La iluminación espiritual

Broma del Maestro

POR: JBN LIE

Imagen; Broma del Maestro; Jbn Lie

LA SABIDURÍA DEL SABIO

Había en un pueblo de la India un hombre de gran santidad. A los aldeanos les parecía una persona notable a la vez que extravagante. La verdad es que ese hombre les llamaba la atención al mismo tiempo que los confundía. El caso es que le pidieron que les predicase. El hombre, que siempre estaba en disponibilidad para los demás, no dudó en aceptar. El día señalado para la prédica, no obstante, tuvo la intuición de que la actitud de los asistentes no era sincera y de que debían recibir una lección. Llegó el momento de la charla y todos los aldeanos se dispusieron a escuchar al hombre santo confiados en pasar un buen rato a su costa.

El maestro se presentó ante ellos. Tras una breve pausa de silencio, preguntó:

Los asistentes, desorientados, se fueron a sus casas. Se reunieron al día siguiente y decidieron reclamar nuevamente las palabras del santo.

El hombre no dudó en acudir hasta ellos y les preguntó:

Los aldeanos se sintieron burlados y experimentaron mucha indignación. No se dieron por vencidos, desde luego, y convocaron de nuevo al hombre santo. El santo miró a los asistentes en silencio y calma.

Después, preguntó:

Y el hombre santo dijo:

Dicho esto, el hombre santo se marchó de nuevo al bosque.

El Maestro dice:
Sin acritud, pero con firmeza, el ser humano debe velar por sí mismo.


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