La iluminación espiritual

Como me gustaría que fuese La Biblia

POR: JBN LIE

Imagen; Como me gustaría que fuese La Biblia; Jbn Lie

UNA BIBLIA DE VERDAD

Es difícil tratar de resumir en unas pocas palabras todo lo que pondría en algo así como un Manual de Vida porque eso debería ser La Biblia. La recopilación de unas normas de ética, respeto y comportamientos de convivencia basadas en el amor hacia uno mismo y hacia los demás, reconociendo la divinidad que hay en cada uno de nosotros y en todo lo que nos rodea.

Se nos ha dado la capacidad de ser sensibles y sentir emociones, considero que esa debería ser nuestra brújula para caminar en la vida para conocernos profundamente para indagar en nuestro interior y hacer aflorar la sabiduría que nos acompaña en todo momento y que no se nos ha permitido recordar al nacer.

No acepto más religión que la que dicta mi corazón y mi conciencia. Eso no quiere decir que no me equivoque, que tenga que rectificar una y otra vez para alinearme en el equilibrio interior. ¿Cómo sé que estoy en equilibrio? Cuando siento paz, cuando percibo la energía que transmite la Naturaleza, cuando logro subir mi nivel vibración a una frecuencia tan alta que hace que me sienta unida a todo lo que me rodea, que todo seamos UNO. Entonces puedo sentir a Dios en mí. Esta es la religión que deseo para todos las personas. Una religión que nos hace libres, que no culpa, que no intimida, que no manipula, que no cede el poder personal a nadie, que beneficia a todos por igual y que está basada en el amor. Hay muchos textos, maravillosos, que hablan de religiones por todo el mundo. Todas ellas tienen muchas cosas en común, porque al final todos deseamos lo mismo. El problema surge cuando las religiones se institucionalizan y alguien pretende vivir de ella, cuando solo reconocen su religión como verdadera porque las otras son una amenaza. Entonces justifican todo tipo de atrocidades para protegerse en nombre de su Dios, que ya no es el mismo que el del vecino, entonces surgen los problemas, las disputas, las guerras, el hambre y todo lo demás….

He tomado prestado unos párrafos de un libro muy entrañable para mi, La Maestría del Amor, de Miguel Ruiz.
Con sus palabras queda mejor explicado lo que quiero decir.

Los humanos somos, por naturaleza, seres muy sensibles. Pero si tenemos una sensibilidad tan elevada es porque percibimos todas las cosas a través del cuerpo emocional. Este cuerpo emocional es como un aparato de radio que se puede sintonizar para percibir determinadas frecuencias o bien para reaccionar frente a otras. La frecuencia normal de los seres humanos antes de la domesticación se ajusta en la exploración y el disfrute de la vida; estamos sintonizados para amar. De pequeños no definimos el amor como un concepto abstracto, solo lo vivimos. Es tal como somos.

Tanto el cuerpo emocional como el cuerpo físico cuentan con un componente parecido a un sistema de alarma que nos permite saber cuándo algo no va bien. En el caso del cuerpo físico este sistema de aviso es lo que denominamos dolor.

Cuando sentimos dolor es porque hay algún problema en nuestro cuerpo, algo que es necesario examinar y sanar. En el caso del cuerpo emocional, el sistema de alarma es el miedo. Siempre que sentimos miedo es porque alguna cosa no va bien. Quizá corra peligro nuestra vida.

El cuerpo emocional percibe las emociones, pero no a través de los ojos. Las emociones se perciben a través del cuerpo emocional. Los niños sencillamente sienten emociones, pero su mente racional no las interpreta ni las cuestiona. Esta es la razón por la que aceptan a determinadas personas y rechazan a otras. Cuando no se sienten seguros cerca de una persona, la rechazan porque son capaces de sentir las emociones que esa persona proyecta. Los niños perciben fácilmente cuando alguien está enfadado, ya que su sistema de alarma les provoca un pequeño miedo que les dice: No te acerques, y siguiendo su instinto, no lo hacen.

Existe una vieja historia de India que nos habla de la soledad de Dios: Brahma. No existía nada más que Brahma, y por esa razón estaba muy aburrido. Brahma decidió jugar a un juego, pero no tenía a nadie con quien jugar. De modo que creó a una hermosa diosa, Maya, con el único propósito de divertirse. Una vez que Maya existió y Brahma le explicó el propósito de su existencia, ella le dijo: De acuerdo, juguemos al juego más maravilloso, pero tú harás lo que yo te diga. Brahma aceptó y, siguiendo las instrucciones de Maya, creó todo el universo. Creó el Sol y las estrellas, la Luna y los planetas. Después, la vida en la Tierra: los animales, los océanos, la atmósfera, todo.

Entonces Maya le dijo: Qué bello es este mundo de ilusión que has creado. Ahora quiero que crees un tipo de animal que sea tan inteligente y goce de tal conciencia que esté capacitado para apreciar tu creación. Finalmente, Brahma creó a los seres humanos, y una vez que acabó con la creación, le preguntó a Maya cuándo iba a empezar el juego.

Lo empezaremos de inmediato, dijo ella. Cogió a Brahma y lo cortó en miles de pedacitos diminutos. Puso un trocito en el interior de cada ser humano y dijo: ¡Ahora empieza el juego! ¡Voy a hacer que olvides quién eres y tendrás que encontrarte a ti mismo!. Maya creó el sueño y, hoy, Brahma todavía está intentando recordar quién es. Brahma está ahí, en tu interior, y Maya te impide que recuerdes quién eres.

Cuando te despiertas del sueño, te conviertes de nuevo en Brahma y reclamas tu divinidad. Ahora, si el Brahma que está en tu interior te dice: De acuerdo. Estoy despierto, ¿qué ocurre con el resto de mí?, como conoces el juego de Maya, comparte la verdad con otras personas para que despierten también. Uno se divierte más cuando hay dos personas sobrias en la fiesta. Y si son tres, mejor que mejor. Empieza por ti. Después, empezarán a cambiar más y más personas, hasta que todo el sueño, toda la gente que está en la fiesta, esté sobria.

Las enseñanzas que nos llegan de India, de los toltecas, de los cristianos, de los griegos -de distintas sociedades de todo el mundo- provienen de la misma verdad. Todas nos hablan de reclamar la propia divinidad y encontrar a Dios en nuestro interior. Hablan de abrir el corazón por completo y convertirse en un sabio. ¿Eres capaz de imaginarte cómo sería el mundo si todos los seres humanos abriesen su corazón y descubriesen el amor en su interior? Podemos hacerlo. Cada uno puede hacerlo a su manera. No se trata de seguir una idea impuesta; se trata de encontrarte a ti mismo y de expresarte a tu manera. Esa es la razón por la cual tu vida es un arte. Tolteca significa artista del espíritu. Los toltecas son los que pueden expresarse con el corazón, los que aman incondicionalmente.

Estás vivo por el poder de Dios, que es el poder de la Vida. Eres la fuerza que es la Vida, pero como sabes pensar al nivel de la mente, te olvidas de quién eres en realidad. Y cuando esto sucede, resulta fácil ver a otra persona y decir: Oh, ahí está Dios. Dios se responsabilizará de todo; Dios me salvará. No. Dios solo ha venido a decirte -a decirle al Dios que se encuentra en tu interior- que seas consciente, que elijas, que tengas valor para avanzar a través de todos tus miedos y cambiarlos a fin de no temer más al amor. El miedo al amor es uno de los mayores miedos que padecen los seres humanos. ¿Por qué? Pues porque, en el Sueño del Planeta, un corazón roto significa Pobre de mí.

Tal vez te preguntes: Si realmente somos la Vida o Dios, ¿por qué no lo sabemos?. Pues porque estamos programados para no saberlo.

Nos enseñan: Eres un ser humano; estas son tus limitaciones. Entonces, nuestros propios miedos limitan nuestras posibilidades. Eres lo que crees que eres. Los seres humanos son magos poderosos. Cuando te crees que eres lo que eres, eso es lo que eres. Y puedes hacerlo porque eres Vida, Dios, Intento. Tienes el poder de convertirte en lo que eres ahora mismo. Pero no es la mente racional la que controla tu poder, sino lo que tú crees.

Como ves, todo son creencias. Lo que creemos es lo que dirige nuestra existencia, lo que dirige nuestra vida. Construimos un sistema de creencias que es como una caja en cuyo interior nos instalamos; no podemos escapar porque creemos que no podemos hacerlo. Y esta es la situación en la que nos encontramos. Los seres humanos crean sus propias restricciones, sus propias limitaciones. Decidimos lo que es humanamente posible y lo que es imposible, y, después, solo porque así lo creemos, se convierte en nuestra verdad.

Las profecías de los toltecas han previsto el inicio de un nuevo mundo, de una nueva humanidad donde los seres humanos se responsabilizan de sus propias creencias, de sus propias vidas. Se acerca el momento en el que te convertirás en tu propio gurú. No necesitas que otros te digan cuál es la voluntad de Dios. Ahora Dios y tú estáis cara a cara, sin intermediario alguno. Buscabas a Dios y lo has encontrado en tu interior. Dios ya no está fuera de ti.


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