo, muy incómodo, para la clase política que se disfraza de falsa progresía y se sirve de la crueldad del capitalismo desenfrenado y la guerra imperial. Ha desmantelado desde hace décadas el fraude moral e intelectual y una pequeña muestra de su trabajo queda recogido en los escritos, conferencias y respuestas que el articulista de Público selecciona en La era Obama y otros escritos sobre el imperio de la fuerza, de la editorial Pasado y Presente.

Joe Stack formaba parte de una calle, en la que Chomsky ha sentido la frustración, la ira y el odio ante una crisis que ya ha tocado también las cuentas de la esperanza. "Exacto. La calle está así y con muy buenas razones. El periodo neoliberal de los últimos 30 años ha sido un desastre para la mayoría de la población, sin contar con los países que directamente ignoraron las reglas, como gran parte de Asia oriental", explica Chomsky a este periódico.

Sin optimismos

Ese derrumbe de la dignidad ha crecido en la misma proporción en la que disminuía la credibilidad de la clase política. ¿Cuál es la razón? "Las políticas que se han impuesto han servido a la riqueza y el poder", dice. Ciudadano desasistido, votante escéptico. Por eso no le extraña que, entre tanta amenaza de bomba y de gobiernos patrioteros, solo haya lugar para el pesimismo: "¿Optimismo? Solo queda entre aquellos que están ansiosos por ver las especies destruirse entre sí".

Si se le pregunta por sus intenciones o metas habla de animar a que las personas piensen por sí mismas. Pero para cuestionar las suposiciones convencionales de cada uno hace falta mucho escepticismo. "Obliga a buscar una justificación a la sabiduría convencional: es incapaz", dice. Reclama esfuerzo y análisis. No pide cinismo para tratar la desigualdad, la injusticia, ni para desafiar a la hipocresía del sistema capitalista para decir la verdad. "La forma del capitalismo que generalmente se ha llamado ‘capitalismo', es capaz de destruir la posibilidad de una vida digna, y desde luego se encamina en esa dirección. Si la devastación capitalista se puede parar a tiempo, está en las manos de la población", aclara en un guiño a los levantamientos ciudadanos de todo el mundo.

Armas, derechos humanos, salud social, sesgos informativos, Palestina, Irak, Afganistán o el asesinato de Bin Laden son algunos de los temas favoritos en el pensamiento de Chomsky, en los que hurga para encontrarse con un panorama realmente crudo. Su preocupación le hace utilizar para dos asuntos la misma expresión: "Una horrible perspectiva". La primera, para analizar las consecuencias más inmediatas y significativas del asesinato de Osama Bin Laden en Pakistán, el pasado 1 de mayo. "El fervor antiestadounidense ya había alcanzado un punto álgido en Pakistán y estos acontecimientos probablemente lo exacerbarán", dice.

Peligros nucleares

Para el autor de El beneficio es lo que cuenta, Pakistán es el país más peligroso del planeta, y también la potencia nuclear de más rápido crecimiento del mundo, "con un arsenal enorme". Si EEUU pusiera a los soldados paquistaníes en una posición en la que sientan menospreciado su honor, muchos lucharán contra los estadounidenses. Y si Pakistán se derrumba... el flujo de una cantidad de exsoldados muy bien adiestrados, incluidos expertos en explosivos e ingenieros, hacia los grupos islamistas sería un serio riesgo de que materiales fisibles acabaran en manos de los yihadistas. Es decir, "una perspectiva horrible".

¿La segunda visión catastrófica? La imparable carrera armamentística de Obama. "En lugar de adoptar medidas prácticas para reducir la amenaza real y grave de la proliferación de armas nucleares, EEUU está preparándose para tomar medidas de envergadura con el propósito de reforzar su control de las regiones productoras de petróleo en Oriente Próximo, e incluso para recurrir a la violencia si los otros medios se revelan poco efectivos", dijo el 25 de julio de 2010, en su discurso en la Conferencia Nacional Contra la Guerra.

El ocaso de un líder

Si Obama ha acelerado el proceso de multiplicación de la capacidad bélica de las fuerzas armadas estadounidenses, si las amenazas crecientes de una acción militar contra Irán han aumentado, si en lugar de adoptar medidas prácticas para reducir la amenaza real y grave de la proliferación de armas nucleares EEUU se prepara para controlar por la fuerza el petróleo en Oriente Próximo, si el "compromiso retórico" de Obama con la no proliferación le ha valido muchos elogios, e incluso un premio Nobel de la Paz, ¿quién era ese presidente que en 2008 era carismático y honesto cuando salió elegido?

"Yo escribí sobre él antes de las elecciones, sin esperar nada. Ya no estaba solo. Inmediatamente después de las elecciones, la industria de la publicidad le dio su premio anual por la mejor campaña de marketing del año. Es una lástima que mucha gente fuera engañada por Obama", explica Chomsky.

En el epílogo de La era Obama, la edición en castellano ha incluido un extenso artículo en el que el autor analiza el asesinato de Bin Laden. ¿No era una acción como esa más propia de George W. Bush que de Obama? "Bajo los Bush, los sospechosos fueron secuestrados y enviados a las cámaras secretas de tortura. Con Obama, se los asesina, en una campaña de asesinatos creciente", suelta tajante.

Chomsky recoge las palabras del prestigioso abogado británico Geoffrey Robertson, que respaldó la intervención pero no la ejecución. El letrado describió aquel "se ha hecho justicia" de Obama como un "absurdo". Debería resultar evidente para alguien que ha sido profesor de Derecho Constitucional, que aquello fue una violación del Derecho Internacional.

Democracia acosada

Otra pata importante sobre la que estructura su pensamiento Noam Chomsky queda bien definida en este nuevo volumen: la amenaza que supone para la elite la democracia. "Ciertas cuestiones se marginan, un reflejo del desagrado que la democracia inspira a la elite en general y el temor que esta tiene a sus consecuencias", cuenta.

Ya en 1997 Noam Chomsky escribió en Lucha de clases, ensayo sobre las victorias presidenciales de Ronald Reagan en 1980 y 1984, que los grupos de elite aprovecharon el descontento de la población para destrozar el Estado del bienestar y "redirigir la política social hacia los intereses de los poderosos y de los privilegiados". ¿En qué año hemos dicho que escribió esto?

Pero si esta inquietud se ve reforzada por el hecho de que en una buena cantidad de cuestiones, habitualmente las más importantes, ambos partidos, demócratas y republicanos en EEUU (los que sean en el resto del mundo), se encuentran a la derecha de las opiniones del electorado, ¿quién salvará a la clase trabajadora, a la izquierda? "Pero ¿quién es ‘la izquierda'? Si te refieres a la izquierda parlamentaria, ellos son más o menos lo que solemos llamar ‘la derecha moderada".